No es la primera vez que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, alerta contra lo que considera radicalización del PSOE y sus consecuencias sobre la vida política nacional. Pero nunca antes lo había hecho con el vigor con el que lo expresó este jueves ... durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento de Andalucía.
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Los temas de política nacional suelen colarse en el debate andaluz, una lógica que se ha acentuado desde que los acuerdos de Pedro Sánchez con los partidos nacionalistas vascos y catalanes han dado la oportunidad a Moreno de acentuar su discurso andalucista y oponerlo a lo que entiende sumisión del PSOE de Andalucía a la estrategia del presidente del Gobierno.
En esta ocasión el desencadenante fue el pacto firmado por los socialistas navarros con Bildu para darle a la formación abertzale la alcaldía de Pamplona, lo que en opinión de Moreno supone para el PSOE cruzar una nueva línea roja que lo aleja de su condición de partido de Estado.
Dirigiéndose al secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, quien momentos antes había comparado la moción de censura en Pamplona con la que semanas atrás desalojó de la alcaldía de Mijas al socialista Josele González, el presidente andaluz afirmó que España, y también Andalucía, «necesitan al Partido Socialista Obrero Español de centro izquierda homologado al resto de Europa, un partido no radicalizado y escorado a la izquierda en manos del independentismo».
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Esta afirmación de Juanma Moreno despertó murmullos de desaprobación en los escaños socialistas, pero también carcajadas en los de Vox, cuyo portavoz, Manuel Gavira, se tomaba ostensiblemente la cabeza con las manos mientras algunos diputados de esa formación abandonaban entre risas el hemiciclo.
Juanma Moreno subrayó aún más esa línea de argumentación. «España y Andalucía necesitamos al Partido Socialista y lo digo honestamente -continuó-, necesitamos un partido que esté en la zona templada de la sociedad, que represente un mayoría y que no se eche en manos de los más radicales, que vuelva el Partido Socialista a Andalucía que lo necesitamos».
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Antes de entrar en el hemiciclo, Moreno ya había mostrado su sorpresa y tristeza por la moción de censura en Pamplona, que en su opinión demuestra que el PSOE que él mismo conoció y, según admitió, admiró en otras épocas ha dejado de existir. Según el presidente, esto es muy malo para el propio partido socialista, pero también para la democracia española porque impide que haya un partido de centro izquierda que pueda llegar a acuerdos con el Partido Popular en muchos campos.
El presidente de la Junta también tuvo que responder en la sesión de control a las acusaciones de Vox sobre la dinámica autonomista con la que, según Gavira, el propio Moreno está favoreciendo a Pedro Sánchez.
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Para el portavoz de Vox, los reclamos de la Junta de Andalucía ante cada concesión del Gobierno al País Vasco o a Cataluña suponen entrar en la estrategia de Sánchez y contribuir a la desigualdad entre los españoles.
Moreno rechazó estas acusaciones y para ello hizo una apelación a la historia de la autonomía andaluza. Recordó que quien consiguió en el nacimiento del proceso autonómico que no hubiera una España de dos velocidades fue Andalucía. «El peso demográfico de Andalucía se volcó para lo que se denominó café para todos, para que todos los territorios tuvieran autogobierno, competencias y las mismas oportunidades y que todos los españoles tuvieran las mismas oportunidades», afirmó.
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En la Junta entienden que el Estado no tiene recursos para dispensar en todos los territorios las concesiones que el presidente del Gobierno otorga a las comunidades gobernadas por nacionalistas, por lo que las exigencias de igualdad que plantea Andalucía pueden tener el efecto de impedir que esos privilegios, y con ellos la consolidación de una España de dos velocidades, finalmente se acaben materializando.
Según el presidente, 46 años después de la Transición se afronta una situación análoga a la de entonces y la única comunidad autónoma que tiene el peso político, demográfico y económico para impedir que se vuelva a producir una diferencia entre comunidades de primera y de segunda es Andalucía. «Tenga la certeza de que no sólo no me voy a callar, sino que voy a exigir para que al final el señor Sánchez, lo mismo que le da a los independentistas se lo tenga que dar al resto de los españoles», afirmó.
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