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La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha defendido en la Universidad de Sevilla que su ministerio es la «casa de todas las mujeres», incluso de las que ahora la abroncan por la ley de libertad sexual o del 'solo sí es sí' con la que ... se ha convertido en centro de la polémica. Una ley que ha calificado de «pionera», con la que asegura que todo el Gobierno se identifica y que va a «pelear con uñas y dientes cada coma» en el debate parlamentario. Quizás por sentirse en el foco de las críticas nada más llegar, Montero ha reivindicado en una conferencia ante estudiantes universitarios a la primera ministra de Igualdad, la socialista Bibiana Aído. «Puso la cara y se la partieron», ha manifestado Montero, que ha utilizado como referente la valentía de la política gaditana e incluso reivindicando su ley de aborto.
Antes de la conferencia «La alianza feminista», Montero arremetió contra la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, a preguntas de los periodistas. Ha lamentado su «falta de educación» y «y respeto» por considerarla la «mujer más humillada de la política española». «Es la mejor prueba de que existen las clases sociales y que es mejor venir de una familia humilde como la mía, pero que me ha dado una buena educación, a tener un apellido bien pero que no le hayan enseñado ni educación ni respeto», ha dicho sobre Álvarez de Toledo. Esta la tildó de la más humillada por la intervención del vicepresidente Pablo Iglesias en alusión a que es su pareja y «ha salido cual macho alfa a defender a su hembra de un colega de un ministerio», en alusión a la bronca interna del Gobierno de Montero con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, por discrepancias técnicas sobre la ley. Curiosamente, Aído pertenece a una de las familias socialistas más conocidas de Cádiz, mientras Campo también está vinculado a esta provincia, en la que ha sido juez y diputado.
Montero ha rechazado que haya discrepancias internas sobre la ley y que el Gobierno esté dividido en torno a la norma. «Es una ley integral, pionera y cuenta con consenso en el conjunto del Gobierno feminista y su voluntad de luchar contra las formas de violencia machistas», ha afirmado a los periodistas.
En la conferencia, Montero se ha definido como «abolicionista» de la prostitución y ha subrayado su intención de perseguir este objetivo, aún reconociendo que otras ministras con las mismas ideas que ella no lo lograron en el pasado por gobiernos que no se atrevieron a dar el paso. Ha anunciado en este sentido una ley contra la trata de blanca y ha reivindicado que este 8M no sea solo de lucha contra la violencia machista, sino también de lucha contra la desigualdad y precariedad en la que viven muchas mujeres, cuyo techo de cristal les queda lejos por vivir en condiciones de gran pobreza. «La precariedad y la pobreza tienen nombre de mujer». La ministra no ha eludido la polémica conocida en el Gobierno, incluso ha utilizado varias veces la ironía para referirse a las discrepancias internas. Hablando por ejemplo de las políticas que hay que hacer para luchar contra esa precariedad ha apuntado que es un «reto del Gobierno», para luego matizar que no quiere entrar en lo que es competencia de otros ministerios. «Está la cosa como para que me entiendan mal o para que me explique mal», ha dicho. Sí ha concluido con que su «reto» personal es el de «dejar un país más feminista y mejor para las mujeres».
No ha habido escrache en la Universidad de Sevilla, en la que numerosos alumnas han guardado cola para entrar a un aula desde la que se podía ver y escuchar a Montero desde una pantalla, ya que el salón de actos del paraninfo apenas tiene capacidad para un centenar de personas. Montero ha estado acompañada por la delegada del Gobierno, Sandra García, y en el acto también ha estado la secretaria general de Comisiones Obreras de Andalucía, Nuria López. Poco más. Nadie conocido de Podemos, salvo la diputada Isabel Franco, del ala de Iglesias. No ha acudido nadie de la dirección andaluza de Podemos, que como se sabe está en proceso de divorcio de la dirección nacional. Sí ha estado la que fuera senadora por Adelante Andalucía Esperanza Gómez, luego militante de Más País.
Montero se ha mostrado contenta al conocer que el paraninfo de la Universidad de Sevilla fue antigua fábrica de tabacos, circunstancia que ha aprovechado para reivindicar a las cigarreras, a las que considera pioneras del feminismo, sobre todo en conciliar. Ha recordado cómo las cigarreras se turnaban entre ellas para cuidar los niños unas de las otras. Esta fábrica de tabacos de Sevilla, hoy sede de la Universidad hispalense, se inspiró el escritor Próspero Merimée para escribir su novelita 'Carmen', luego famosa por la ópera de Bizet.
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