Enfrentamiento entre Ciudadanos y Vox por capitalizar el mérito de la reforma fiscal en Andalucía

El pasado lunes, la formación de Abascal lanzó un comunicado en el que sostenía que había conseguido arrancar del Gobierno andaluz la ley para bajar impuestos, argumento en el que insistió este miércoles el portavoz de la formación, Alejandro Hernández, que volvió a referirse a la proposición de ley como una iniciativa impulsada por Vox.

Esta postura encontró respuesta en el portavoz de Ciudadanos, Sergio Romero, que atribuyó a su partido la paternidad de la iniciativa y criticó que sean otras formaciones, en relación al partido de Abascal, las que pretendan «ponerse la medalla».

Romero recordó que su partido ha conseguido reducciones fiscales desde que irrumpió en el Parlamento Andaluz, primero como oposición pero dando apoyo parlamentario al PSOE y posteriormente formando parte del Gobierno con el Partido Popular. «Ciudadanos viene bajando los impuestos a los andaluces desde 2015», aseguró, y limitó la participación de Vox a la de un grupo «que comparte esta iniciativa y se suma. Perfecto -señaló-, eso es lo que tiene que hacer la oposición, ser responsable y sumarse a lo que es bueno para Andalucía».

El portavoz de Ciudadanos se remitió al acuerdo de Gobierno firmado hace dos años por su partido y el PP, que recoge el compromiso de una reducción de la presión fiscal. «Este documento no lo ha redactado ni el señor Hernández ni Vox, lo han redactado Ciudadanos y PP», resaltó.

Por su parte, el portavoz parlamentario del Partido Popular, José Antonio Nieto, rechazó las críticas vertidas por la oposición en el sentido de que la reforma fiscal sólo beneficiará a las personas de mayor poder adquisitivo. «Ojalá en Andalucía hubiese cuatro millones de ricos», dijo en referencia al número de contribuyentes que verán reducida su aportación al fisco, según figura en la memoria de impacto económico de la nueva ley. Nieto reclamó a los dirigentes socialistas que atiendan lo que hacen países europeos con gobiernos de afinidad ideológica con los socialistas, como Italia o Portugal, que han optado también por afrontar la crisis económica bajando impuestos.

Desde la izquierda, las críticas a la reforma no se han hecho esperar. El portavoz del PSOE, José Fiscal, la ha considerado un brindis al sol que beneficia sólo a una minoría y deja únicamente «migajas para el grueso de la sociedad andaluza». Lo que se hace, dijo es beneficiar a las grandes fortunas y «bajar los impuestos a los ricos».

Fiscal resaltó que Andalucía esté recibiendo «la mayor inyección económica por parte del Gobierno central de la historia», por lo que, en su opinión, la lealtad impositiva de la Junta para con el Gobierno de España no existe.

Además, calificó de vodevil el episodio del martes, cuando por la negativa de Ciudadanos a retratarse con Vox el proyecto de ley fue presentado por duplicado y de manera separada. «Si han pactado con Vox y le deben sus sillones, que lo hagan con todas sus consecuencias, no se rían de la ciudadanía con dos proposiciones de ley», señaló el portavoz, que llamó la atención sobre la ausencia del consejero de Hacienda, Juan Bravo, en la presentación de la reforma.

Las críticas también llovieron desde Adelante Andalucía, cuyo portavoz adjunto, Guzmán Ahumada, dijo que la reforma fiscal va «contracorriente» de lo que están haciendo las derechas democráticas en otros países . «La salida de la crisis no puede estar marcada por los recortes y los beneficios fiscales a una minoría», señaló.

Ahumada aseguró que con esta reforma, que en su opinión rompe con el principio de progresividad fiscal, el Gobierno andaluz «prácticamente se autoproclama inútil para afrontar los problemas que tenemos en Andalucía y nos deja sin los recursos suficientes para resolverlos».

El portavoz adjunto criticó el «agujero» de 329 millones que supondrá para la arcas públicas este reforma de «regalos» fiscales, que, a su juicio, «aleja la posibilidad» de que la Junta ponga en marcha planes de empleo, las contrataciones sanitarias o aplique la bajada de las ratios en el sistema educativo.

También rechazó que la reforma bonifique a los juegos de azar, lo que supone que la Junta se posiciona junto a las multinacionales del juego que «atacan sobre todo al futuro de nuestros jóvenes».