Casi el 20% de los trabajadores de Andalucía son pobres

Pero la de Andalucía es una tasa de pobreza laboral que llega hasta a triplicar la que se registra en los territorios del país con los mejores niveles en esta rúbrica, que son Navarra y el País Vasco, con un riesgo de pobreza que afecta al 6,3% y al 6,6% de la población ocupada. Las comunidades autónomas que están más cerca de Andalucía son Extremadura, que sufre una tasa de pobreza laboral del 17,2%, mientras que en Castilla-La Mancha se encuentra en el 15,4%.

Intermon Oxfam, a la hora de realizar el informe, al realizar el análisis de las diferentes variables que pueden influir en la pobreza laboral, ha detectado que «la comunidad autónoma de residencia se confirma como una fuerza explicativa por sí misma»: es «más probable sufrir pobreza laboral si se vive en las comunidades del sur y el levante peninsular o en Canarias». De esta manera, abunda el documento, «en España existen dos brechas de desigualdad territorial, primero entre el campo y la ciudad y, por otro lado, por los desequilibrios económicos existentes entre el centro y norte peninsular y el resto del Estado». Y la organización también esboza alguna hipótesis sobre las causas: «Las razones de que la España vaciada y las comunidades autónomas del sur y el levante español tengan más pobreza laboral se pueden explicar por el mayor peso en estas regiones de alguna de las ocupaciones laborales más afectadas por la precariedad: agricultura, construcción u hostelería, entre otros».

En este sentido, el informe detalla la tasa de pobreza laboral por sectores en el conjunto de España. Los trabajadores del primario, el formado por la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca, son los más afectados: el 31,4%, prácticamente un tercio, sufre pobreza laboral; seguido de los empleados de hogar (29,4%); así como de la fuerza de trabajo de la hostelería o de la construcción, con un 21,1% y un 19,6%, respectivamente. Con algo más de un 15% se sitúan otros dos sectores: actividades artísticas y recreativas y actividades administrativas. «Estos seis sectores destacan en su mayoría por ser empleos de baja cualificación, un alto grado de informalidad o irregularidad contractual, estacionalidad laboral y vulnerabilidad de derechos laborales», reza el informe, que añade: «Además, sectores como el agrario, la hostelería o la construcción tienen un peso relativo importante en las regiones con mayor pobreza laboral, lo que podría explicar la especial incidencia de ésta en comunidades autónomas como Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia, Canarias o Valencia». Así que Intermon Oxfam sugiere no sólo «dignificar las condiciones de este tipo de empleo» sino también poner en marcha «políticas que mejoren el tejido productivo de estas regiones para diversificar la oferta laboral».

En el otro lado de la tabla se encuentran los trabajadores de las actividades financieras y de los seguros, con una tasa de pobreza laboral del 3%.

Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos al concepto de «pobreza laboral»? La organización explica que la pobreza en términos monetarios se mide estableciendo un umbral, que en este caso se corresponde con el 60% del ingreso equivalente mediano de los hogares, por debajo del cual se considera que se está en riesgo de pobreza. Para ello, se usa la Encuesta de Condiciones de Vida que publica el Instituto Nacional de Estadística. La edición que se toma como referencia, la de 2023 que emplea datos de 2022, fija el umbral en los 10.989,5 euros al año para un hogar formado por una sola persona. Así que la pobreza laboral se define como la que sufren las personas con trabajo y cuyos ingresos están por debajo del umbral de la pobreza. «Cuando hablamos de pobreza laboral tenemos que pensar en una persona trabajadora que cobra menos de 915,79 euros al mes y debe afrontar por sí misma los gastos de la vivienda, el pago de la luz, del agua, la cesta de la compra... Ésta es la realidad detrás de la pobreza laboral, trabajar y no ganar lo suficiente para poder pagar los gastos más básicos y cotidianos de la vida».

Intermon Oxfam también pone otro ejemplo de pobreza laboral, el de un hogar que estuviera formado por dos personas adultas y dos menores de edad: si tuviera unos ingresos anuales inferiores a los 23.077,95 euros (o mantener a cuatro personas con menos de 1.923,16 euros al mes) se encontraría en situación de pobreza laboral.

El informe completa una suerte de retrato robot de la pobreza laboral en España. En cuanto al género, se sufre más entre los hombres que entre las mujeres (un 12,4% frente al 10,4%, respectivamente). Por edad, su mayor incidencia pesa sobre las personas entre los 45 y los 49 años: en esa franja de edad afecta al 12,2% de los trabajadores. Por nivel educativo, el riesgo de pobreza es mayor entre las personas que apenas cuentan con estudios primarios (un 20,7%), mientras que quienes tienen estudios universitarios, la carestía se sufre apenas en un 5,5% del colectivo.

Por tipo de relación laboral, mientras la pobreza afecta a una de cada diez personas con un empleo asalariado, la tasa es de un 27% entre los autónomos. Además, mientras que un 10% de quienes están contratados a jornada completa está en situación de pobreza laboral, entre las personas que trabajan a tiempo parcial su incidencia se más que duplica, hasta llegar al 23%.