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Pesca, acuicultura, desalación, turismo, biología marina, construcción naval, puertos, biotecnología marina, renovables marinas… La lista de posibilidades de desarrollo económico que el mar ofrece en ... una comunidad con más de mil kilómetros de litoral y asomada a dos mares parece interminable. Sin embargo, Andalucía no cuenta aún con una estrategia diseñada de lo que se conoce como economía azul. Está previsto que esa deuda quede saldada a finales de 2024.
Para entonces concluirán los trabajos de redacción de esa estrategia, según las previsiones marcadas en la formulación aprobada esta semana por el Consejo de Gobierno en una sesión celebrada de manera telemática por la presencia en la Cumbre del Clima del presidente, Juanma Moreno, y de dos de los consejeros más vinculados a esta iniciativa, el de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco, y el de Política Industrial y Energía, Jorge Paradela.
La redacción de una estrategia andaluza de economía azul se enmarca en el tinte de sostenibilidad que Moreno quiere imprimirle a su segundo mandato al frente de la Junta y busca en primer lugar contar con un diagnóstico sobre todas las actividades que se desarrollan en el mar o en el litoral para encontrar posteriormente los caminos para que esos sectores, que ya conviven, sean compatibles entre sí.
El concepto de la economía azul nació de una obra publicada con ese nombre en 2010 por el economista belga residente en Japón Günter Pauli, que proponía un modelo inspirado continuamente en a naturaleza y concentrado en el consumo de lo local. Este concepto mudó posteriormente para englobar a todas las actividades económicas que se desarrollan en el mar o en las costas, aunque mantuvo el espíritu primigenio de la sostenibilidad. «El concepto de desarrollo sostenible es el que vertebra los conceptos de la economía azul –explica María del Mar Plaza, secretaria general de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía azul de la Junta-, coge el concepto de trabajar en soluciones basadas en la naturaleza que sean respetuosas con el medio ambiente pero que nos permitan desarrollarnos».
Europa ya adoptó hace tiempo este concepto para el apoyo al crecimiento sostenible de los sectores marino y marítimo y que reconoce la importancia de los mares como motores de la economía europea por su gran potencial para la innovación y el crecimiento. Ahí se basa la Estrategia Europa 2020 que se fundamenta en el crecimiento sostenible e integrador de todos los sectores como manera de superar lo que se consideran deficiencias estructurales de la economía continental. El fomento de la Investigación y desarrollo tecnológico en el medio marino es uno de los objetivos.
Aunque ya nace con el enfoque de sostenible, la Unión Europa lo ha reforzado en sus líneas de trabajo, por lo que la Junta persigue ahora alinear su estrategia con la europea. Se trata de una tarea en la que no se debería perder tiempo, ya que a la hora de aplicar estas estrategias, las instituciones comunitarias comienzan con incentivos para después dictar normativas que los países están obligados a cumplir. Andalucía no quiere perder la oportunidad de acceder a los fondos con los que la Unión acompaña sus iniciativas políticas.
Entre las líneas marcadas por Europa para el desarrollo de la economía azul figuran alcanzar los objetivos de neutralidad climática y contaminación cero, particularmente mediante el desarrollo de energía marina renovable, la descarbonización del transporte marítimo y la ecologización de los puertos. Se estima que una combinación sostenible de energía oceánica formada por energía eólica, térmica, undimotriz y mareomotriz flotante podría generar una cuarta parte de la electricidad de la UE en 2050.
Otro de los objetivos señalados desde la UE es alcanzar la protección del 30 por ciento de la zona marítima de la UE, lo que invertiría la pérdida de biodiversidad, agrandaría las poblaciones de peces y contribuirá a mitigar el cambio climático. También se pretende el desarrollo de infraestructuras ecológicas en las zonas costeras y la protección de las costas frente al riesgo de erosión e inundaciones,
De momento, lo que se considera esencial es conocer cuál es el punto de salida. Los cálculos de la Administración autonómica es que en la comunidad unas 300.000 personas viven de la economía azul, que genera en torno al 10 por ciento del Producto Interior Bruto. Pero no se trata de una estadística acabada, por lo que la primera etapa en el desarrollo de la estrategia será saber de dónde se parte. «Lo que queremos es tomar conciencia de lo que estamos haciendo», explica Plaza. El objetivo es caracterizar la realidad y conocer qué afecciones tiene un sector económico sobre otro. «Hay que ver qué pasa cuando los diferentes factores confluyen entre sí y qué líneas de trabajo debemos tomar para que todos esos sectores sean compatibles dentro de la sostenibilidad», apunta.
Para la secretaria general, entender a la economía como un factor depredador del medio ambiente, y en concreto del medio ambiente marino es un concepto antiguo que ya está superado. En su lugar, propone entender el triple vector de la sostenibilidad social, económica y medioambiental, y en ese plano se desarrollará la estrategia de la economía. azul. «No puede haber desarrollo medioambiental sin las otras dos, tiene que haber equilibrio entre las tres», enfatiza.
El diseño de la estrategia andaluza de economía azul no se hará solamente desde la Administración autonómica. La Junta tiene el objetivo de convocar a todas las administraciones, a grupos de investigación y a las universidades, de manera de establecer líneas de actuación en el marco competencial de cada uno.
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