SR. GARCÍA

La complicada geometría de la izquierda andaluza

Las fracturas en el espacio de la izquierda alternativa al PSOE han dado lugar a una diversidad de ofertas que amenaza con confundir a sus potenciales votantes. Con el año electoral en el horizonte, las piezas de la unidad no terminan de encajar.

Domingo, 19 de diciembre 2021, 00:32

El año electoral que está a punto de comenzar encuentra a la izquierda andaluza dispersa en un mar de siglas. El espacio alternativo al PSOE, ... que durante años contuvo Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía y que con la aparición de Podemos amplió considerablemente su electorado potencial, llega a 2022 envuelto en un panorama complejo tras el fracaso de Adelante Andalucía, el experimento político impulsado por ambas fuerzas para las elecciones autonómicas de 2018 y que se trasladó con desigual fortuna a ayuntamientos de pueblos y ciudades.

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La alianza de Podemos e Izquierda Unida, que obtuvo en aquella ocasión el 16 por ciento de los votos y 17 diputados para convertirse en la tercera fuerza política en el Parlamento de Andalucía, saltó por los aires cuando su rostro electoral -la líder de Anticapitalistas,Teresa Rodríguez- abandonó la formación morada para liderar un nuevo proyecto autónomo de corte andalucista.

La ruptura causó primero la partición del grupo parlamentario de Adelante y después la expulsión de la mayoría de sus miembros, todos miembros de Anticapitalistas. El grupo parlamentario quedó reducido a sólo seis miembros -todos de Izquierda Unida, ya que el sector oficial de Podemos no contaba con ninguno- y cambió su nombre por el de Unidas Podemos por Andalucía. Los 11 restantes, incluida Teresa Rodríguez, pasaron a considerarse no adscritos y fueron privados de la mayoría de sus derechos en aplicación de una reforma exprés del reglamento de la Cámara aprobada expresamente con el apoyo de todos los grupos políticos.

El proyecto que impulsa Rodríguez -que integra a Anticapitalistas y dos formaciones menores como Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza- ha tomado el nombre de Adelante Andalucía, ya que se considera continuador de la experiencia anterior pese a que ya no están las dos fuerzas principales que la crearon. Esta situación contribuye a aumentar la confusión y abre camino a una disputa por la denominación que amenaza con acabar en los tribunales.

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A este conflicto se sumó una ruptura anterior que no tuvo lugar en Andalucía, sino en Madrid, pero que también ha tenido repercusión en la política andaluza. Después de que Iñigo Errejón se separara de Pablo Iglesias para impulsar una candidatura amplia en Madrid que acabó conformando primero Más Madrid y posteriormente Más País, con la que consiguió dos escaños en las últimas elecciones generales, sus partidarios andaluces también abandonaron Podemos y crearon Más País Andalucía, formación que en alianza con otros dos grupos menores -Andalucía por Sí e Iniciativa del Pueblo Andaluz- ha dado lugar a una plataforma presentada recientemente bajo el nombre de Andaluces Levantaos y que también reclama inspiración andalucista.

Así, lo que genéricamente suele denominarse como 'espacio a la izquierda del PSOE' afrontará el inicio del año electoral en Andalucía con tres formaciones diferentes -Unidas Podemos por Andalucía, Adelante Andalucía y Andaluces Levantaos- y la eterna promesa de una unidad que si no se cimenta bien puede volver ser efímera.

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Más allá de la trayectoria que ha llevado a esta atomización, subyacen preguntas no siempre fáciles de responder: ¿Existen diferencias de fondo que justifiquen esta división? ¿Comparten realmente estos proyectos el mismo espacio político? Y seguramente la que más inquieta al sector del electorado al que pretenden dirigirse: ¿Es esta división la mejor ayuda que puede recibir Juanma Moreno para garantizarse su continuidad al frente de la Junta?

Incluso sobre este último interrogante, que a simple vista parece merecer una respuesta obvia, hay diversidad de opiniones. En este amplio espectro hay quienes consideran que lo que existe no es una división, sino proyectos que en todo caso pueden aspirar a llegar a diferentes nichos del electorado. Modesto González, alcalde de la localidad sevillana de Coria del Río y dirigente de Andalucía por Sí (integrado en Andaluces Levantaos), considera que la diversidad de ofertas en la izquierda no supone necesariamente una ventaja electoral para el bloque de derechas. «No hay que verlo como división de la izquierda», asegura para recordar que en Andalucía la derecha ha llegado al gobierno en su momento de mayor división, con el PP en mínimos históricos de respaldo electoral y el apoyo parlamentario de tres marcas distintas. En su opinión, se vive un momento político diferente que requiere de opciones políticas también diferentes. «No podemos anclarnos en la ortodoxia política de hace 200 años», sostiene en referencia al eje tradicional izquierda-derecha.

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En la misma idea incide Esperanza Gómez, profesora de Derecho Constitucional, ex senadora autonómica por Podemos y coordinadora de Más País Andalucía, integrada en la misma plataforma. Asegura que Andaluces Levantaos aspira a llegar a un electorado mucho más amplio que el tradicional espacio de la izquierda. «La gente a la que le preocupa llegar a fin de mes, el futuro del planeta o destinar más recursos a la salud mental no es sólo la que se denomina de izquierdas -señala-. Hay mucha gente que no se siente cómoda con la etiqueta de izquierdas y le preocupan los servicios públicos».

