Ximo Puig y Juanma Moreno, el pasado martes en San Telmo María José López / Europa Press

Los otros también juegan

Mirada periférica ·

Las reacciones tras la reunión de Juanma Moreno y Ximo Puig avisan de que el cambio de sistema de financiación será un empeño difícil

Domingo, 26 de septiembre 2021, 00:50

Cuando el martes comparecieron el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y su homólogo valenciano, Ximo Puig, para enseñar la posición común de ambas comunidades sobre la financiación autonómica, se pudo tener la sensación de que una voz tan potente no iba a ofrecer más ... opción que ser atendida. El mensaje fue potente: un reclamo justo, sustentado en la aritmética, de dos comunidades que suman un tercio de la población española, que representan a la tercera y la cuarta economías regionales y que, significativamente, están gobernadas por presidentes de signos opuestos.

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Pero ha bastado ver la escasa repercusión de la iniciativa en los medios nacionales -lo que no sucede en Madrid o Cataluña nunca reviste importancia- y las reacciones que siguieron para concluir que el camino que queda por delante estará sembrado de minas y que el éxito no está ni mucho menos garantizado.

Para que en el sistema de financiación haya tres comunidades de 17 escandalosamente perjudicadas tiene que haber otras que se beneficien. Es matemática y nadie está dispuesto a ceder. Cuando la política pierde de vista que son los ciudadanos, especialmente los más desprotegidos, quienes deben estar en el centro del interés, las pujas identitarias encuentran terreno abonado para crecer. Tantos años con el nacionalismo imponiendo su agenda política no han sido inocuos. El desinterés por el espacio común no es exclusivo de los secesionistas.

La primera intervención de la ministra de Hacienda tampoco ha contribuido a tranquilizar. Se ha limitado a describir una situación marcada por tres bloques -los que piden una financiación equitativa por habitante, los que quieren que se privilegie a los territorios despoblados y los que esgrimen el «principio de originalidad»- y a reclamar a los partidos, incluido el suyo, que se pongan de acuerdo entre ellos. No es esa la respuesta que cabe esperar cuando lo que se reclama es simplemente un reparto justo.

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