Javier González de Lara, el pasado jueves en Málaga. salvador salas

González de Lara: «Las empresas han sido el verdadero escudo social y ahora necesitan tiempo»

El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía advierte de que no se debe dar por amortizada a la pandemia

Domingo, 10 de octubre 2021, 00:37

Los repite una y otra vez: prudencia. Ni la pandemia ha sido aún superada, ni se puede dar por hecha la llegada de unos fondos europeos que se vienen anunciando desde hace más de un año y medio pero de los que todavía se desconocen ... cuantía y destino. El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, advierte de que se está en el camino de la recuperación, pero con 30.000 trabajadores andaluces todavía en ERTE, aún se está lejos de la meta.

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-La Junta tiene una previsión de crecimiento para el año próximo del 7% en Andalucía y la creación de 125.000 empleos. ¿Comparte tanto optimismo?

-Es una perspectiva acertada con matices. El crecimiento va a estar sobre el 6,5%, pero lo importante no es tanto ver el crecimiento, porque la caída en Andalucía fue más fuerte respecto a la media de otros territorios por la importancia de su sector servicios, como ver cómo recuperar la velocidad de crucero que llevábamos en 2019. Sobre la creación de empleo, yo creo que son datos bastante razonables. El consejero de Economía maneja variables correctas. Hay que tener en cuenta que el virus sigue aquí, yo todavía no he visto el certificado de defunción del coronavirus. Hay que tener mucha prudencia porque el camino de la remontada es larga y la realidad de muchas familias de empresarios, de pymes, de autónomos es frágil. Los empresarios miramos el futuro con esperanza, pero con prudencia. No hay que hablar todavía del escenario post covid, sino del escenario post vacunación, porque el virus forma parte del contexto actual. La gestión de esta crisis no habría que ponerla en el manual de las buenas prácticas.

-¿Cree que desde el punto de vista del tratamiento a los sectores económicos la gestión de la crisis se podría haber hecho de otra manera?

-Es muy difícil decirlo, porque una pandemia a nivel universal se presenta sin manual de instrucciones. Yo no voy a decir si se ha hecho mejor o peor, porque lógicamente hubo que tomar decisiones sin conocimiento. En Andalucía desaparecieron 20.000 empresas, que es un 5 por ciento del tejido productivo y no digo que se podría haber evitado. Más que mirar al pasado, hay que ver cómo recuperamos la actividad económica y ver qué fórmulas de cooperación son las mejores para salir adelante. Los derechos de los ciudadanos no están sólo garantizados por el sector público. La empresa privada colaboró mucho para estar al nivel de lo que los ciudadanos demandaban. Le pongo el ejemplo del sector agroalimentario, que ha sido el gran olvidado de todo este tema, la cadena de suministros, las entidades financieras, las empresas eléctricas, de telecomunicaciones. La protección de los derechos no sólo está garantizada por el sector público. Estamos orgullosos del esfuerzo que se hizo.

-Además de aplaudir a los sanitarios deberíamos haber aplaudido a las cajeras de los supermercados.

-Sí, absolutamente. Los empresarios y los autonómos hemos sido los sanitarios de la economía.

«No quiero imaginarme qué hubiera sido de este país sin los ERTE»

pacto social

«No se ha dado en la historia de nuestra democracia aprobar una subida del SMI en septiembre y con carácter retroactivo»

salario mínimo

-Las previsiones dicen que se va a recuperar el número de empleos anterior a la crisis, pero no se dice nada del nivel salarial. ¿El deterioro de los salarios de los últimos años ha venido para quedarse?

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-Más que del deterioro salarial, lo que habría que ver es cómo enfocamos la recuperación. Tenemos 800.000 desempleados en Andalucía. Esto no ha terminado. Hay que ser prudentes. Por supuesto que el objetivo es la recuperación de los equilibrios sociales, la recuperación de las empresas y de los salarios, pero las empresas, que son el verdadero escudo social, necesitan tiempo para recuperar su actividad. Eso traerá la recuperación del empleo y la mejora retributiva. Para eso tenemos una herramienta muy potente: el diálogo social y la negociación colectiva. Más que tener precipitación, hay que garantizar la viabilidad de las empresas. Me preocupa que no lo consigamos y que los 30.000 trabajadoras y trabajadores que todavía están en ERTE tarden en volver o no puedan hacerlo.

-¿Cómo valora el instrumento de los ERTES?

-Ha sido un factor determinante, un éxito del diálogo social. No quiero imaginarme qué hubiera sido de este país sin los ERTES. El acuerdo interconfederal que firmamos el Gobierno, las centrales sindicales y patronales fue un 12 de marzo, dos días antes del estado de alarma. Hubo mucha previsión. Cuando las decisiones son consensuadas dentro del diálogo social suelen ser acertadas. El problema es cuando los gobiernos toman decisiones sin consultar, como vemos últimamente.

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-¿Se refiere al aumento del salario mínimo?

-Es una medida que el Gobierno tiene derecho a adoptar simplemente consultando a los agentes sociales. Se nos ha consultado, pero no ha sido un diálogo formal. La decisión política estaba muy predeterminada. No se ha dado en la historia de nuestra democracia aprobar una subida del Salario Mínimo Interprofesional en septiembre y con carácter retroactivo. Hubiera sido inteligente haber creado una senda de crecimiento hasta el final de la legislatura a partir de enero del 22. No es tanto el importe o la necesidad de recuperar el nivel distributivo de los salarios como la improcedencia de la medida o el momento tan inoportuno.

«Se habla del gasto social como paradigma y yo creo que es bueno, pero no debe ser un fin»

gasto social

-¿Están funcionando las ayudas?

