Si lo que se vive tras el anuncio de Pedro Sánchez de que se tomaría cuatro días para decidir sobre su futuro político no es un clima preelectoral, se le parece bastante. Una vez más la agenda pública nacional ha impuesto su actualidad en Andalucía ... y los partidos han cerrado filas con unos posicionamientos que reflejan una polarización acentuada y en la que no parecen caber medias tintas.
Las lecturas ante lo que ha supuesto la nueva jugada del presidente del Gobierno, que una vez más ha conseguido dar un golpe de efecto para intentar cambiar radicalmente un escenario adverso y movilizar sus fuerzas de manera incondicional, van desde la consideración de que se trata de un mero movimiento táctico sin más horizonte que dar respuesta a las necesidades personales de Sánchez a quienes lo consideran un movimiento audaz con el objetivo de salvar la esencia de la democracia española. En medio de estas dos lecturas enconadas, el vacío más absoluto.
Andalucía no se ha evadido de esta lógica bipolar y el presidente de la Junta, Juanma Moreno, no dudó tras ser consultado en considerar la jugada de Sánchez una enorme irresponsabilidad que paraliza al país y lo pone en un limbo. Moreno aseguró que existe la sensación de que nadie cree al presidente del Gobierno después de cinco años de mentiras. En la misma línea, el consejero de Presidencia, José Antonio Nieto, vaticinó que Sánchez acabará sacando un nuevo conejo de su chistera sin fondo.
La que fuera principal rival interna de Pedro Sánchez, Susana Díaz, también acudió al cierre de filas
En una línea similar, el portavoz de Vox en el Parlamento, Manuel Gavira, señaló que se está ante una nueva representación de Sánchez, que busca victimizarse para obtener rédito político.
Al otro lado, en el PSOE de Andalucía se han apresurado a cerrar filas. Su secretario general, Juan Espadas, promovió la firma de una carta con los ocho secretarios provinciales para expresar su apoyo a Pedro Sánchez y el rechazo a lo que consideran una situación de acoso político y personal contra él y su familia por parte del PP y Vox. En el texto, los principales dirigentes del socialismo andaluz trasladan a Sánchez un «apoyo sin fisuras para continuar trabajando por la convivencia en este país, la dignificación de las instituciones y todo aquello que beneficie a la vida de la gente. Y, sobre todo, a construir una España que avance en igualdad, democracia y justicia social».
A este cierre de filas acudió también quien fuera la principal rival interna de Sánchez, la expresidenta de la Junta Susana Díaz, que trasladó su «apoyo y comprensión» al presidente del Gobierno. «No todo vale en política. España no merece este nivel de encanallamiento político, debemos recuperar la mesura y el sentido común», pidió.
Para Juanma Moreno, la jugada del presidente del Gobierno es una irresponsabilidad que paraliza el país
Tampoco se advirtieron fisuras en el amplio espectro de la izquierda. El coordinador de IU Andalucía, Toni Valero, dijo que el Ejecutivo de coalición de PSOE y Sumar está sufriendo un «asedio reaccionario de PP y Vox para tumbarlo por vías no democráticas», mientras que el portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, reclamó la ilegalización de Manos Limpias, la organización que presentó la denuncia contra Begoña Gómez y aseguró que la extrema derecha quiere acabar con la democracia.
También CCOO se posicionó a través de su secretaria general en Andalucía, Nuria López, quien se solidarizó con Sánchez y dijo que detrás de esta situación «hay alguien que quiere imponer su ideología saltándose la democracia».
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