La izquierda andaluza se asoma al precipicio con su ruptura

La crisis interna en el seno de la confluencia Adelante Andalucía, agudizada con virulencia esta semana, coloca al sector más a la izquierda de la política en la comunidad al borde del precipicio con la grave amenaza de su fragmentación, lo que le condenaría a un futuro muy incierto.

Desde que hace unos meses Teresa Rodríguez abandonara Podemos y su liderazgo regional, ahora en manos de Martina Valverde, las discrepancias internas en la confluencia han comenzado a aflorar centradas sobre todo en el futuro político al que se quiere dirigir esta alianza de las izquierdas a la izquierda del PSOE.

La marcha de Podemos de Teresa Rodríguez, pactada con Pablo Iglesias pero también por discrepancias con la dirección nacional, se cimentó en el propósito de la presidenta del grupo parlamentario de Adelante Andalucía de emprender un nuevo proyecto político que aspire a darle una identidad propia a la confluencia para que sea un sujeto político autónomo y más independiente y pelear así por que Andalucía tenga voz propia en el Congreso, además de poder mantener la marca Adelante Andalucía y estar presente en todos los procesos electorales bajo estas siglas. También su fuga de Podemos coincide con el pacto de gobierno de Unidas Podemos con el PSOE, algo que no comparte Teresa Rodríguez, más crítica con los socialistas y más esquiva a dar su apoyo para no convertirse en su muleta. Ese es, tal vez, uno de los principales escollos de fondo, ya que Podemos e IU sí respaldarían un eventual pacto con el PSOE en Andalucía, replicando así el acuerdo nacional, con el objetivo de facilitar que la izquierda pueda desalojar en un futuro al actual Gobierno de PP-A y Ciudadanos que sustenta Vox.

Teresa Rodríguez es líder del partido Anticapalistas, que junto a Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista lideran un nuevo proyecto que pretende dar un giro andalucista para conferirle más autonomía e independencia a la confluencia frente a las tesis que defienden Podemos e IU.

La crisis latente y que ha explotado esta semana con fuerza es compleja y con muchos frentes, aunque como telón de fondo está el horizonte político de Adelante Andalucía y también el futuro de su marca electoral que ya lideró Teresa Rodríguez como candidata en las últimas elecciones y que ayer mismo volvió a manifestar que no descarta repetir si así lo quieren sus camaradas.

El pasado lunes los dirigentes de las distintas formaciones de la confluencia celebraron una reunión en secreto para avanzar en las negociaciones sobre el futuro del proyecto común que pretenden pergeñar entre todos. El encuentro no tuvo un final feliz y al día siguiente se desataron las críticas y reproches entre las distintas formaciones, tirando incluso de trapos sucios y de críticas de trazo grueso con términos como «antidemocráticos, irresponsables o traidores», que pusieron de relieve la alta tensión en las negociaciones y, lo más evidente, las grandes diferencias existentes.

Las huestes de Teresa Rodríguez -Anticapitalistas, junto a Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza- acusaron a los otros dos socios de la confluencia, Podemos e IU de Andalucía, de tener «acordada la ruptura» antes de la reunión, mientras que IU Andalucía criticó la «usurpación antidemocrática» por parte de Anticapitalistas de algunas funciones en el seno de Adelante, como la gestión y uso de sus redes sociales.

IU consideró «inconcebible usurpar de manera antidemocrática primero la marca de la confluencia» y después las redes sociales y acusó a Anticapitalistas de crear un «relato» para justificar la ruptura. Desde el lado de Teresa Rodríguez se cuestionó que «IU haya sacado días antes sin avisar dinero de las cuentas de las diputaciones de Huelva y Málaga pertenecientes a la confluencia, hecho que fue negado por IU en ambas provincias.

Desde las filas de Teresa Rodríguez se reprochó a IU y Podemos de reducir cualquier opción al ultimátum de la retirada de Adelante como partido instrumental sin condiciones para evitar así que pueda presentarse de nuevo a unas elecciones.

El uso de la marca electoral es, sin duda, otro de los grandes pulsos en el disenso reinante en el seno de la confluencia. Y es que tanto IU como Podemos no pueden ocultar su temor a que Teresa Rodríguez se pueda hacer con el control político de Adelante Andalucía.

Otra de las incógnitas motivadas por esta crisis reside también en el futuro del grupo parlamentario de la confluencia, con mayoría de Teresa Rodríguez con 11 diputados de su formación mientras que los otros seis son de IU. Si las diferencias persisten será difícil mantener la coordinación y la unidad y se verán abocados a la ruptura.

Las diferencias políticas son palpables, pero también las divergencias van más allá y son de carácter estratégico y organizativo.

Con todo, ambas partes intentaron no aparecer como responsables de una ruptura que parece ya una crónica más que anunciada. Todas las formaciones se afanaron en dejar atrás los excesos en las críticas y en apostar por el diálogo para dejar una puerta abierta a la esperanza de un posible acuerdo que se vislumbra, a priori, bastante difícil.

En septiembre está previsto que se retome el diálogo con una mesa de negociación para ver si es posible resolver esta compleja situación de la izquierda, que se asoma peligrosamente al precipicio de su ruptura.