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Iván Gelibter
Domingo, 22 de marzo 2015, 23:32
Izquierda Unida, que ha perdido siete de los doce escaños que tenía en el Parlamento andaluz, es la principal víctima del nuevo escenario político abierto a raíz de las elecciones andaluzas y afronta una difícil transición al liderazgo de Alberto Garzón.
Como habían anticipado las encuestas, IU ha sufrido casi en solitario la irrupción de Podemos y ha pagado cara su presencia en el Gobierno andaluz en la pasada legislatura.
Los 438.372 votos obtenidos en 2012 por Diego Valderas se han quedado en los poco más de 271.000 recibidos por Antonio Maíllo.
El batacazo en su principal fortín abre un nuevo tiempo también para IU, que en apenas dos meses afronta retos clave en las elecciones municipales y autonómicas, en especial en Madrid, donde el efecto de su fractura interna puede tener un gran impacto electoral.
También se examinará en Extremadura, donde ha permitido el Gobierno de José Antonio Monago al negarse apoyar al PSOE, o en Asturias, otro de sus núcleos fuertes, donde facilitó el gobierno del socialista Javier Fernández y posteriormente le retiró su apoyo.
Un panorama que IU afronta aún dirigida por Cayo Lara, que hace poco más de tres años logró once escaños en las elecciones generales, y en transición hacia el liderazgo de Alberto Garzón.
Al candidato de IU a las elecciones generales, decidido a encontrar puntos de encuentro con Podemos y los movimientos sociales, le queda por delante la tarea de convencer a los suyos y a los ajenos de que su proyecto es viable.
De momento, en las municipales del 24 de mayo, IU concurrirá en coalición con Podemos y Ganemos en lugares clave como Barcelona o Palma de Mallorca, mientras que en Madrid su candidato, Mauricio Valiente, ha sido expulsado por concurrir a las primarias de Ahora Madrid.
No es más halagüeño el panorama que afronta Unión, Progreso y Democracia (UPyD), que sigue sin representación parlamentaria en Andalucía, pero ha visto como Ciudadanos ha ocupado el hueco que aspiraba llenar y ha entrado con nueve escaños.
Antonio Maíllo, el candidato a la Junta, compareció ante los medios y afirmó que en el partido estaban "insatisfechos con los resultados" y que a partir de ahora el Parlamento se convierte en un escenario inédito". Eso sí, apuntó que a pesar de bajar los parlamentarios, la intención de IU "es recuperar el espacio político perdido haciendo políticas de izquierdas porque históricamente siguen siendo el referente de izquierdas de Andalucía y que IU estará a la altura del momento histórico que se abre ahora". Maíllo también apuntó que pese a los malos resultados objetivos "están en disposición de empezar a luchar" porque durante toda la campaña se han sentido muy queridos por toda Andalucía, "aunque ello no haya significado el resultado previsto".
Entre los motivos de estos resultados, Antonio Maíllo afirmó que son varios, pero entre ellos destacó que sus votantes no han visto bien el pacto con el PSOE y la clara muestra es que los socialistas han mantenido sus parlamentarios y ellos no.
Además, sobre posibles acuerdos, el líder en Andalucía de IU aseguró que no contempla pactar con nadie "más allá de lo que significa un pacto de izquierda con la ciudadanía". En palabras propias, han hecho una campaña propositiva y diciendo muy claramente lo que querían para Andalucía y "esto es un proyecto de largo recorrido".
También declaró que no va a dimitir ya que se siente querido y respaldado por la militancia del partido.
Por último, agradeció a los miles de militantes que han trabajado en la campaña y en el día de hoy como interventores y apoderados.
Tras Maíllo, Alberto Garzón, el líder nacional, tomaba la palabra. Lo primero que hacía era manifestar su apoyo a Maíllo y suscribía sus palabras, además de reiterar el apoyo de la dirección del partido al líder andaluz. Calificó los resultados de "insatisfactorios" y destacó que el proyecto de IU se caracteriza "por elevar la dignidad de la política y que tiene por delante un futuro de esperanza porque son imprescindibles para el cambio social". No obstante, tendrán que hacer un análisis crítico y "habrá que hacer todo tipo de modificaciones para que la ciudadanía lo entienda".
Respecto a las causas de este batacazo electoral, Alberto Garzón destacó que la ciudadanía no ha visto con buenos ojos la coalición con el PSOE y también señaló la irrupción de partidos nuevos.
Por último, afirmó que tienen que trabajar para que "la frustación de los ciudadanos se traduzca en un apoyo a Izquierda Unida para acabar con dicha frustración".
Castro: "Los resultados son una mala noticia para la clase trabajadora"
Mientras en Málaga, José Antonio Castro comparecía después de que lo hiciera Maíllo en Sevilla. Castro también declaraba que se trataba de unos "malos resultados sin paliativos" y reconoció que es algo que les preocupa porque sigue prevaleciendo el bipartidismo con el 58% de los votos, siendo "muy mala noticia para la clase trabajadora".
Con cara de circunstancia, Castro ha valorado como "positivo" que mantienen el grupo parlamentario y que van a trabajar "llevando iniciativas al Parlamento y llevando ideas a la calle". "Vamos a trabajar desde ya para recuperar el espacio político perdido en las próximas elecciones, empezando por las municipales".
Por último, consideró que la proliferación de partidos "muy volátiles debe ser una preocupación porque es política de telegenia".
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