El Gobierno acelera la negociación con Gibraltar con las reservas de la Junta y los alcaldes

Al menos ese es el mensaje que Albares transmitió a la delegación de la Junta de Andalucía y los alcaldes con la que se reunió el pasado martes. Se trata del segundo encuentro que el ministro ha mantenido en las últimas semanas con la delegación andaluza, la primera en Madrid y la segunda sobre el territorio, aunque en ambas los alcaldes y el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, que representa a la Junta en estos encuentros, se fueron con la sensación de que se les sigue hurtando información. «Seguimos sin conocer detalles que, lógicamente sí puede tener Gibraltar porque está presente en las negociaciones y que no tenemos los ayuntamientos ni la comunidad autónoma que representan los intereses que principalmente están en juego», dijo el consejero.

Este miércoles, el ministro continuó con su agenda en el Campo de Gibraltar y se reunión con el alcalde de La Línea, Juan Franco, tras hacerlo con trabajadores españoles en Gibraltar y con el Grupo Transfronterizo.

En todos estos encuentros, Albares transmitió lo que considera alta complejidad de un acuerdo que toca a varios niveles de la administración: europea, nacional, autonómica y local, a pesar de lo cual se han hecho avances en varias materias, incluyendo el uso conjunto del aeropuerto.

«Ha habido pasos muy importantes en diversas materias», dijo el ministro que resaltó que «lo más importante, lógicamente, no es exclusivamente la caída física de la verja, sino lo que va a suponer de lo que queremos alcanzar, que es una libre circulación de personas y de mercancías y por lo tanto la creación de una zona de prosperidad compartida».

En su reunión con la delegación de la Junta y alcaldes de la zona, el ministro pidió colaboración y que se ofrezca una imagen de unidad. Sin embargo, más allá del objetivo común que ambas partes persiguen -la eliminación de la verja y la firma de un acuerdo - en el Gobierno andaluz consideran que hay todavía muchos flecos por resolver y sobre los que no se ha comunicado que existan acercamientos, como la situación de los trabajadores, el medio ambiente, el dumping fiscal que Gibraltar realiza con su legislación, especialmente en lo relativo al impuesto de sociedades, o las tasas que se cobran en los puertos. La alianza entre Gibraltar y el puerto marroquí Tanger Med es motivo de preocupación en Algeciras, cuyo puerto podría verse amenazado por una situación de competencia desleal si se abre sin control la libre circulación de mercancías.

Otro de los puntos de discrepancia es el control de entrada de pasajeros por el aeropuerto, que España considera que corresponde a la policía española.

El consejero andaluz de Presidencia advirtió de que si el tratado no aborda estas cuestiones, la zona no será de prosperidad compartida, como asegura el ministro, sino de «prosperidad desigual».

En la Junta temen que las posibles prisas del Gobierno para cerrar un acuerdo y proyectar la imagen de un gobierno eficaz en el plano internacional lleve a no tomar las previsiones imprescindibles para evitar que la diferencia de desarrollo económico a uno y otro lado de la verja se perpetúen cuando esta ya haya caído.