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La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha iniciado el cierre de 13 pozos por ejecución forzosa en el entorno de Doñana, un espacio natural que sufre un grave déficit hídrico debido a la sequía con sus acuíferos en una situación límite. Con estas nuevas actuaciones, ... la Confederación tiene previsto llegar a finales de 2023 a la cifra de 1.065 pozos clausurados en el entorno del parque en los últimos cinco años, de los que 450 fueron por regularización y 615 por ejecución subsidiaria. De todos ello, 208 ya están cerrados.
La Confederación del Guadalquivir, competente en materia de agua en la comarca de Doñana, actuará ahora en 13 en pozos situados en el término municipal de la localidad onubense de Almonte, donde ya se ha supervisado y constatado el cierre de tres sondeos y el inicio de los trabajos para el sellado de otros diez. Estas clausuras se están desarrollando de forma voluntaria por los titulares, y en colaboración con la Comunidad de Regantes El Condado, que actúa como intermediaria en el marco de cooperación entre el Organismo de cuenca y el propio sector para la reversión y conservación del entorno de Doñana.
La Confederación subraya que el cierre de estos pozos supone el cumplimiento a la resolución de ejecución forzosa acordada por este organismo. En concreto, estos sondeos se enmarcan en un cierre material de hasta 33 captaciones, en su mayoría relacionadas con comuneros de la Comunidad de Regantes el Condado de Huelva, entidad con la que se ha planteado que sean estos regantes los que, con sus propios medios y de forma voluntaria, ejecuten el cierre con la supervisión y constatación de la Confederación.
Las organizaciones conservacionistas denunciaron ayer la grave crisis hídrica que sufre Doñana y alertaron de la dramática situación de su acuífero que está ya cerca del «punto de no retorno», por lo que exigieron que se acometan medidas urgentes para revertir esta situación. WWF aseguró que el último informe de la Confederación del Guadalquivir refleja «de forma clara y contundente la sobreexplotación del acuífero por la agricultura intensiva y el robo del agua que están llevando a Doñana al borde del colapso». Asimismo, subrayaron el riesgo de que el acuífero pueda sufrir un proceso de salinización por una posible infiltración del agua del mar en el subsuelo, lo que podría tener efectos catastróficos para la biodiversidad y la agricultura de la zona.
Por su parte, desde Ecologistas en Acción pidieron intervenir de forma rápida, ya que lo contrario «Doñana no tendrá solución».
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