e. hinojosa

Las otras incógnitas de las elecciones andaluzas

Además de la incertidumbre sobre cuándo se celebrará, la cita con las urnas aún abre importantes interrogantes

Domingo, 24 de abril 2022, 01:00

Andalucía, o al menos los interesados en los asuntos públicos, lleva más de dos semanas esperando a que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, revele cuál será la fecha de las elecciones. Desde que el guión argumental del Gobierno andaluz experimentara un giro en ... la mañana del 6 de abril, cuando el presidente dejó atrás el discurso de la estabilidad para advertir de que la espiral inflacionaria hace necesaria la aprobación de unos nuevos presupuestos antes de fin de año, el final adelantado de la legislatura dejó de ser una posibilidad lejana.

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Aunque el presidente no ha desvelado la fecha concreta, con el paso de los días la posibilidad de que la legislatura agote sus cuatro años se ha ido diluyendo hasta no quedar prácticamente margen para algo diferente al adelanto electoral. El pasado jueves, el propio Moreno reconoció que es un secreto a voces que la legislatura está acabada y a estas alturas la única incógnita parece ser si la disolución del Parlamento se hará antes del próximo pleno, con lo que las elecciones podrían ser el domingo 19 de junio, o si esa sesión llegará a celebrarse, con lo que la cita con las urnas se postergaría hasta el domingo 26. No obstante, el propio presidente ha dejado abierta la posibilidad de que los comicios tengan lugar en cualquier día de la semana, incluso laborable. El abanico de posibles fechas electorales abarca al día de hoy del 18 al 30 de junio.

Pero más allá de la fecha en la que los andaluces sean llamados a las urnas, las elecciones autonómicas que darán paso a la XII Legislatura de la autonomía albergan otros interrogantes cuya resolución será determinante para su desarrollo.

Partido Popular

Los dos partidos que sustentan al Gobierno afrontarán el proceso desde dos posiciones diametralmente opuestas. El Partido Popular se presenta como favorito para ganar, con un líder consolidado y al que la reciente crisis de su formación a nivel nacional, la más grave que ha afrontado a lo largo de la historia, lo ha acabado favoreciendo por la forma en la que se resolvió con el congreso celebrado en Sevilla. El nuevo presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, guarda una gran afinidad política con el mandatario andaluz y mantiene con él, además, una estrecha relación personal. La época en que la dirección nacional del PP era para Juanma Moreno una fuente permanente de presiones y zancadillas ha pasado a la historia. Por ello, el proceso de conformación de las listas no tendrá nada que ver con los traumáticos congresos provinciales que el presidente andaluz sufrió durante el año pasado. A diferencia de lo sucedido en 2018, cuando Casado impuso a muchos de sus candidatos en puestos de salida, Moreno tendrá esta vez poder absoluto para elaborar las listas de principio a fin según su criterio y sin condicionantes.

La única contraindicación para el presidente del PP de Andalucía tras la llegada de Núñez Feijóo a la presidencia nacional del partido ha sido el ascenso de su hasta ahora mano derecha, Elías Bendodo, de quien ya ha avisado que tendrá que prescindir. Uno de los interrogantes de cara a las próximas elecciones andaluzas reside en saber si este salto del todavía consejero de Presidencia a la política nacional se traducirá en su ausencia de la lista del PP por la circunscripción de Málaga.

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Ciudadanos

En Ciudadanos, la situación es diametralmente distinta. Con las expectativas electorales bajo mínimos y el grupo parlamentario partido, la cercanía de las elecciones está lejos de actuar como fuente de cohesión. Por el contrario, algunos de sus dirigentes no se esconden a la hora de expresar en público sus diferencias. A medida que se acerca el final, estas diferencias se expresan con menos complejos. En la última junta de portavoces del Parlamento, la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, y la portavoz parlamentaria, Teresa Pardo, dos de las dirigentes más cercanas a Juan Marín y pertenecientes al mismo sector, sorprendieron al exhibir públicamente sus diferencias de criterio en una discusión en la que la cortesía brilló por su ausencia.

Con los dirigentes del otro sector los puentes está rotos. El coordinador del partido en Córdoba, Fran Carrillo, se ha quejado públicamente de no haber sido informado de un acto previsto para el próximo 14 de mayo en esa provincia para relanzar el proyecto político desde una óptica de «centro andalucista», un definición ideológica que ha levantado ampollas en algunos sectores de la formación naranja. Asimismo, la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, que en su día se barajó como posible líder alternativa a Marín, criticó públicamente la estrategia seguida por el partido durante los últimos años.

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Marín, que se impuso a Carrillo en las primarias para elegir al candidato a presidente de la Junta, hará seguramente unas listas con los más cercanos y sueña con volver a ser decisivo para la conformación del próximo gobierno andaluz.

