Fran Hervías, el Lobo que se llevó los secretos de Ciudadanos

Nacido en la localidad gerundense de Tosa del Mar hace 37 años, Hervías pertenece a la generación de jóvenes dirigentes de la formación naranja que entraron en el partido cuando éste aún era una fuerza minoritaria, sólo con arraigo en Cataluña. Al igual que la presidenta, Inés Arrimadas, cuyo padre era policía, o el malagueño Guillermo Díaz, hijo de un militar, el padre de Hervías, un guardia civil nacido en el pueblo granadino de Quéntar, también vistió uniforme. Aunque Hervías nació en Cataluña, donde estaba destinado su padre, los veranos en la casa familiar lo arraigaron en Granada. Cuando Albert Rivera confió en él para convertir a su pequeña formación en un partido con vocación de incidir en la política nacional y contener desde concepciones liberales el crecimiento que entonces experimentaba Podemos, la casa familiar de Quéntar se convirtió en el cuartel general desde donde el Lobo se movió por toda Andalucía fichando voluntarios con ganas de entrar en política.

Con ese objetivo, Hervías, licenciado en Geografía y máster en Climatología -fue hombre del tiempo en una televisión local- recorrió todo el territorio nacional. Aún sus más duros detractores, los que tuvo siempre y los que cosechó tras su sorpresivo pase al PP, le reconocen el mérito de haber forjado desde la nada la estructura territorial de un partido que llegó a conseguir más de cuatro millones de votos y 57 escaños en las elecciones de abril de 2019. Aunque el suyo era más un trabajo puertas adentro que cara al exterior, en esos comicios obtuvo un escaño por la provincia de Granada que perdería siete meses más tarde, cuando Ciudadanos se desplomó en las urnas.

A partir de ese momento su estrella entró en declive, aunque algunos meses antes, tras las municipales de mayo de ese mismo año, había tenido un papel decisivo en la negociación de los pactos que dieron a Ciudadanos importantes cotas de poder a nivel local y autonómico.

Designado senador por designación de la Comunidad Autónoma de Andalucía, en mayo del año pasado su mujer, Virginia Millán, que había figurado como número 2 en la candidatura por Sevilla, fue nombrada adjunta al Defensor del Pueblo, cargo que aún conserva. La pareja, que está radicada en la capital hispalense, acaba de tener un hijo.

En los últimos meses se lo había comenzado a mencionar como un referente del sector que dentro de Ciudadanos en Andalucía considera excesivo el acercamiento de Juan Marín al Partido Popular. No lo hizo, sin embargo, por identificación ideológica, sino por su enfrentamiento atávico al vicepresidente de la Junta. Hervías, según sostienen quienes desde Ciudadanos aseguran conocerlo, es más hombre de acción que de reflexión y sus convicciones políticas, más allá de su firme militancia por la unidad de España y sus ideas más o menos liberales, no son producto de una gran elaboración intelectual.

En cambio, sí se lo considera una persona con gran capacidad para la organización y un estratega consumado. Su pase con toda la base de datos en la cabeza a un PP embarcado en la estrategia de atraer a cargos de Ciudadanos saben que puede hacer muchísimo daño en la formación naranja. Sus antiguos compañeros no lo dudan. El goteo de deserciones que se vive estos días, aseguran, fue diseñado por el Lobo.