-Hay algunas que están funcionando, como la línea de 732 millones puesta en marcha en Andalucía, ha habido muy buena gestión de la Consejería de Empleo. Otra cuestión son los últimos decretos de solvencia para trabajadores y autónomos. Son 7.000 millones de los que se entregaban a Andalucía algo más de mil millones. Ahí hubo que corregir la letra pequeña del decreto porque era inaplicable.

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-¿Cómo valora lo que se conoce de los Presupuestos Generales del Estado?

-Todavía es pronto para saber lo que hay detrás de los Presupuestos. Estamos en el momento de la dialéctica y de los grandes titulares. Se habla del gasto social como si eso fuera el paradigma a buscar y yo creo que el gasto social es bueno pero no debe ser un fin. Debe ser un presupuesto que apoye al tejido productivo. Los fondos europeos, de los que llevamos un año y medio hablando y que aún no han llegado, deben ser el camino de la recuperación y transformadores. Ojalá que los presupuestos sean generosos para la economía productiva y con las provincias andaluzas que están esperando infraestructuras muy importantes.

«Si tenemos presupuestos, habrá estabilidad»

–Los presupuestos de la Junta están en pleno proceso de elaboración. ¿Cuáles deberían ser sus líneas básicas?

–Nosotros tenemos siempre una visión social. Lo primero es garantizar los servicios sociales, y para eso si tenemos unos presupuestos con un gran acuerdo político parlamentario, mejor que mejor. Ojalá no se excluyera a nadie, aunque no va a ser sencillo. Si tenemos presupuesto, va a haber estabilidad, aunque entremos en un año electoral, y a partir de ahí se garantizarán mejor las políticas sociales, la sanidad, la educación y todo lo que es dependencia. Dos tercios de los presupuestos se destinan a esas partidas, pero tenemos que dejar una parte para hacer más eficiente el tejido productivo con incentivos y transformar la Administración para que facilite la actividad económica y para que los empresarios podamos funcionar en este proceso de recuperación. Si hay un gran acuerdo, sería excelente, porque además se visualizaría que esta es tierra de oportunidades, donde sus responsables políticos tienen altura de miras.

–Se ha conocido que la absorción de Liberbank por Unicaja supondrá la eliminación de 1.500 puestos de trabajo. ¿Son deseables las fusiones si vienen con un coste laboral tan alto?

–Los procesos de fusión, de absorción en este caso, no siempre son deseados. ¿Por qué se hace en este caso? Porque necesita más tamaño para poder optimizar su modelo de negocio. Hoy en día la banca no cobra intereses. El modelo de la banca tradicional está cada día más cuestionado y tiene que transformarse porque si no desaparece. Estos procesos están forzados por las recomendaciones del Banco de España y del BCE y no han concluido. En el caso de Unicaja, independientemente de que es una medida dolorosa y de que va haber desvinculaciones, hay que tener en cuenta que nace el quinto banco español y que va a tener su sede en Andalucía y concretamente en Málaga. Eso es una buena noticia.

-La CEA hace hincapié en que los fondos Next Generation deben servir no para cambiar el modelo productivo sino para hacer más productivo el modelo. ¿No supone esto asumir cierta resignación?

-No es así, en absoluto. No hay sector más dinámico y creador de empleo que el turismo. El sector servicios ha generado una terciarización de la economía mundial y la industria ha quedado muy delimitada a China y el sudeste asiático. Algún día se estudiará cómo durante la pandemia el sector terciario ha paralizado a la industria. La falta de movilidad paralizó la industria del automóvil, la falta de turismo paralizó una industria tan potente como la de la aviación. La riqueza de las naciones está en el sector servicios. No tenemos que renegar de algo, como el turismo, en lo que somos la segunda potencia del mundo, sino hacerlo mejor. Somos servicios, industria turística, agroalimentaria, transporte, tecnología. Vamos por el camino adecuado. El modelo económico no se puede improvisar desde la novena planta de un ministerio en el Paseo de la Castellana. No vamos a volver al punto de partida de antes de la pandemia, el modelo se va a ir transformando por sí mismo. La Covid ha acelerado el proceso de transformación. El modelo productivo como tal no es equivocado, después lo aderezamos con un modelo energético más adecuado, con un modelo fiscal mejor, con un sistema educativo más eficiente. Pero los pilares son los adecuados.

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-Uno de los objetivos de los fondos Next Generation es la reindustrialización de Europa. ¿No se corre el riesgo que Andalucía vuelva a quedar fuera?

-Es probable por los apoyos políticos y parlamentarios. Los planteamientos políticos influyen muchísimo, pero también van calando las cosas. Lo que busca el inversor es estabilidad y ahora mismo Andalucía transmite estabilidad. Para que haya reindustrialización lo que necesitamos es una administración pública más eficiente. ¿Para qué sirve hablar de industrialización si la tramitación administrativa para poner en marcha una industria se convierte en un fenómeno tedioso de una década?

-Junto a los presupuestos se ha anunciado una nueva política de vivienda. ¿Puede afectar al sector de la construcción?

-No le quepa duda, pero tengo mis reservas sobre los anuncios estrella que luego en la práctica son difíciles de poner en marcha. El anuncio es desafortunado, porque puede significar una intromisión grave al derecho a la propiedad privada. Estamos viviendo unos tiempos en los que cada día hay un anuncio y los ciudadanos nos merecemos mejor suerte. Lo que se necesita es abordar los problemas reales, como el precio de la factura de la luz, las materias primas. Cada euro que se destina a pagar las facturas de la luz cada día más cara es un euro menos para recuperarnos de la crisis económica.

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