Juan Espadas, esta semana en el Parlamento de Andalucía. Sur
Política andaluza

Espadas se muda al AVE

Mirada periférica ·

El secretario general del PSOE-A asume una doble responsabilidad e instala a su partido en el vértigo

Domingo, 3 de diciembre 2023, 00:15

El nombramiento de Juan Espadas como portavoz socialista en el Senado ha generado dudas fuera del PSOE de Andalucía y una sensación de vértigo dentro. Las dudas externas se centran en cómo debe leerse el nombramiento. ¿Cómo un intento de promocionar la figura del secretario ... general o como el anticipo de una futura salida en cuanto se encuentre un candidato alternativo para 2026?

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Dentro del partido no se detecta pista alguna que apunte a que se esté empujando a Espadas hacia el camino de salida. Todo lo contrario. Las lecturas señalan a un apuntalamiento del candidato y a la necesidad de corregir el déficit que arrastra desde que hace dos años y medio se hiciera con el control del PSOE-A: su condición de político ignoto en buena parte de Andalucía.

La designación persigue aumentar su notoriedad y darle un perfil público más alto que le permita tener alguna oportunidad cuando se vuelva a medir con Juanma Moreno en las elecciones autonómicas. En el PSOE creen que el Senado tendrá un gran protagonismo en esta legislatura y que eso le dará a Espadas un nivel de exposición pública del que ahora carece.

Ahora bien, la jugada es arriesgada por varios motivos. El primero es que el portavoz socialista se verá obligado a defender posturas en el debate territorial que, por decirlo con suavidad, no son acogidas con simpatía por buena parte de la ciudadanía andaluza. Frente a esto, en el PSOE asumen que el primer paso para ganar un debate es que la posición propia se conozca de primera mano, no a través de interpretaciones, y creen que Espadas podrá hacerlo. Y si no, al menos se hablará de él, aunque no sea en buenos términos. La crítica siempre es mejor que la indiferencia.

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El propio secretario general sabe que su partido lleva años perdiendo el debate político en Andalucía y que el mensaje del Gobierno de España no llega a los andaluces. Por ello ha inaugurado el nuevo curso político nacional apuntando a la necesidad de contar con perfiles más protagónicos en la Delegación del Gobierno y en las subdelegaciones provinciales.

Pero lo que provoca más vértigo en la filas socialistas andaluzas es la doble agenda que se le viene encima a su secretario general. Hay quienes dudan de si podrá asumir ambas tareas. No por capacidad de trabajo o por el empeño que sea capaz de poner, sino porque no hay humano que tenga el don de la ubicuidad. Habrá alguna ocasión en la que haya, en el Parlamento o en el Senado, una fotografía del escaño de Juan Espadas vacío que no contribuirá a su buena imagen.

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Compatibilizar las tareas no siempre será posible. Ambas cámaras son controladas por sendas mayorías absolutas del PP, que a la hora de diseñar agendas se lo pondrán lo más difícil que puedan.

Espadas se convertirá en un asiduo usuario del AVE. A ver si al menos eso ayuda a que el servicio mejore. Si lo consigue, ya habrá brindado un valioso servicio a Andalucía

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