Juanma Moreno reivindica un andalucismo alejado de divisiones ideológicas y partidarias

Durante los años de gobiernos socialistas, el 4 de diciembre se mantuvo en un segundo plano, reivindicado marginalmente por Izquierda Unida y el resto del espacio político a la izquierda del PSOE-A y por el extinto Partido Andalucista. Esta situación dio un giro radical después de que Moreno reaccionara con rapidez cuando el pasado 19 de octubre el exdirigente andalucista Alejandro Rojas Marcos le propusiera al presidente de la Junta sin previo aviso en un acto público que declarara el 4 de diciembre Día de la Bandera de Andalucía.

El presidente de la Junta aceptó el envite y pocas semanas después el Consejo de Gobierno aprobó un decreto que oficializaba la conmemoración. En este primer 4 de diciembre institucionalizado, toda la vieja guardia del andalucismo, encabezada por el propio Rojas Marcos, que ocupó un lugar de privilegio en la disposición protocolaria del acto, asistió al acto solemne en San Telmo. Ante un auditorio en el que había presencia de todas las formaciones políticas con la única excepción de Vox, el presidente andaluz se refirió al 4 de diciembre como una fecha señalada en la historia de Andalucía, junto al 28 de febrero, y que marca un hito fundamental en la gestación de la autonomía.

Ante a las acusaciones que viene recibiendo en las últimas semanas desde el PSOE-A por su supuesta intención de reescribir la historia de la autonomía andaluza, el presidente insistió una y otra vez en la idea de un andalucismo alejado de las apropiaciones políticas. «En los albores de la autonomía, la bandera blanca y verde dio cobijo a sueños muy distintos de gente muy diferente a la que unía lo más importante, el deseo irrenunciable de impulsar el progreso de nuestra tierra -dijo el presidente-, nuestra bandera es una insignia viva precisamente porque todos cabemos en ella».

Tras simbolizar en el ucedeísta Manuel Clavero, los socialistas Rafael Escuredo y Plácido Fernández-Viagas y el propio Rojas Marcos a los miles de andaluces que hicieron posible la autonomía, Moreno subrayó que los símbolos son importantes porque representan a las sociedades en toda su diversidad. «No son unas ideas concretas, ni unas creencias determinadas, ni unos eslóganes o unos clichés», subrayó. Como síntesis de esa unidad sin ataduras ideológicas señaló a la bandera, «que no tiene dueño porque es de todos» y que une un sentimiento que se expresa «de mil maneras distintas, con acentos diversos y con ideas dispares».

En su intervención, Juanma Moreno también hizo una referencia expresa a Manuel José García Caparrós, asesinado en la manifestación de Málaga del 4 de diciembre de 1977, y recordó que recientemente se reunió con su familia para garantizarle que su nombre se mantendrá siempre en un lugar destacado de la historia democrática de Andalucía.

En un discurso en el que citó a los cantautores Joaquín Sabina y Carlos Cano, Moreno se refirió a los nuevos desafíos que afronta Andalucía y dijo que para ello cuenta con sus instituciones autonómicas como instrumento fundamental, por lo que pidió que se proteja al autogobierno y no se permitan retrocesos en el mismo.

El presidente estuvo precedido en el acto por la poeta Rosa Díaz, que leyó un manifiesto en el que se reivindicó a la bandera como símbolo del pasado, del presente y del futuro y también de unos valores e historia compartida que pertenecen a todos.