La Junta y el Gobierno se ofrecen a colaborar pero mantienen los reproches mutuos ante la sequía

El espíritu de Doñana no ha sido invocado de momento para el combate contra la sequía. La grave situación que afronta la comunidad andaluza, con la perspectiva al parecer ya inevitable de un verano con restricciones en el suministro, ha entrado de lleno en la lógica del enfrentamiento entre la Junta y el Gobierno y un día después de que Juanma Moreno advirtiera de la grave situación que se atraviesa, han vuelto a surgir los reproches entre ambas administraciones.

Así los ofrecimientos de colaboración mutua, obligada por las competencias compartidas en este ámbito, están llegando matizados por recriminaciones sobre lo actuado hasta ahora y advertencias en relación con las acciones futuras.

Después de que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, reprochara el tono de la intervención del presidente de la Junta, Juanma Moreno, el pasado jueves ante el Comité de Expertos frente a la Sequía y le acusara de incoherencia por pedir en Bruselas un tratamiento especial por la exposición de Andalucía a la falta de agua al mismo tiempo que anuncia «el incremento de determinados usos, actividades económicas que requieren más agua», la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, sumó nuevos reproches contra el Gobierno andaluz. La vicepresidenta tercera del Gobierno dijo en una entrevista en la televisión pública que las inversiones anticipadas en las dos comunidades más castigadas por esta situación, Andalucía y Cataluña, «quizá no se han dado con la velocidad que se requiere, dada la alerta que ya señalaban los modelos».

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, criticó por su parte lo que considera marketing y una gestión muy deficiente del agua por parte de Moreno, a quien garantizó, que el Gobierno de Pedro Sánchez «le sacará de apuros aportando todo lo que esté en su mano» como ya ha hecho «en Doñana y en otras cosas».

Morán fue más allá y entre otras críticas, recurrió a la ironía para afear al Gobierno andaluz que «en territorios de la competencia de la Junta de Andalucía no hace mucho oí hablar de los problemas para mantener en funcionamiento los campos de golf ».

Aun así, y a pesar de las acusaciones lanzadas por su secretario de Estado, Ribera aseguró que la sequía es un asunto «en el que los españoles tenemos que permanecer unidos» y afirmó que el Gobierno actuará en consecuencia y se ha puesto a disposición del ejecutivo autonómico. «Cuentan con nuestra disposición a ayudar», aseguró.

Desde el otro lado de la polémica, el presidente de la Junta reclamó al Gobierno un paquete de medidas ambicioso, extraordinario e inminente «para que podamos empezar a trabajar por la vía de urgencia». Moreno no evitó aludir al agravio territorial para advertir de que cualquier iniciativa que el Ejecutivo de Pedro Sánchez adopte en Cataluña en relación a este asunto también la reclamará para Andalucía. «Yo quiero buen rollo y quiero llevarme bien, pero lo que no voy a permitir bajo ningún concepto es que haya un trato diferente en un tema tan sensible como el agua en un territorio sobre otro territorio porque somos españoles todos y todos tenemos los mismos derechos y las mismas garantías», señaló.

Recordó que el Gobierno central, responsable sobre el 67 por ciento del territorio de las cuencas hidrográficas a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, tiene total conocimiento de las necesidades y que hay 30 obras de interés general que el Estado tiene que hacer y que aún no ha iniciado. Para el presidente andaluz, es necesario establecer un cronograma sobre las actuaciones que se tienen que poner en marcha y que no son sólo transferencias de agua, sino también desaladoras, reutilización de aguas, canalizaciones y pantanos.

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