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«El olor a muerte es devastador. Hay dos caballos en estado avanzado de descomposición, multitud de huesos de animales esparcidos por el suelo, mientras junto a este cementerio animal agonizan otros animales famélicos aún con vida, pero sin agua ni comida». Es la primera impresión de la entrada de los miembros de El Refugio del Burrito de Fuente de Piedra, a este lugar. No hablan de Málaga, es una finca de Bormujos, en Sevilla, «un infierno» en la que los voluntarios llevan trabajando sin cesar desde el jueves 1 de febrero. Seis días de lucha para sacar a los animales supervivientes en un caso que la Guardia Civil investiga por posible delito de maltrato animal. Lo cierto, es que burros, caballos, perros y ovejas enfermos y famélicos vivían entre cadáveres. «Es uno de los casos más graves que la asociación ha atendido en sus catorce años», dicen en un comunicado que lamenta «la pasividad» de las administraciones para tramitar una actuación «urgente».
Todo comenzó hace 6 días. «Recibimos un aviso urgente relativo a tres burros, tres ovejas, una cabra, cinco caballos, varios perros y gallinas en unas instalaciones en estado deplorable», relatan. Encontraron en un cementerio de huesos de animales muertos, cadáveres de caballos en estado de descomposición, varios en estado de caquexia (desnutrición y deterioro orgánico), «condiciones sanitarias alarmantes y nada de agua o comida». De ahí que lo hayan bautizado como «la finca de los horrores». Desde el Ayuntamiento de Bormujos aseguran a ABC que no había denuncias previas de la grave situación de los animales pero que, al tener constancia de ella, procedieron a actuar y a enviar a la Policía Local. El propietario de la finca, ha pasado a disposición judicial.
«El Seprona ordenó la retirada de los animales que peor se encontraban y autorizó que permaneciesen allí los que, con cuidados y unas condiciones higiénicas, podrán recuperar la salud», explican fuentes municipales. Desde El Refugio del Burrito contradicen esta versión y afirman que los animales están en «grave riesgo de inanición». Siguen esperando un permiso: «Reiteramos la urgencia de sacar a los animales aún vivos de esas instalaciones, sobre todo, por la incapacidad del propietario para asegurar los cuidados básicos o asistencia veterinaria que los animales aún con vida necesitan urgentemente». Al parecer, un matrimonio ajeno a la propiedad se ha comprometido a proporcionarles alimentación y limpieza. El Consistorio, por su parte, va a solicitar que vuelva a acudir un equipo de la a OCA (Oficina Comarcal Agraria) y el Seprona para constatar que la situación se ha revertido. Los pocos animales que ya han salido de la finca sí han sido trasladados a una protectora, informan fuentes municipales.
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