Los contratos del SAS incendian el Parlamento

El motivo de tanta polémica fueron los contratos de emergencia firmados por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) entre 2021 y 2023, llevados a los tribunales por el Grupo Socialista y que han dado lugar a un proceso judicial que acaba de iniciarse con la citación como investigados de los tres últimos gerentes de esa agencia. El Partido Popular, que considera artificial toda la polémica montada en torno a este asunto, se resiste al intento del PSOE y del resto de las formaciones de izquierdas a situarlo en el eje de la agenda política andaluza y esa pugna encontró un reflejo de altos decibelios en la reunión en la que debían decidirse los temas del pleno que el Parlamento celebrará la semana próxima.

La propuesta, elaborada por el presidente de la Cámara, no incluía un debate general sobre corrupción reclamado por los tres grupos de la izquierda -PSOE-A, Por Andalucía y Adelante Andalucía-, lo que generó la primera polémica. Las tres formaciones consideran que el momento que ha alcanzado el proceso judicial abierto tras la denuncia socialista justifica este debate, que el PP rechaza por entender que sólo se persigue embarrar la política andaluza y que el Gobierno andaluz ya ha dado todas las explicaciones sobre este asunto. «Se está hablando de esto en todos los sitios menos en el pleno del Parlamento», protestó la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, que se dirigió directamente a Aguirre para decirle que todas las propuestas de su grupo «le entran por un oído y le salen por el otro».

La discusión fue subiendo de tono desde el momento en el que presidente de la Cámara pidió a los portavoces que se pronunciaran sobre su propuesta de orden del día, que tampoco detallaba qué miembro del Consejo de Gobierno comparecería para dar cuenta de los informes de la Intervención sobre las contrataciones de emergencia en una interpelación solicitada por el Grupo Socialista.

Los posicionamientos de los portavoces de los grupos de izquierdas se convirtieron en una interpelación directa a Aguirre, que intentaba con escasa fortuna dirigir el debate mientras le llovían acusaciones de parcialidad en favor del PP y de sí mismo, ya que parte de los contratos denunciados por los socialistas corresponden a su etapa como consejero de Salud. «No puede abrir o cerrar el grifo de las iniciativas en función de lo que le conviene al grupo mayoritario», dijo Nieto ante un presidente que la miraba fijamente.

En su turno, la portavoz socialista, Ángeles Férriz, también se dirigió directamente a Aguirre para acusarlo de llevar un año y ocho meses vetando un debate monográfico sobre sanidad propuesto por su partido y ahora hacer lo mismo ahora en relación al debate sobre los contratos del SAS. «Usted somete a este Parlamento a la mayor de las degradaciones, esto es una delegación de San Telmo (en relación a la sede del Gobierno andaluz) y usted su enviado especial», afirmó. Férriz le recordó que uno de los imputados por la denuncia del PSOE era gerente del SAS durante su gestión como consejero. «Usted está aquí como juez y como parte», dijo insistiendo en el argumento ya esgrimido por Nieto.

La portavoz socialista también aludió a la comparecencia solicitada por su grupo para dar cuenta de los informes de intervención. Señaló que la petición se refería específicamente a la consejera de Economía y Hacienda, Carolina España, pese a que en el orden del día no se apunta qué miembro del Gobierno será el que dé las explicaciones y aunque la Intervención General de la Junta depende de esa consejería. «Aquí hay que hablar de lo que ustedes quieren, y habla el que a ustedes les venga bien», abundó.

Después de que el portavoz popular, Toni Martín, apuntara que todas las comparecencias solicitadas por la oposición siempre fueron atendidas por la Junta, el presidente intentó comenzar a responder a los requerimientos de los grupos, pero sus argumentaciones fueron repetidamente interrumpidos por los portavoces de la oposición. Martín reclamó que se le llamara al orden. «Es evidente la intención de reventar esta Junta de Portavoces», dijo intentando imponer su voz por encima de la escandalera. Mientras tanto, el presidente comenzaba la votación ante las quejas de la oposición, que consideraba que no se había dado respuesta a sus preguntas.

El orden del día salió adelante con los votos del PP y Vox, cuyo portavoz, Manuel Gavira, se mantuvo al margen de la discusión.