Crecer y preservar, los retos del futuro

Crecer en zonas verdes como método para la preservación. Esa es una de las clavas a la que apuntan los expertos para el medio y largo plazo. Si se sigue por el mismo camino, no será suficiente. No basta con observar cada nueva crisis y tratarla de forma específica, hay que ver cada crisis como parte de un problema global. El medioambiente de todo el mundo está bajo amenaza. Andalucía también. La buena noticia es que quien empieza a actuar también empieza en ayudar en la solución. Según el último informe de Naciones Unidas (IPBES) sobre el medioambiente, una de cada cuatro especie de planta está en peligro de extinción.

Ante diagnósticos de este tipo, se ha puesto en marcha el Plan Andaluz de Formación Ambiental para el 2020. Aquí se reflejan las líneas de acción que se tienen que emprender en Andalucía, y que pasan por la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad en tiempos de cambio climático. Las medidas que se tienen que tomar son la adaptación y la mitigación de los efectos del calentamiento del planeta, además de por tomar medidas correctoras para la huella del carbono y una apuesta por las energías renovables y autoconsumo energético.

Alberto Martínez Villar, doctor y experto en Educación Ambiental, deja claro que la preservación de los parques naturales en Andalucía «exige una reducción de la contaminación atmosférica». «Esta va asociada, principalmente, a los vehículos que utilizan combustibles fósiles como fuente de energía», añade este experto, que ha trabajado tanto para la Junta de Andalucía como para el Gobierno central. Además, señala que «hay que establecer medidas urgentes contra la contaminación proveniente del tráfico rodado».

José Antonio Gómez, ingeniero forestal, apunta a un argumento humano para preservar los parques naturales y espacios verdes en Andalucía: mejorar el conocimiento que tiene el hombre de la propia naturaleza. «Para ello es imprescindible que se mejore el diálogo entre los pueblos y la ciudad. Porque no nos engañemos, quien ha cuidado de nuestros parques en el pasado ha sido la gente del campo», subraya Gómez, al mismo tiempo que advierte de «un falso ecologismo que quiere convertir los parques naturales en un búnker verde».

En este contexto, Gómez también se muestra crítico con el extremo opuesto, y que tiene mucho se explica en la población de la ciudad que ahora descubre el campo. El ingeniero señala que hay que evitar que los parques naturales se conviertan en «parques temáticos». «Andalucía es una joya de la biodiversidad y los debemos convertir en espacios de encuentro entre el hombre y la naturaleza, pero con sentido», sentencia Gómez.