Desafíos andaluces del 28-M
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Mirada periférica ·
El PP busca la manera de llevar la marca Juanma Moreno a las elecciones municipales, en el PSOE consideran que Pedro Sánchez agrega valor a sus siglasSeguramente aprovechando su asistencia a la gala de los Goya, que se celebró este sábado en Sevilla, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo coinciden hoy, domingo, en Andalucía. El primero en Málaga respaldando al aspirante socialista; el segundo en Sevilla para presentar a los candidatos ... en ciudades de más de 20.000 habitantes, claves para el gran objetivo que el PP se ha marcado en estas elecciones, darle la vuelta, o al menos equilibrar, como prefiere decir Juanma Moreno, al mapa municipal andaluz.
No es probable que los dos líderes nacionales vuelvan a coincidir en Andalucía durante la carrera hacia el 28 de mayo. Ese día se celebran elecciones autonómicas en la mayoría de las comunidades y el Partido Popular confía en conquistar alguno o varios de los baluartes socialistas, lo que además de darle impulso para las generales abriría el camino para que afloren los reproches internos en el PSOE. Aunque todavía faltan más de 100 días, en el PP miran con optimismo los datos que las encuestas internas arrojan de momento en Extremadura, Aragón y, especialmente, Valencia.
Las elecciones permitirán medir quién se equivoca a la hora de medir la valoración de Pedro Sánchez y su influencia en la decisión de los electores. En el PP sostienen que cuanto más aparezca el presidente, peor será para los candidatos del PSOE, sobre todo tras el desgaste causado por la ley del 'Sólo sí es sí' y la brecha interna en el Gobierno que evidenció también la negociación de la Ley de Protección Animal. Los socialistas andaluces consideran que es un valor que añade fortaleza a sus siglas, especialmente tras el aumento de las pensiones y del salario mínimo.
En todo caso, aunque Andalucía sólo celebre elecciones municipales las direcciones nacionales de los partidos mirarán con especial atención a lo que suceda en esta comunidad, la que aporta un mayor número de escaños al Congreso. De los 350 diputados, 61 salen de Andalucía. Se trata de un número que aunque no hace estricta justicia al peso poblacional de la comunidad (faltaría al menos uno más), es determinante para la conformación de mayorías.
Pero más allá de lo que sirva para proyectar hacia las generales, desde el punto de vista de la política andaluza las elecciones municipales serán decisivas para evaluar la vigencia del vigor electoral que catapultó al PP hacia su primera mayoría absoluta en Andalucía. El mapa que se colorea en cada noche electoral y sirve para visualizar cuánto territorio gobiernan alcaldes de uno y otro signo salió en 2019 rojo en más de dos tercios de su superficie. El PP quiere compensar ese paisaje y tiene a su favor lo que en sus filas llaman el impulso del 19-J, al que consideran tan vivo como diez meses atrás.
La principal incógnita reside en saber cómo afrontará el PP de Andalucía sus primeras elecciones a las que acude después de que el presidente, Juanma Moreno, se convirtiera en una marca más potente que la del propio partido. Seguramente descartada la posibilidad de imprimir la cara del presidente en las papeletas - como hizo Podemos con Pablo Iglesias en las elecciones europeas en las que irrumpió en la política española y como posiblemente le gustaría a muchos de los candidatos populares-, el desafío del PP es extrapolar esa marca a los 785 municipios andaluces, cada uno con sus propios problemas y sus propios candidatos.
Para los socialistas el desafío también es mayúsculo. Después de perder la Junta, la fortaleza del PSOE de Andalucía reside en su poder municipal y, sobre todo, en las seis diputaciones que gobierna en la comunidad y a las que el PP mira con apetito.
En los estos días, dos episodios parlamentarios pudieron leerse como clases magistrales para entender el ejercicio del poder. La semana pasada, el portavoz parlamentario del PP anunció desde su mayoría absoluta un nuevo reparto del dinero que se asigna a los grupos. El movimiento pudo leerse con poco temor a equivocarse como una operación dirigida a profundizar la división en la ya atomizada izquierda. En la última sesión parlamentaria, el secretario general socialista, Juan Espadas, dedicó gran parte de su interpelación al presidente a protestar por lo que considera instrumentalización, por parte de la Junta, de los instrumentos de los que la Junta dispone. Después de cuatro años, el PSOE-A parece seguir descubriendo día tras día el frío que hace en la oposición. Y ahora el PP va a por sus diputaciones.
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