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La confrontación política quedó en fase de hibernación con el horror de la pandemia en Andalucía. Esta comunidad se parecía más a Portugal que a Madrid, donde la crispación no ha dado tregua, lo mismo que tampoco la Covid 19 a la capital de España. Todo eso ha ido cambiando en los últimos días en paralelo a la desescalada y del «todos a arrimar el hombro» y llamadas a la lealtad institucional los partidos y sus dirigentes han sacado del confinamiento la crispación.
La segunda sesión de control durante la pandemia hoy al presidente de la Junta, Juanma Moreno, servirá de termómetro para medir la temperatura de la tensión y hasta qué punto los partidos retoman la normalidad. Es decir, vuelven al cruce de acusaciones para desgastar al otro con la pandemia como arma arrojadiza. En la tensión surgen novedades como la discrepancia por la votación en el Congreso para prolongar el estado de alarma otros 15 días y las primeras manifestaciones contra el Gobierno de Pedro Sánchez convocadas por Vox en Andalucía para este sábado. Se unen a las habituales de las últimas semanas de los agravios con otros territorios en el reparto de mascarillas, dinero y avance en la desescalada.
La situación política en Andalucía hace el intercambio de reproches expectante: El PP está en contra de prolongar el estado de alarma, pero no así su socio Cs, que votará de nuevo a favor. Tanto Juanma Moreno como Juan Marín han asegurado que la posición diferente de sus líderes nacionales, Pablo Casado e Inés Arrimadas, no socavará la buena relación del bipartito. De hecho, ambos han mostrado un tono bajo en este asunto hasta el punto de que Moreno no se ha pronunciado abiertamente en contra de la prórroga del mismo modo que Marín, muy crítico con Sánchez en la crisis sanitaria, tampoco ha exhibido entusiasmo. Tras el Consejo de Gobierno este lunes el vicepresidente afirmó que los dos coinciden en que, aún con una prórroga del estado de alarma, aspiran a que «el autogobierno pueda ser una realidad» y «nos dejen tomar nuestras propias decisiones en muchos ámbitos».
La secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, ha lanzado reiteradas pullas por la situación incómoda de los socios del gobierno. Además de presionar a Moreno para que diga si está con Casado o con Arrimadas, en los últimos días su elogios hacia la líder naranja han sido constantes, incluso pronosticando un «apoyo duradero» al PSOE.
La situación de Cs, no obstante, ha llevado al portavoz parlamentario de este grupo, Sergio Romero, a pasar en un día de acusar a Pedro Sánchez de pensar en réditos electorales y no en la vida de las personas, de improvisar con la pandemia y de desfavorecer a Andalucía en la desescalada, a defender el acuerdo con Inés Arrimadas, aunque atribuyendo a esta el mérito de que Sánchez haya «reculado» para aceptar solo una prórroga de 15 días y no de un mes como quería.
Las posiciones del bipartito en el estado de alarma no han dado juego a la oposición andaluza, pero sí la de Vox. Este grupo ha organizado protestas y caceroladas contra el Gobierno de Sánchez para este sábado en las capitales de Andalucía lo mismo que en el resto de España «ante la deriva autoritaria, la situación de ruina sanitaria y económica que nos ha dejado un Ejecutivo que utiliza el estado de alarma para protegerse de los españoles», según reza la convocatoria. En estas manifestaciones, Vox solicitará la dimisión del ejecutivo de PSOE-Unidas Podemos.
Siendo como es socio parlamentario necesario de PP y Cs, socialistas y los partidos de Adelante Andalucía han arremetido con dureza. «La libertad de unos no te da derecho a poner en peligro la vida de los demás», afirmó Susana Díaz en Radio Nacional. «Todos deberíamos unirnos para ir contra el virus y algunos lo están utilizando como una herramienta para ir contra el Gobierno, lo que es bastante insolidario», sentenció en alusión a Vox y PP.
La portavoz de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, ha relacionado las manifestaciones de Vox con la situación de los sanitarios para acusar a PP y al partido de Abascal de «silenciar» y poner fin a los aplausos a los sanitarios y dar paso a «las caceroladas del odio» para sacar rédito electoral de la pandemia. Rodríguez, como también el PSOE, han centrado las críticas al bipartito en la desprotección de los sanitarios, con un alto nivel de contagio en Andalucía. El PSOE ha solicitado que Moreno dé explicaciones en el Parlamento.
El vicesecretario general del PP-A, Toni Martín, ha contraatacado al PSOE por ello. Acusa a Díaz de difundir «bulos» sobre el número de contagiados al «duplicar» los alrededor de 4.000 sanitarios y decir que son 8.000. Martín insta a Díaz a pedir perdón por esto y también por «haber alentado y promovido» actos multitudinarios y manifestaciones el 8 de marzo «y que sólo sirvieron para difundir la enfermedad entre los madrileños y los españoles». Estas manifestaciones del 8M también se celebraron en Andalucía y a ellas acudieron miembros del Gobierno andaluz. En el cruce de críticas los alcaldes de IU andaluces acusan al bipartito PP-Cs de «ninguneo reiterado» a los ayuntamientos y le piden que deje de «vender como suyas» las ayudas del Gobierno central.
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