Juanma Moreno describe a una Andalucía en claro avance y señala a la sequía como la mayor amenaza

Para el presidente, que inició su intervención aludiendo al Día Internacional del Orgullo LGTBI y mostrando el compromiso de la Junta contra cualquier tipo de discriminación, su gestión en este primer año tras haber conseguido la mayoría absoluta ha permitido traducir la estabilidad política en resultados positivos para la economía andaluza. Este avance, aseguró, se ha visto reflejado en un crecimiento del PIB andaluz a un ritmo mayor que el nacional, la reducción del diferencial de la tasa de paro con el conjunto de España en un 5 por ciento, la reducción del número de desempleados por debajo de la barrera de los 700.000.

Reivindicó además que la comunidad tiene la mejor calificación de solvencia financiera desde 2012 y que la recaudación ha crecido en 7.800 millones de euros en los últimos cuatro años gracias a las políticas fiscales de la Junta. Todos estos datos, en su opinión, son producto de la estabilidad política que ha alcanzado Andalucía y de la gestión de un gobierno que «no tiene muros ideológicos ni fronteras partidistas». Con las secretarias generales de UGT, Carmen Castilla, y de Comisiones Obreras, Nuria López, en la tribuna de invitados, reivindicó la importancia del dialogo social para vehiculizar conflictos y subrayó la trascendencia del pacto firmado el pasado marzo con los agentes sociales.

Para el presidente, en la economía andaluza se están abriendo paso con fuerza los sectores de la tecnología, la innovación y la energía porque la comunidad ha sido capaz de generar un clima propicio para «un ecosistema de innovación». Aseguró en ese sentido que la inversión público-privada en I+D ha aumentado en un 14,2% desde 2019 hasta superar los 1.700 millones de euros en el último año. Destacó también que la industria ha ganado más de dos puntos en la estructura productiva de Andalucía y que hoy tiene el mayor peso relativo de las dos últimas décadas.

Celebró también que más del 11 por ciento de los proyectos industriales que se desarrollan en Andalucía son en sectores tecnológicos y que desde 2019 se ha incrementado en más de un 67 por ciento la potencia de renovables instalada en la comunidad, con un récord en 2022 en la instalación de potencia renovable para la generación de electricidad.

Frente a estas perspectivas optimistas, advirtió de que la sequía es la mayor amenaza que se cierne sobre la comunidad. «Nos enfrentamos a un poderoso enemigo con el que no contábamos», dijo en referencia a los siete puntos del PIB y los 140.000 empleos que se estima que pueden perderse si no llegan las lluvias. En su opinión, no hay mayor amenaza ni política más urgente para el progreso de Andalucía que realizar las infraestructuras que se necesitan para disponer de agua.

En ese punto fue cuando dirigió sus principales críticas al Gobierno por la inacción de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, con competencias sobre el 72 por ciento de las cuencas en Andalucía, y consideró inexplicable que en plena sequía haya recortado la inversión en un 11,5 por ciento.

También subrayó que su posición sobre Doñana no es inamovible, aunque subrayó la necesidad de dar respuesta a los agricultores que en 2014 se quedaron fuera del Plan de la Fresa.

Moreno defendió también el perfil social de su gobierno y señaló que nunca antes tantos andaluces tuvieron prestaciones de dependencia, así como que el presupuesto del Instituto Andaluz de la Mujer es el más grande de la historia. Afirmó asimismo que nunca antes se atendió a tantas familias vulnerables y que tampoco existen precedentes de tantas familias con ayudas para comedor o transporte escolar.

También reivindicó su política educativa, con la reducción de siete puntos en la tasa de abandono escolar, y la apuesta decidida por la formación profesional, fundamental, en su opinión, para ofrecer oportunidades de vida a los jóvenes.