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Pocas comparecencias de Juanma Moreno habían generado tanta expectación como la de este martes, tras meses de cierres provinciales y limitaciones horarias. «Hoy es un día importante y muy esperado por los andaluces», había reconocido el presidente de la Junta de Andalucía horas antes de su reunión con el comité de expertos, que analizó el avance de la pandemia para actualizar las restricciones contra el coronavirus. Andalucía iniciará este jueves una desescalada para recuperar la libertad de movimiento. La primera medida consistirá en abrir las provincias desde este jueves, aunque se mantendrá el cierre perimetral de la comunidad autónoma, es decir: se podrá viajar libremente entre provincias pero sólo se podrá entrar y salir de Andalucía por causas justificadas.
Moreno reconoce que la cuarta ola ha tenido un comportamiento «mucho más suave que las anteriores» y ya muestra una curva estabilizada, aunque llama a la prudencia. Por eso mantendrá el toque de queda entre las once de la noche y las seis de la mañana. El comercio y la hostelería podrán abrir hasta las 22.30 horas, aunque los bares, restaurantes y cafeterías podrán tener clientes hasta las 23 horas, siempre que se respete el toque de queda. Las reuniones siguen limitadas a un máximo de seis personas en el exterior y cuatro personas en espacios interiores.
El anuncio del inicio de la desescalada tras esta cuarta ola coincide con una nueva reducción de la incidencia acumulada en Andalucía, que encadena ya ocho días consecutivos de descenso. La tasa media había caído ayer hasta los 237 contagios por cada cien mil habitantes en los últimos catorce días, aunque hay grandes diferencias entre provincias, desde los 416 casos de Granada, el peor dato de toda la región, hasta los 136 casos de Málaga, la provincia andaluza con menor incidencia de la enfermedad.
La tasa media ascendía el martes de la semana pasada a 259 contagios, 21 puntos menos que este martes. El protocolo acordado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas establece varios niveles de riesgo en función de la incidencia: extremo en caso de superar los 250 contagios por cada cien mil habitantes, alto entre 150 y 250 casos, medio entre 50 y 150 casos, bajo entre 25 y 50 casos y nueva normalidad por debajo de los 25 casos. Aunque el comité de expertos analiza más indicadores que evalúan el avance de la pandemia, como la ocupación hospitalaria y la incidencia entre mayores de 65 años, la reducción de la tasa de contagios ha resultado fundamental para que la Junta alivie las restricciones decretadas antes y después de Semana Santa.
Andalucía suma más de 9.600 muertes por coronavirus. Esta cifra supone sólo la punta de un iceberg mucho más profundo porque no todos los fallecidos, sobre todo durante la primera ola, pudieron confirmar su diagnóstico de Covid-19 por la escasez de pruebas. La aparición de nuevas variantes más contagiosas, como la británica, y la presencia de asinatomáticos, que pueden transmitir el virus sin signos aparentes de haberlo contraído, complican el rastreo de este SARS-CoV-2 que mantiene en jaque a medio mundo.
El estado de alarma acaba el 9 de mayo. A partir de ese día, Juanma Moreno reconoce que desconoce «qué ocurrirá», aunque ya ha puesto algunas sugerencias sobre la mesa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El líder autonómico reclama al Ejecutivo central que autorice que las personas inmunizadas puedan circular libremente con un pasaporte de vacunación como el que la Junta puso en marcha hace meses. El denominado certificado de vacunación contra el coronavirus, con el que se puede acreditar la ansiada inmunidad, es un 'pasaporte' al alcance de los andaluces que ya hayan recibido las dos dosis de la vacuna.
«Han sido demasiados meses sin poder ver a familiares y amigos, sin poder ir a las segundas residencias, y ha llegado el momento de recuperar la libertad, pero con mucha cabeza», ha insistido Moreno durante su intervención, una rueda de prensa en la que no ha aceptado preguntas. El presidente andaluz reclama a la ciudadanía que siga manteniendo las medidas preventivas, sobre todo el uso de la mascarilla y la distancia social, porque «el peligro de contagiarse sigue ahí fuera».
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