Andalucía y su papel de garante de igualdad en España

Clavero suele acudir a esta singularidad y a otras de la historia para destacar la relevancia de Andalucía. También recuerda su «esfuerzo» para que esta tuviera los mismos derechos que Cataluña y País Vasco; y admite con pesar que no ha llegado a ser tal «como me gustaría» porque le faltaba y le falta industria, según respondía a Domi del Postigo en una entrevista en Canal Sur.

El profesor, exconsejero de Economía y diputado socialista Antonio Ramírez de Arellano, exrector de la Universidad de Sevilla como Clavero, suele argumentar en la pérdida de las colonias de América el desequilibrio territorial en España a partir del siglo XIX, con un norte rico y un sur pobre pese a su glorioso pasado. El poder político central se volcó en vender a Europa y eso hizo que las regiones limítrofes con Francia, como Cataluña y País Vasco, tuvieran un mayor desarrollo industrial y económico, además de Madrid por ser la capital del país.

La idea de una Andalucía injustamente tratada por el poder político central pese a su potencial, perdedora en las diferentes revoluciones industriales pese a sus intentos de prosperar y presa de una oligarquía que dejó las fábricas por la renta agrícola anida en el comienzo de los movimientos cantonalistas y andalucistas como la constitución de 1883 de Antequera, o la casi lograda autonomía de la II República. Es la Andalucía de 'El ideal andaluz' de Blas Infante que renace en la transición y triunfa con el 28F de 1980 al torcer el mapa asimétrico en la cabeza de los estrategas de la España de 1978.

Convertir Andalucía en una tierra de oportunidades, salir de la desigualdad, ser tan próspera como Cataluña y País Vasco, a los que desde los sesenta emigraron millones de andaluces, estaba en el sentimiento colectivo de las manifestaciones en pro de la autonomía del 4 de diciembre de 1977 y del 28F de 1980, donde sobre todo se pedía no ser menos que catalanes y vascos.

Clavero, joven profesor de Derecho administrativo de Adolfo Suárez, Felipe González, Alejandro Rojas Marcos, Javier Arenas y Rafael Escuredo, fue el autor de la frase «café para todos» que puso a Andalucía en el mapa de España con un claro protagonismo político. Clavero y Escuredo, unidos de nuevo por el homenaje que el primer gobierno de centro derecha de Andalucía le concede hoy en el 40 aniversario del 28F, siempre han coincidido en advertir de no dejar caer la bandera blanca y verde como símbolo del legado del 28F, que no es otro que defender que Andalucía sea parte de la decisión en el debate territorial de España. «Todos los presidentes y también todos los partidos tienen la obligación de defender ese legado», manifestó Escuredo en un diálogo con el periodista Rafael Rodríguez este lunes en Sevilla en presencia de sus sucesores José Rodríguez de la Borbolla, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Andalucía ha mejorado en estos 40 años, reconoce el presidente de la alternancia, Juanma Moreno, pero no ha logrado la convergencia porque no ha aprovechado todas sus oportunidades, agrega. El objetivo de su gobierno es superar esa brecha. Por ello la mejora de índices comparativos con España se ha convertido en tarea diaria. Pero hay otros retos.

El órdago secesionista de Cataluña y la entrada en liza de partidos centralizadores y contrarios al actual modelo autonómico, incluso apuntando como Vox a su supresión, vuelven a poner a prueba la influencia de Andalucía y su rol como garante de la igualdad territorial. Las reuniones bilaterales entre el nuevo Gobierno de PSOE y Unidas Podemos y la Generalitat de Cataluña gobernada por secesionistas, han comenzado dos días antes de este 28F del 40 aniversario. Un hecho que unido a otras torpezas sobre financiación autonómica del ejecutivo central han servido a Moreno Bonilla para enarbolar ese legado del 28F y comparar al Gobierno de Sánchez –«que nos maltrata a los andaluces»– con el de Adolfo Suárez, que pidió votar 'no' a la autonomía plena.

«Habrá transacciones con Cataluña, pero si hay desajustes importantes, ¿cuál será la voz de Andalucía?», se pregunta Rafael Escuredo, defensor de una solución política para Cataluña, pero no que la pague Andalucía. El expresidente socialista ha dado la bendición al Gobierno de centro derecha que preside Juanma Moreno (PP) porque «a cualquiera que coja esa bandera, yo lo apoyaré». También avisa: «La política del silencio será penalizada». Una frase con la que envía un mensaje al PSOE andaluz por su tibieza ante la nueva encrucijada de intereses territoriales.