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El aterrizaje de la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, en la política autonómica andaluza ha creado un nuevo escenario protocolar que tiene su principal ... característica en la superpoblación de cargos públicos en cuanto acto institucional relacionado con el Gobierno central se celebra en la comunidad autónoma. La omnipresencia de la también ministra de Hacienda y secretaria general del PSOE-A está comenzado a causar cierto malestar en la Junta de Andalucía. «A todos sus cargos hay que sumarle el de delegada de facto del Gobierno». ironizaba el domingo en estas páginas el consejero de Agricultura y vicesecretario general del PP-A, Ramón Fernández-Pacheco. Y este lunes, la entrega de llaves a los inquilinos de una promoción de viviendas públicas en régimen de alquiler en Sevilla no ha sido la excepción.
Del Gobierno andaluz no han salido protestas formales por esta situación, y es poco probable que salgan en el futuro, pero los comentarios sobre la costumbre de Montero de «colarse» en los actos que no le toca, como una forma de utilizar ilegítimamente el cargo institucional para promocionar su candidatura a la Junta de Andalucía, se escuchan una y otra vez.
En el marco de ese debate abierto de forma soterrada, y en el protagonismo que la crisis de la vivienda está adquiriendo en el debate público, puede explicarse la superpoblación de altos cargos que se produjo en el acto de este lunes en Sevilla, en el que se entregaban las llaves de 218 pisos en régimen de alquiler asequible correspondientes a una promoción en la que ha habido participación municipal, autonómica, estatal y europea.
La presencia de altas autoridades fue tan nutrida que llegó a dejar diluida la de Montero, una más entre una decena de cargos, y se convirtió en todo un desafío para los encargados del protocolo. Por el Gobierno acudieron el presidente, Pedro Sánchez; la vicepresidenta, María Jesús Montero, y la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. Por la Junta de Andalucía, el presidente, Juanma Moreno; la consejera de Vivienda, Rocío Díaz, y la consejera de Empleo, Rocío Blanco. El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y otros responsables municipales completaban la superpoblada nómina de personalidades que colmaron el escenario improvisado para la entrega de llaves.
Fue en este duelo político protocolario en el que el presidente de la Junta y el presidente del Gobierno protagonizaron otro duelo, el de la confrontación de sus modelos para afrontar la crisis de la vivienda.
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