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Hasta ahora, sólo Susana Díaz había confirmado que se presentará al congreso regional del PSOE en Andalucía, donde los socialistas comenzarán a rearmarse para ... recuperar los mandos de la Junta. Pero la expresidenta no será la única candidata. El diputado por Jaén Felipe Sicilia abrió ayer por primera vez la puerta a liderar una alternativa para regenerar el partido. La escalada política de este policía nacional de profesión, licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, ha sido acelerada en los últimos tiempos por personas del círculo de confianza de Pedro Sánchez. Su nombre sonaba desde hace meses como uno de los potenciales sucesores de Díaz, aunque un almuerzo organizado la semana pasada en La Carihuela con varios cargos del partido disparó las especulaciones internas. Sicilia aseguró ayer a este periódico que no descarta presentar su candidatura a dirigir el PSOE andaluz, partido que considera que necesita «recuperar la confianza mayoritaria de los ciudadanos», además de recordar, en referencia a sus posibles competidores, que «lo importante es lo que opinen los militantes cuando se abra el proceso de primarias».
Sicilia niega que su encuentro en un restaurante de Torremolinos con el alcalde José Ortiz, el exconsejero Luciano Alonso, los senadores Josele Aguilar y Javier Aragón, las diputadas Sonia Ferrer y Laura Berja y el último candidato socialista a la Alcaldía de Cádiz, Fran González, tuviese como objetivo recabar apoyos en su carrera hacia la secretaría regional del PSOE, aunque reconoce que «hablamos de la situación del partido en Andalucía, como también del Covid y de los presupuestos», entre otros asuntos: «No fue un almuerzo para nombrar un equipo de apoyo a nadie». El diputado jiennense sostiene que su relación con Díaz «es de respeto y cariño», pero también advierte de que el partido «tiene que estar continuamente pendiente de los cambios que se producen en la sociedad y ser receptivo a lo que la sociedad demanda».
Impulsado por Adriana Lastra, portavoz socialista en el Congreso, Sicilia forma parte de la dirección del grupo parlamentario y participa con frecuencia en tertulias de televisión. Esquiva las preguntas sobre el apoyo de Sánchez, de quien asegura que «está al lado de todos». Aunque se ha ganado su confianza en los últimos meses, el presidente no quiere oír hablar de guerras internas aún. Desde Ferraz mantienen enterrada el hacha de guerra contra Díaz, al menos en público, y evitan posicionarse en la batalla andaluza. Pero el tiempo corre en contra. Aunque antes del congreso regional se celebrará el comité federal para reelegir a Sánchez como secretario general, las elecciones andaluzas deberían convocarse en 2022, por lo que está previsto que el proceso de primarias acabe antes de finales del próximo año con el objetivo de conceder margen al candidato para preparar la primera campaña del PSOE en unas autonómicas fuera de San Telmo.
Desde 2018, cuando los socialistas perdieron el gobierno de la Junta después de casi cuatro décadas, la sucesión de Díaz está en la agenda política. La expresidenta ha resucitado su relación con Sánchez, algo que parecía imposible tras su enfrentamiento en las primarias nacionales del partido, y mantiene controlada a buena parte de la militancia. Pero su reelección no será pan comido. Herida por el 'caso ERE', han sido varios los nombres barajados para amortiguar su salida, algunos tan populares como los de María Jesús Montero, ministra de Hacienda, o Juan Espadas, alcalde de Sevilla. Aferrada al cargo, dispuesta a batirse de nuevo contra Juanma Moreno, había conseguido que las candidaturas alternativas parecieran evaporarse. Ahora Sicilia revive ese fuego, aunque aún le queda camino por recorrer: por ahora cuenta con más apoyos orgánicos que entre la militancia.
El diputado jiennense ya hace campaña contra el gobierno de Moreno, al que acusa de «reventar los servicios públicos», y quiere dejar atrás el apodo de 'Felipillo', como lo conocen algunos dirigentes que lo vieron afiliarse al partido con 18 años, hace ya dos décadas. «Aunque Susana», aclara, «nunca me ha llamado así».
En contra de Sicilia, confían los 'susanistas', juega que ha pasado desapercibido en el Congreso, donde es diputado desde 2011. Aunque aún es un desconocido, algo ha cambiado en los últimos meses. Nombrado portavoz adjunto del grupo parlamentario socialista, el partido lo ha elegido para participar en varios programas de televisión y radio. Este policía nacional, de 40 años, colgó el uniforme hace más de una década para dedicarse a la política, su pasión desde que era adolescente. Nacido en Lopera aunque crecido en Bailén, Sicilia ha pasado algunos veranos junto a su marido en Torremolinos, donde también ha disfrutado del Orgullo LGTBI. Es un municipio que conoce bien y donde curiosamente Susana Díaz, posible rival en un futuro proceso de primarias, suele comer cada vez que visita Málaga.
El propio entorno de Díaz reconoce que se trata de un perfil «atractivo, made in Sánchez»: joven y moderado pero capaz de plantar cara a los históricos del partido. Ha hecho campaña por uno (en 2014 apoyó a Sánchez) y por otra (en 2017 respaldó a Díaz). Ha forjado buena relación con José Luis Ábalos, Iván Redondo y Cristina Narbona, entre otros cargos cercanos al presidente. «No descarto nada», repite ahora cuando le preguntan por su posible candidatura en el congreso autonómico del PSOE. Sería su regreso a Andalucía, nadie sabe por cuánto tiempo, tras una corta pero fructífera carrera política en Madrid.
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