Enrique Santiago, el pasado viernes en la Delegación del Gobierno en Andalucía. vanessa gómez
Secretario de Estado para la Agenda 2030

Enrique Santiago: «Engaña a los agricultores quien les diga que pueden seguir como hasta ahora»

El secretario de Estado para la Agenda 2030 advierte ante la sequía y la polémica por Doñana de que hay que aprovechar los fondos europeos para cambiar el modelo de producción agrícola

Domingo, 20 de febrero 2022, 00:29

El secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique Santiago, inició este viernes en Sevilla, a raíz de la invitación de la plataforma Salvemos Doñana, una serie de reuniones con todos los sectores afectados por el problema de los regadíos en el entorno del parque ... natural en la que se ha incluido a todos los grupos parlamentarios y en la que Vox ha desistido de participar.

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–Venimos a atender una invitación de la plataforma Salvemos Doñana sobre la problemática que se ha generado con la sobreexplotación de los acuíferos para para usos agrícolas y la tramitación de las dos proposiciones de ley por el Parlamento Andaluz que pretenden legalizar regadíos que hasta ahora están fuera de la normativa aplicable. Espero que no se llegue a aprobar porque contradice no solamente la normativa europea sino también la andaluza y la estrategia de desarrollo sostenible de España. Pensamos que la solucióon tiene que ser un modelo agrícola que sea viable, sostenible y que permita una diversificación de la actividad económica de las comarcas afectadas para preservar en primer lugar Doñana y para poner en marcha la necesaria transición económica, energética, industrial y de recursos que permita adaptar las formas de producción a lo que son ya necesidades del siglo XXI en un país que tiene unos recursos finitos y entre ellos el agua.

-La proposición de ley plantea que el problema existe y que lo que se pretende es poner orden.

-Si esa situación ya se está dando es contraria a la ley. Lo que no se puede pretender es obtener unos recursos que no existen. Si de lo que estamos hablando es de acabar con los recursos que mantienen uno de los humedales más importantes de Europa que está protegido por la Unesco, por la comunidad internacional y por las leyes europeas, pues evidentemente cuando se realiza una actuación contraria a derecho tiene que dejar de realizarse.

-En este caso, y en muchos otros, la preservación del medio ambiente parece colisionar con la actividad económica

-Por eso, precisamente, es que venimos a buscar alternativas junto con los sectores afectados. Tenemos que adaptar nuestros sistemas de producción agroindustriales a la realidad de lo que tenemos. No para que sean viables los dos próximos años, para que sean viables durante décadas. España acaba de poner en marcha un PERTE agroindustrial con los fondos de recuperación de la Unión Europea y tenemos que conocer esos problemas porque no es viable la sobreexplotación de un recurso escaso. Eso es aplazar el problema, porque la sobreexplotación a lo único que lleva es a que se agote el recurso. Busquemos otras formas para la producción agrícola, utilicemos esos recursos que vienen ahora de la Unión Europea en una solución para que la agricultura sea una actividad productiva equilibrada que atienda a los recursos naturales que hay. Si no existen recursos hídricos, el agua no se puede inventar.

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-¿Qué alternativas se ofrecen a los agricultores? ¿Hay compromiso del Gobierno para ejecutar las obras pendientes y que llegue más agua a la zona?

-Hay distintas opciones. En primer lugar, se le puede dar una utilidad óptima al agua, con depuración, con sistemas de reciclado, se pueden canalizar aguas en superficie con más eficacia eliminando pérdidas. Esas obras las puede hacer la Administración General del Estado en coordinación con la Junta de Andalucía, pero en España no llueve. Es el país más afectado por la desertificación, por lo que parece más inteligente adaptar nuestras formas de producción a los recursos con los que vamos a contar. Es muy poco inteligente no afrontar los problemas según las condiciones reales que hay. Se pueden hacer obras, pero lo que no podemos es conseguir que llueva. Eso no significa que desaparezca la agricultura, sino poner en marcha estrategias de producción agrícola que tengan en cuenta la escasez de determinados recursos y también la abundancia de otros.

-¿Eso implica producir otro tipo de productos o llevar agua de un sitio a otro?

-Si al final lo que estamos haciendo es traer un recurso a precio exorbitado la producción no es competitiva. Son realidades. Es preocupante que no tengamos en estos momentos capacidad de innovar, de investigar y de adaptarnos a las nuevas circunstancias. Estas soluciones habituales al final no buscan cambiar un modelo productivo que tiene los días contados. Nuestra obligación es abordar soluciones que sean estructurales. El problema del agua en este momento en España es en todo el territorio y eso afecta al sur y afecta al norte. No inventemos soluciones que no existen. No vamos a tener agua y tenemos que ir adaptándonos a tener cada vez menos. Eso no tiene porqué ser problema, hay otros países en el mundo, incluso en zonas desérticas, que han desarrollado una agricultura de alta productividad pero obviamente adaptando los cultivos a esas condiciones. Si están cambiando las circunstancias medioambientales, lo que no podemos es cerrar los ojos y pretender seguir como si aquí no hubiera cambiado nada. Eso no es muy inteligente y está condenado al fracaso.

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-Con el estado de ebullición que tiene el campo ahora mismo, plantear soluciones que son a largo plazo puede tener un coste muy alto. Ahí están los sucesos de Lorca.

-Sí, claro, lo populista, lo oportunista es hacerle creer a las personas que pueden seguir como si el mundo no estuviera cambiando, como si el medio no estuviera cambiando y como si los recursos fuera infinitos. Yo ahí quiero hacerle un llamamiento a los agricultores: quien les explique que se puede seguir produciendo de forma igual les está engañando y no quiere precisamente lo mejor para esas explotaciones agrícolas. Lo que quiere es utilizarlos para sus intereses políticos coyunturales. No es ninguna novedad que la desertificación avanza, cualquier agricultor sabe que no llueve, que no está lloviendo como tenía que llover, y lo que queremos es buscar soluciones conjuntas. Problemas complejos tienen soluciones complejas. Quiero también hacer una advertencia: desconfíen de aquellos que frente a problemas complejos les ofrecen soluciones sencillas y simples. Eso en esta vida no existe, los están engañando. Lo más sencillo es decir que nada cambie, que todo siga igual. Quienes no quieren cambiar nada ofrecen soluciones sencillas.

«Cualquier dificultad para construir proyectos comunes debe ceder»

A su cargo institucional, Enrique Santiago une la condición de secretario general del Partido Comunista de España y por lo tanto dirigente clave de Izquierda Unida. En su opinión, la izquierda en Andalucía vive un momento importante en el que es necesario ampliar el proyecto de Unidas Podemos. «Cualquiera que sea de izquierdas sabe que la izquierda es democrática y plural y eso hace que se vayan creando muchas divergencias que a veces se traducen en falta de acuerdos». En su opinión, es necesario que todo ese espacio se agrupe en torno a lo fundamental, que en su opinión es garantizar los derechos de los andaluces. «Como eso es lo fundamental,cualquier tipo de desencuentro o de dificultades para construir proyectos comunes tienen que ceder».

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