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josé luis piedra
Jueves, 2 de enero 2020, 00:28
Andalucía dice adiós a un peaje histórico en la única conexión entre dos capitales andaluzas, Sevilla y Cádiz, que no tenían una comunicación desdoblada y gratuita alternativa. Se trata de la AP-4 que tras casi medio siglo en funcionamiento con peaje pasó a ... ser de libre tránsito con la llegada del año nuevo.
La autopista era el único tramo de la N-IV entre Madrid y Cádiz sujeto a este pago, lo que venía gravando el tránsito de vehículos y mercancías en este parte final de su trazado.
El final del peaje se refiere realmente al tramo entre Sevilla y Jerez, 93 kilómetros, ya que en 2005 se produjo ya una liberación anticipada y parcial gracias al compromiso del Gobierno andaluz presidido por entonces Manuel Chaves que levantó este pago en el tramo entre Jerez y Cádiz a cambio de asumir el abono a la concesionaria privada de esta parte de la recaudación que dejaría de percibir por la implantación de este libre tránsito parcial. En concreto, este acuerdo supuso la aportación de la Junta de unos 9 millones anuales a Abertis desde entonces por ese tramo gratuito de unos 30 kilómetros entre Jerez y Cádiz, lo que ha supuesto hasta la fecha el desembolso de más 120 millones.
Esta autovía ha multiplicado su tráfico de forma progresiva pasando de los 2.500 vehículos diarios en 1972 cuando se puso en marcha a los 17.500 actuales, aunque su momento álgido se registró en 2007, justo antes de la crisis económica, cuando registró hasta 25.138 vehículos al día.
Ahora, con la su liberación de un peaje que suponía 7,45 por trayecto para los turismos, el Ministerio de Fomento prevé que el volumen del tráfico crezca un 30% con respecto a los 10 millones que venían utilizando hasta ahora esta vía. Además, con esta medida se ahorrarán anualmente más de 80 millones de euros, unos 15 euros por el trayecto de ida y vuelta que se venían cobrando hasta el 31 de diciembre para los turismos.
La satisfacción y la euforia se dejaron notar en el primer día sin peaje, especialmente para los usuarios habituales de esta carretera por motivos profesionales como Antonio González, que calificó de «justicia» para una zona maltratada económicamente como Cádiz. Por su parte, David Montero mostraba su alegría por el ahorro que supondrá a partir de ahora sus desplazamientos a la playas gaditanas, mientras que Ana Ruiz podrá ir ver a sus padres en Cádiz los fines de semana sin pagar.
Tras la liberación de la autopista Sevilla-Cádiz, Málaga pasa a ser la única provincia con peajes en algunas vías rápidas a excepción de un tramo de autovía hasta el levante de la provincia de Almería en la autopista hasta Cartagena que conecta con Vera.
El peaje de la autopista Sevilla-Cádiz es uno de las más antiguos de España, después de las concesiones de las autopistas Barcelona-Mataró y el tramo Barcelona-Granollers de la AP-7.
El fin de su peaje ha sido una vieja reivindicación por parte del Gobierno andaluz y de la mayoría de los partidos políticos y organizaciones sociales y económicas.
De hecho, ha sido objeto de permanente controversia ya que tanto PSOE como PP prometieron rescatar el peaje mientras estaban en la oposición, compromiso que quedaba en el tintero al llegar al Gobierno, excepto en esta ocasión con los socialistas en La Moncloa.
La autopista entró en servicio en 1972, aunque la concesión fue adjudicada en 1969 por un periodo de 24 años. Sin embargo, en 1977 fue prorrogada por primera vez hasta 1999 por el Gobierno de UCD presidido por Adolfo Suárez. En 1986, la concesión fue ampliada por segunda vez por el Ejecutivo de Felipe González hasta 2006. La tercera prórroga llegó en 1997, cuando Aznar decidió ampliar también la explotación.
La autopista se construyó en el antiguo régimen de Francisco Franco, que además de pantanos también comenzó a desarrollar la España radial del asfalto por aquella década desarrollista de los 60 con una visión centralista con el epicentro en Madrid. El contrato del peaje se formalizó en 1969 aunque no comenzó a aplicarse hasta la apertura de esta vía en 1972 con el cobro de 50 de las antiguas pesetas. Nadie imaginaba por entonces que este peaje se prolongaría tanto en el tiempo hasta llegar al siglo XXI.
Eso sí, Málaga cuenta con vías duplicadas y alternativas de libre uso a estos trazados de pago que conectan la capital con Las Pedrizas y Estepona y Guadiaro, ya en la provincia de Cádiz.
La AP-7 entre Málaga y Estepona, con 82 kilómetros, tiene un peaje de 12,60 euros a los que se suman otros 3,30 para el último tramo de unos 20 kilómetros que conecta con Guadiaro, en el Campo de Gibraltar. Por su parte, la AP-46 entre Alto de las Pedrizas y Málaga, de 28 kilómetros y un coste para los usuarios de 5 euros. La concesión se extingue en el 2041 mientras que en la AP-7 esa situación llegará en el 2054.
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