Así se presenta el calendario electoral en Andalucía

El objetivo inicial de Gobierno era concluir el actual periodo de sesiones en el Parlamento, que acaba a finales de julio, y tras el receso de agosto disolver la Cámara en septiembre para que las elecciones se pudieran celebrar entre octubre y noviembre. Pero tras la intervención del presidente, que dijo que en estas dos semanas se tomará su tiempo para reflexionar tras intercambiar opiniones con agentes económicos, se da por hecho que todo se adelantará cinco meses: disolución de la Cámara entre abril y los primeros días de mayo y elecciones en junio, ya que julio se descarta por razones obvias.

Por norma legal, el Boletín Oficial de la Junta debe publicar la orden del presidente de la Junta, de disolución del Parlamento 54 días antes de la celebración de las elecciones, de modo que ya no existe la posibilidad de que los comicios sean el 5 de junio. Así, sólo existen tres posibilidades: los domingos 12, 19 y 26 de ese mes.

En cualquier caso, la actividad política no se detendría la noche del escrutinio, ya que a partir de ese momento se iniciaría un verano de alta intensidad con la constitución del nuevo Parlamento, la negociación de las alianzas o pactos de gobierno y una sesión de investidura que con toda probabilidad se metería en finales de julio o principios de agosto.

Para que los andaluces sean llamados a las urnas el 12 de junio, el BOJA debería publicar la disolución de la Cámara el próximo martes 19, día en que el Consejo de Gobierno de la Junta se reúne en Málaga en cumplimiento de una gira que este año ha llevado al Ejecutivo a celebrar reuniones en Almería, Cádiz, Linares (Jaén), Huelva y Carmona (Sevilla). Lo más probable es que el recorrido se quede sin completar, con Córdoba y Granada como estaciones pendientes.

El presidente explicó tras el último pleno parlamentario que se tomaría dos semanas para reflexionar (Semana Santa y la siguiente), por lo que un eventual anuncio el lunes o el martes supondría adelantar la decisión en una semana. No es una opción que deba descartarse, aunque a primera vista parece improbable. De confirmarse esta fecha, que ofrece la posibilidad de contar con más margen para negociar los pactos postelectorales para la investidura antes de las vacaciones de verano, la campaña electoral se iniciará a las 0:00 del viernes 27 de mayo. La sesión constitutiva del Parlamento con la composición salida de las urnas debería celebrarse como muy tarde el 7 de julio y la sesión de investidura, el 22 de ese mes.

La segunda opción es que el decreto de disolución de la Cámara se publique el martes 26 de abril para que la campaña se inicie el viernes 3 de junio, las elecciones se celebren el domingo 19 de de ese mes y el Parlamento se constituya el jueves 14 de julio. La contraindicación para esta opción es que el Parlamento debería disolverse un día antes de la fecha fijada para el inicio de la próxima sesión, que ya no podria celebrarse. Asi, se quedaría sin aprobar la Ley de Economía Circular, que tiene apoyos parlamentarios para salir adelante, y tampoco se refrendaría el dictamen de la comisión de investigación de la Faffe, lo que dejaría al PP en particular y al bloque de la derecha en general sin una munición de alto calibre para la campaña electoral que se avecina. Ambos textos, al igual que todos los que se encuentran en tramitación parlamentaria, decaerían y deberían comenzar desde cero en la nueva legislatura. Si se vota el 19 de junio, la fecha tope para la investidura del presidente sería el 29 de julio.

La tercera opción es que la disolución del Parlamento se publique en el BOJA antes del martes 3 de mayo. Ello daría tiempo a que se celebrara una última sesión parlamentaria de la actual legislatura. La campaña se iniciaría el viernes 10 de junio, las elecciones serían el domingo 26 de junio y habría que constituir la Cámara como muy tarde el jueves 21 de julio. En ese caso, la sesión de investidura sería el 5 de agosto, y si no obtiene mayoría absoluta habría un segundo intento 48 horas después.