PSOE

En el PSOE, el partido que con más premura ha iniciado el proceso de sus listas electorales, quedan pocas incógnitas por resolver. Tras imponerse en las primarias a Susana Díaz y ratificarse como líder de los socialistas andaluces en el congreso de Torremolinos, Juan Espadas conoció en los congresos provinciales, igual que le había sucedido a Juanma Moreno en el PP, los límites de su victoria interna. El fracaso de la operación para situar a su secretario de Organización, Noel López, como senador por designación autonómica para que se pudiera dedicar a las tareas orgánicas, que chocó con la negativa de la senadora Marisa Bustinduy a dejarle el lugar, es una buena metáfora de las lindes que aún encuentra el poder que ostenta en el partido.

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Ahora llega la conformación de las listas electorales y Espadas, que anuncia una renovación del 70 por ciento en los nombres, se encuentra con la posibilidad de mostrar su autoridad. Este lunes los socialistas celebran ejecutivas provinciales para terminar de conformar las listas, de las que ya se conocen sus cabezas de cartel y que deberán ser ratificadas por el Comité Director el próximo viernes.

El interrogante es cómo saldrá el PSOE-A de este nuevo proceso interno en la antesala de un desafío electoral que se le presenta difícil y en el que necesitará implicar a todo el partido, especialmente a sus estructuras locales, para intentar darle la vuelta a los negros augurios de las encuestas.

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Vox

Vox afrontará las elecciones con el ambicioso objetivo de entrar en el Gobierno andaluz y de momento la mayor incógnita reside en quién será su cabeza de cartel. Durante meses todas las miradas se dirigieron a Macarena Olona, secretaria general del grupo parlamentario de esa formación en el Congreso. La política alicantina alentó la expectativa de que sería candidata subrayando su vinculación con Granada, circunscripción por la que es diputada, mostrando públicamente devoción por la sevillana Virgen Macarena y actuando como portavoz en el Congreso de los Diputados al tratarse cuestiones relacionadas con Andalucía, en algunas ocasiones con mayor fortuna que en otras.

Sin embargo, en las últimas semanas ha comenzado a circular la versión de que en Vox se están planteando si merece la pena prescindir de una dirigente que es clave en el organigrama y el funcionamiento de su grupo parlamentario en el Congreso y que se ha convertido en una de las caras más visibles del partido a nivel nacional.

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Siendo Vox un partido fuertemente centralizado con mando único en Madrid y carente de estrategias autonómicas, la elección final del candidato o candidata se tomará en función de su objetivo central: las elecciones generales del año próximo.

Lo que sí ha comenzado en Vox es el proceso de entrevistas para la selección de posibles candidatos para conformar las listas de las elecciones andaluzas, en las que tienen la expectativa de doblar representación en el Parlamento y conseguir de esa manera convertirse en una fuerza determinante que obligue a su entrada en el Gobierno. A ninguno de los actuales parlamentarios se le ha comunicado de momento si seguirá.

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Las izquierdas

Uno de los interrogantes que también se abren de cara a las elecciones andaluzas es si una eventual candidatura de Macarena Olona en Vox servirá para movilizar, por efecto inverso, a los votantes de la izquierda. No sólo a los socialistas -que en número de 400.000 se quedaron en sus casas el 2 de diciembre de 2018- sino en el sector a la izquierda del PSOE.

En ese amplio espacio multicolor, a estas alturas todo sigue siendo un gran interrogante. Después de que el pasado 28 de marzo representantes de Izquierda Unida, Podemos, Más País, Equo y otras organizaciones menores acordaran comenzar a trabajar en un programa conjunto, el proceso de unidad apenas ha avanzado. De momento no hay acuerdo en ninguna de las cuestiones básicas: ni en el perfil que debería tener el candidato, ni en el nombre de la coalición.

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Podemos ha iniciado por su cuenta el proceso interno para elegir candidato, en el que se ha presentado el guardia civil y diputado morado José Antonio Delgado, y el propio proceso ha tenido el efecto contrario al buscado en Andaluces Levantaos, la coalición de tono andalucista que había montado Más País y que se ha roto por el rechazo de una de las formaciones integrantes a la forma en la que está discurriendo el proceso.

De esta opción se ha desmarcado hace meses Teresa Rodríguez, que con su grupo, Anticapitalistas, y otras formaciones menores pretende ir a las elecciones bajo la marca Adelante Andalucía, la coalición que formó con Izquierda Unida cuando aún lideraba Podemos en Andalucía y de cuyo grupo parlamentario fue expulsada junto a otros diez diputados. Si finalmente podrá utilizar ese nombre es otro de los interrogantes con los que se presenta la campaña.

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