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Antonio Maíllo renueva hoy su liderazgo como coordinador de Izquierda Unida en Andalucía con algunos importantes cambios respecto a hace cuatro años, cuando relevó a Diego Valderas en el cargo. La destacada ausencia de este ayer en el arranque de la 21 Asamblea de IU ... Andalucía en un hotel de Benacazón (Sevilla) y la presencia hoy en el cierre de la misma de Teresa Rodríguez, líder regional de Podemos, simboliza las diferencias en doble sentido: Las diferencias con el que fuera coordinador de IU durante doce años y las diferencias de lo que era IU hace cuatro años y hacia donde camina ahora. Hoy Maíllo estabiliza su alianza con Podemos en Andalucía cara a las elecciones autonómicas y municipales en este cónclave como ya hiciera Alberto Garzón en 2016 antes de confluir con el partido morado en Unidos Podemos en las generales del 26 de junio. El coordinador general de IU también participará en la clausura de la Asamblea.
La formación izquierdista no tiene la relevancia de 2013 en Andalucía, unos lo achacan a la irrupción de Podemos y otros al cogobierno con el PSOE (2012-2015). En 2013 contaba con 12 diputados en el Parlamento y ahora con cinco; Gobernaba en la Junta de Andalucía con el PSOE y ahora ejerce una férrea oposición en sintonía con Podemos. Militaban en sus filas algo más 8.500 personas y ahora 2.500 menos. Pese a todo, Maíllo logró salvar su informe de gestión con una abrumador respaldo: el 89,64% de los 280 delegados que votaron. Hay 460 delegados inscritos.
El mismo apoyo rotundo, también con baja participación (menos del 50%), que ha recibido su documento político entre las bases de la formación izquierdista, el 81%, frente al 17,5% de la candidatura de José Luis Pérez Tapias, el que fuera número dos con Diego Valderas. Esta es otra de la gran paradoja de este cónclave: El sector crítico lo representa quienes auspiciaron su ascenso a la coordinación de IU. Una historia que se ha repetido numerosas veces en la política andaluza: Chaves y Griñán o Arenas y Zoido; Zoido y Moreno.
Maíllo aceptó las críticas de los afines a su antecesor, pero defendió una gestión destacando, por ejemplo, «la reducción de la deuda de esta organización realizada gracias a un trabajo muy duro, con escasos recursos». No renegó del gobierno con los socialistas, pero sí de no haber puesto condiciones al relevo de José Antonio Griñán por Susana Díaz en septiembre de 2013, algo que ya dependió de su gestión como coordinador. Sobre la pérdida de militancia, lo achaca no tanto a Podemos como a la crisis por la que muchos no han podido hacer frente a las cuotas. Su equipo subraya cómo, por contra, IU incrementó su número de simpatizantes, en torno a 15.000.
Un número a tener muy en cuenta a partir de ahora. La IU de Antonio Maíllo introduce los grandes cambios de modelo organizativo que ya acuñó la IU federal de Garzón, entre ellos darle participación a los simpatizantes en las primarias para elegir al candidato a la Junta. IU se hace más participativa, de forma que generaliza las consultas a las bases para todo tipo de decisiones, en sintonía con los círculos de Podemos.
Maíllo ha ganado con rotundidad y hoy volverá a registrar apoyos históricos como ya hiciera en 2013. Puede decirse que su modelo de confluencia ha ganado, si bien los aldabonazos de su rival, José Luis Pérez Tapias, para que IU no pierda autonomía y visibilidad en futuras alianzas electorales, señalando con el dedo a Podemos, han hecho mella en el dirigente de Lucena.
Así se vio en su discurso. Maíllo fue claro al admitir que su apuesta de futuro es arrebatar al PP ser la alternativa al PSOE «más rancio», aludiendo a Susana Díaz, en alianza con Podemos, pero no solo con esta formación. Hizo autocrítica sobre Unidos Podemos. «Aquella confluencia se hizo con prisas y no se consiguió la confluencia política y social deseada», lo que llevó a la pérdida de votos y a la invisibilidad en el Congreso. «Ahora el reto es construir una confluencia desde abajo, sin mirarnos el ombligo, sin melancolía» del pasado, argumentó.
Hizo para ello un llamamiento a Podemos, a Equo, a los sindicatos de clase y a todos aquellos no adscritos que esperan un proyecto que les «emocione», para trasladarles que IU «está dispuesta a afrontar esa esperanza y a disputar esa batalla».
También reclamó a la organización de izquierdas cohesión para «ofrecernos a otras pluralidades que no están bajo el paraguas de IU y crear un bloque alternativo que permita construir un país más decente». Maíllo llegó a hablar del momento histórico por la crisis catalana para ir hacia la tercera República y criticó al Gobierno por la actuación policial el día del referéndum.
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