En Unidas Podemos, la fuerza mayoritaria a la izquierda del PSOE, hacen un análisis diferente sobre la capacidad de crecimiento a partir de presentar opciones diferentes. Ernesto Alba, secretario general del Partido Comunista de Andalucía y portavoz de la dirección colegiada de Izquierda Unida en Andalucía, advierte de que el momento político que se vive no es el más propicio para una diversidad de ofertas de izquierdas. En su opinión, los sucesos del 1 de octubre de 2017 en Cataluña abrieron «una fase reaccionaria» en la política española en la que la movilización del voto de derechas está siendo más intensa. «Hay que entender el momento político, no podemos llevar a la gente a decidir entre tres papeletas, no tiene sentido», sostiene.

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De momento nadie se niega explícitamente a unificar las propuestas en una única oferta electoral, pero hay dos cuestiones que se presentan como un obstáculo. Una es la posibilidad de un eventual gobierno con el PSOE si los números dieran para ello; el otro es el carácter autónomo andalucista de las dos formaciones menores frente a la condición de formaciones de ámbito estatal de Izquierda Unida y Podemos.

Sobre el primero asunto, la coordinadora general de Podemos en Andalucía, Martina Velarde, es tajante. «El nuestro es un proyecto que aspira a gobernar, estar en la oposición es más cómodo, es más fácil y no genera contradicciones» admite antes de enfatizar que es desde los gobiernos donde se puede mejorar la vida de las personas.

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Andaluces Levantaos no se cierra ante esa posibilidad, que según Esperanza Gómez dependería del peso que consiga cada fuerza política, pero Adelante Andalucía lo ve como un punto de difícil acuerdo. «Una cosa es colaborar, acordar, condicionar, pero otra es cogobernar -señala Teresa Rodríguez-. Cuando cogobiernas te haces copartícipe de decisiones como el cierre de la planta de Airbus de Puerto Real o de mantener la reforma laboral». La dirigente anticapitalista señala que donde su fuerza ha tenido la llave, el PP no ha gobernado y Adelante ha condicionado políticas «poniendo sobre la mesa reivindicaciones concretas como hacen los catalanes, los vascos, los valencianos o hasta lo turolenses. Todas las comunidades condicionan presupuestos a través de sus diputados menos Andalucía», lamenta.

El modelo de las fuerzas regionalistas es en el que pretenden inspirarse tanto Adelante como Andaluces Levantaos, que ven ahí otro obstáculo a superar a la hora de plantear una acción común. Martina Velarde no lo considera un problema ya que, en su opinión, el andalucismo «no se dice, se hace» y el Gobierno central ha dotado durante estos años a la comunidad de los mayores recursos de su historia. Sin embargo, Ernesto Alba sí reconoce que es un tema que será necesario encajar, al tratarse Unidas Podemos de una fuerza federal. «Se puede arreglar», asegura tras advertir de que cuando haya conversaciones para alcanzar la unidad será uno de los asuntos que deberían abordarse.

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Para Esperanza Gómez, no se trata de un tema menor. «Nuestro objetivo es cambiar Andalucía y en Unidas Podemos las políticas se adoptan desde Madrid. Es un punto que complica», advierte.

En un sentido similar expresa sus reservas Teresa Rodríguez, para cuyo proyecto la identidad andalucista es fundamental. En su opinión, la división no se entiende en el electorado si se aborda desde una perspectiva de izquierdas y derechas, pero es más comprensible si se lo hace desde una perspectiva territorial. «Si hablamos de fuerzas políticas estatales y fuerzas políticas andalucistas, ahí hay mucha más claridad, nosotros nos vamos a dedicar a construir la fuerza andalucista».

Desde el proyecto de Andaluces Levantaos la perspectiva en similar. Según Modesto González, la mayoría social que durante décadas votó al PSOE lo hizo después de que los socialistas «consiguieran quedarse con la bandera andaluza». En su opinión, para conseguir generar una alternativa política donde confluyan los intereses de una mayoría es necesario mirar a ese electorado.

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Yolanda Díaz, Fátima Hamed, Mónica Oltra, Mónica García y Ada Colau. sur

El tren de Yolanda Díaz, aún sin estación en el sur

Cuando la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, convocó el pasado 13 de noviembre un acto en Valencia bajo el lema de 'Otras políticas' citó a Ada Colau (Cataluña), Mónica García (Madrid), Verónica Oltra (Valencia) y Fátima Hamed (Ceuta). La ausencia de representación andaluza es significativa para Esperanza Gómez, (Andaluces Levantaos), para quien es imposible intentar conformar un proyecto transversal y progresista pasando por alto Andalucía. «En ese proyecto no está Andalucía, no se habló de Andalucía», advierte.

Desde Unidas Podemos, la alianza a la que pertenece la vicepresidenta, lejos de admitirse que Andalucía esté ausente, se asegura que es en esta comunidad donde se deberán dar los primeros pasos . «Yolanda ha comenzado a pilotar un tren y nosotros tenemos la responsabilidad, porque las elecciones en Andalucía son antes, de dejar nuestro vagón bien aparcado para que Yolanda, representando un proyecto mucho más amplio de lo que representamos en este momento, pueda enganchar el vagón de Andalucía para ser presidenta del Gobierno», dice Ernesto Alba.

No será fácil, Teresa Rodríguez (Adelante) asegura que observa «con curiosidad y simpatía» ese proyecto, aunque aún no lo ha visto pasar por Andalucía. Para la dirigente de Anticapitalistas, las heridas de la ruptura anterior aún no ha supurado y llega a comparar a sus antiguos compañeros de Unidas Podemos con un marido maltratador. «Nos conformaríamos con que cesaran las agresiones, y cuando eso ocurra ojalá que surja un espacio de diálogo. Que nos digan que van a invitarnos a un espacio común suena un poco como cuando un marido que maltrata dice que vuelve a casa. Debe haber un reconocimiento del daño».

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