Juan Espadas reivindica su gestión y asegura que tuvo que afrontar «una tormenta perfecta»

Los socialistas llevan meses esperando señales sobre cuál va a ser el futuro de su partido, pero más allá del anuncio inicial de Espadas de que optará a seguir como secretario general, las señales siguen sin llegar. No las emite ni la dirección federal, que no ha avalado a Espadas, pero tampoco lo ha desautorizado, ni tampoco el sector crítico, que a tres semanas del plazo de presentación de candidaturas para las primarias tampoco ha presentado una cara alternativa.

Quienes esperaran que en el Comité Director de este viernes se produjera alguna novedad, se han ido igual que como habían llegado. Ni siquiera el propio Espadas aprovechó la ocasión para anunciar oficialmente que optará a seguir. Los críticos, que apenas se dejaron ver en Jaén, tampoco usaron ese foro enseñar sus argumentos. De hecho, de los 421 miembros del Comité Director, entre los que están representadas todas las sensibilidades del PSOE-A, sólo acudieron los 230 que dieron al órgano un ajustado quórum. Si no hubo un pacto de no agresión entre ambas partes, o al menos un acuerdo tácito para evitar un choque que aún se está a tiempo de evitar, lo que sucedió en la reunión de Jaén se le pareció bastante.

En una intervención de poco más de media hora, Espadas rindió cuentas de su gestión al frente del partido y reivindicó lo hecho desde que se puso al frente del partido tras vencer a Susana Díaz en las primarias celebradas para elegir candidato a la Junta.

Recordó que desde ese primer momento tuvo que transitar un camino que se le puso cuesta arriba. El secretario general propuso a sus compañeros que echaran la vista atrás para repasar las condiciones en las que se enfrentó en las urnas a Juanma Moreno. Así, señaló que lo hizo con una inflación de dos dígitos, una negociación conflictiva en el plano autonómico y con una sentencia, la del caso de los ERE, que acató pese a no compartirla. «Este fue el escenario con el que nos enfrentamos a unas elecciones autonómicas -subrayó-, una tormenta perfecta».

Tras celebrar que posteriormente el Tribunal Constitucional «puso las cosas en su sitio» e instar a sus compañeros a no cansarse de reivindicar al PSOE como «un partido honesto que siempre ha estado a la altura», el secretario general aseguró que después de la derrota electoral los socialistas ejercieron una oposición útil y constructiva frente a un gobierno andaluz que «tras el flash de junio del 22 lo ha empeorado todo».

Espadas se quejó de que «a veces la memoria es flaca» para asegurar que lleva 30 meses trabajando para construir una alternativa de gobierno y que en todo este tiempo el Partido Popular ha ganado las votaciones gracias a su mayoría absoluta pero ha perdido todos los debates. También lamentó que los gobiernos socialistas de la Junta no hayan dispuesto de los recursos económicos con los que sí cuenta el Ejecutivo de Juanma Moreno y afirmó que frente a un recorte de 11.000 millones por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, la Junta recibe ahora 34.000 millones más gracias a Pedro Sánchez y a las transferencias de la Unión Europa. Pese a ello, dijo, Andalucía aparece a la cola de todos los indicadores de desarrollo humano, algo que, asegura, nunca sucedió durante los gobiernos socialistas.

Como parte de su balance de gestión, Espadas aludió también a las denuncias presentadas por los contratos de emergencia del SAS y vinculó su labor de oposición en defensa de los servicios públicos a la crisis de gobierno ejecutada por Juanma Moreno el pasado verano, cuando relevó a las consejeras de Salud y de Educación, reconocimiento, a su juicio, de una gestión deficiente.

Ante eso, dijo, debe estar el PSOE «para decirle claro a los andaluces que aquí está para volver a ser una alternativa de gobierno» y en ese plano aseguró que con la recuperación del gobierno municipal de Jaén, esta ciudad será «el mascarón de proa» del socialismo andaluz.

Y es que la capital jienense, elegida para reunir al Comité Director es el territorio de moda en el socialismo andaluz. En primer lugar, porque su capital volverá a estar gobernada por un alcalde socialista con la moción de censura que se debatirá el próximo 2 de enero, pero también porque de esta provincia es la persona que más se ha mencionado como posible sustituto de Espadas si es que el relevo finalmente se produce: el secretario de Organización adjunto en la dirección federal del PSOE, Juan Francisco Serrano.

A diferencia del anterior comité, celebrado el pasado julio, en el que las voces críticas con Espadas se dejaron sentir, en esta ocasión no hubo contestación. Tras la intervención del secretario general sólo hizo uso de la palabra el secretario general anfitrión, Francisco Reyes, que celebró el próximo cambio de rumbo del Ayuntamiento de Jaén y vaticinó que será el preludio de lo que sucederá en Andalucía cuando la comunidad autónoma vuelva a ir a las urnas. Con qué candidato afrontará el PSOE-A ese desafío sigue siendo, de momento, una incógnita.