El SAS: más de cien mil profesionales y casi 50 hospitales

Una de las prioridades de la sanidad pública andaluza es hacer frente a las listas de espera tanto quirúrgicas como diagnósticas. De ahí el plan de choque que se llevó a cabo el año pasado para operar a los enfermos que más tiempo llevaban esperando. Este año lo que el SAS está impulsando es una gestión continua e integral de las listas de espera, que empiezan a contar desde que el médico de familia deriva al paciente al especialista. En Andalucía, a 30 de noviembre pasado, había 161.913 personas en lista de espera quirúrgica.

Otro escollo que tanto la Consejería de Salud como el SAS tienen que superar es el del déficit de profesionales, sobre todo en determinadas especialidades médicas (pediatría, anestesiología, medicina de familia y oncología, entre otras). La falta de personal redunda negativamente en la atención que se ofrece a los enfermos. Una de las cuestiones que más quejas provocan entre los usuarios es la tardanza que existe en las consultas de revisiones en especialidades como traumatología, cardiología, neurocirugía, etcétera.

El combate contra las demoras para entrar a un quirófano, ser visto en una consulta especializada o someterse a una prueba diagnóstica pasa, por un lado, por aprovechar al máximo los recursos tecnológicos disponibles en los centros sanitarios públicos y, por otro, por un incremento de la plantilla de profesionales. Hay que tener en consideración que hay provincias en las que el SAS tiene menos medios del que por el número de población le correspondería. Ese es el caso de Málaga, que cuenta con la peor ratio de camas públicas por habitante de España.

Además, el Hospital Regional de Málaga (antiguo Carlos Haya) dispone de menos profesionales, quirófanos y camas que los hospitales andaluces de su nivel. En una comparación, el buque insignia de la sanidad pública malagueña sale malparado frente al Virgen del Rocío de Sevilla (hospital público andaluz mejor dotado) y al Reina Sofía de Córdoba.

En cuanto a la inversión sanitaria por habitante, Andalucía se encuentra situada a la cola de España, pese a que la situación ha mejorado un poco al pasarse de unos mil ciento y pico euros por habitante a los mil trescientos y pico. Esos 200 euros más de inversión por habitante y año han permitido crecer del 6,1 por ciento del PIB al 6,4. El objetivo es llegar al 7 por ciento del PIB.

Por otra parte, la Consejería de Salud tiene ante sí un doble reto. En primer lugar, debe recuperar la confianza de los profesionales sanitarios, que, a raíz de los recortes habidos como consecuencia de la crisis, se sienten desmotivados y consideran que no se les ha dado la oportunidad de ser escuchados convenientemente. En segundo lugar, y no menos importante, Salud debe demostrar a la población que las mejoras anunciadas se llevan a cabo en un plazo breve y redundan en una atención más ágil y eficiente.

La sanidad pública se complemente con la privada. De ese modo, la Consejería de Salud firma conciertos y acuerdos con el sector privado para adelgazar las listas de espera quirúrgica y diagnóstica. En el caso andaluz, siete grandes grupos cuentan con 34 hospitales. Además, prestan servicio decenas de centros médicos. En total, entre unos y otros, se acercan a las 7.000 camas, lo que representa casi el 26 por ciento del total de Andalucía. Por provincias, la sanidad privada de Málaga es la más fuerte y la que dispone de un mayor número de camas y de centros hospitalarios.