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En un mercado cada vez más complejo y competitivo, en donde los escaparates de las tiendas se muestran ahora en las pantallas de los móviles y la búsqueda de un artículo se realiza sentado en un sofá y a golpe de clic, el comercio se ... enfrenta a una nueva revolución industrial. La fuerte irrupción del comercio online ha destrozado el tradicional equilibrio comercial y aumentado las diferencias entre las grandes cadenas y el pequeño comercio tradicional, que agoniza tras una cascada interminable de cierres.
La feroz competencia de este nuevo actor unido a las elevadas tasas de paro que se registran en la comunidad y a la menor capacidad de consumo, están arrastrando al comercio (fundamentalmente al pequeño) a un precipicio del que no puede (o sabe) escapar. Y por eso, la especialización y la digitalización se convierten en herramientas clave para la supervivencia del sector andaluz.
Para el presidente de la confederación Comercio Andalucía, Rafael Bados, «el comercio está atravesando un momento muy delicado porque la reconversión está provocando cierres en toda la comunidad». Este empresario cordobés sostiene que el problema de base es que el sector aún no se ha recuperado de la importantísima caída de las ventas registrada durante los peores años de la crisis. Por lo que los problemas aumentan año tras año.
El heredero de la desaparecida Confederación Empresarial del Comercio de Andalucía (Ceca), Bados explica que los problemas del comercio son similares en toda la región y apuesta por recuperar los periodos tradicionales de rebajas y acabar con las zonas de gran afluencia turística a nivel de horarios comerciales, dos decretos que se aprobaron en 2012 con el argumento de aumentar las ventas en el periodo de crisis pero que, a la postre, «sólo ha servido para favorecer a los grandes y poderosos».
Sobre el primero, el de las rebajas, entiende que altera los márgenes comerciales y que impide que todos compitan en igualad de condiciones; y respecto al segundo, el de los horarios, que es una maniobra para lograr, a la larga, la libertad horaria total en todo el país. «Nosotros sólo pedimos a las administraciones que velen por el equilibrio de los diferentes formatos; y eso no se cumple con estas dos ordenanzas».
Algo similar opina el presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Sergio Cuberos, para quien es muy complicado conseguir el deseado equilibrio porque «no se le pueden poner puertas al campo». Él añade algunos elementos más a la ecuación, como son el elevado precio de los alquileres y la falta de relevo generacional, dos elementos que también provocan el paulatino cierre de negocios tradicionales. Y por eso cree que es fundamental que el comercio logre reciclarse, especializarse y subirse al carro de las nuevas tecnologías. «Los negocios deben adaptarse; o tienes algo diferencial o te come la competencia», afirma con rotundidad.
Cuberos, que es además el fundador y gerente de la cadena Maskom Supermercados, explica que las grandes ciudades sufren por igual los problemas de las elevadas rentas, por lo que sólo logran resistir quienes disponen de los locales en propiedad. «Las grandes marcas lo están copando todo, ya sea Málaga, Sevilla o Almería, porque ellos quieren estar en zonas con paso y gran visibilidad», sostiene. Y a eso hay que añadir el condicionante de la rentabilidad: «Muchos empresarios ganan más dinero con el negocio inmobiliario que explotando su negocio».
Por ello cree que los dueños de las tiendas deben potenciar «lo que saben hacer» y meterse en el 'ecommerce' para darse a conocer lejos de su círculo cercano. Resume que el pequeño comercio sólo funciona donde no hay una gran competencia, y que por tanto sufre por igual en todas las capitales andaluzas.
Uno de los segmentos que están en claro riesgo es el del comercio rural, que sufre a partes iguales la despoblación y la competencia de las grandes capitales. Sergio Cuberos apunta que en estas zonas apenas está funcionando el comercio de proximidad, ya que cuando llega el fin de semana una gran parte de la población se marcha a la capital para pasear y hacer compras. «En muchas localidades ya se están pensando si es rentable abrir los sábados por la tarde».
Sobre este aspecto, Rafael Bados, de Comercio Andalucía, entiende que la administración debe poner en marcha cuanto antes estrategias que ayuden a potenciar estos comercios «porque ayudan a anclar la población al territorio».
En el mapa comercial andaluz, quienes mejor se han adaptado a este periodo de cambios han sido los centros comerciales, que aumentaron sus visitas un 1,6% el año pasado y las ventas hasta alcanzar una cuota de mercado del 18,1%. Para los responsables de la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC), el sector también debe hacer frente a los retos de la omnicanalidad, mejorar la orientación al cliente y darle un mayor protagonismo de la oferta de ocio. Para el presidente del asociación, Eduardo Ceballos, también es importante hacer frente al comercio electrónico, al que consideran «un competidor». Aunque para ellos es más sencillo abordar el cambio desde una posición bastante más desahogada.
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