La llegada de visitantes extranjeros aún se situaba en 2022 un 16,7% por debajo de los niveles pre-pandemia. SALVADOR SALAS

Andalucía busca recortar tras la pandemia la brecha económica con España que se amplió desde 2008

La región recuperará este año los niveles de PIB de 2019, frente a otras siete comunidades autónomas que seguirán por debajo de las cifras pre-Covid

Lunes, 13 de marzo 2023, 00:03

La economía andaluza recuperará este año los niveles de PIB previos a la pandemia. Ése es el pronóstico de Funcas. En concreto, los expertos de la firma esperan que la economía de la región crezca a un ritmo del 1,3% este año, en línea ... con la media española, y ello le será suficiente para recuperar lo perdido por el parón de la actividad económica que desencadenó la Covid-19. Andalucía se sumará a la Comunidad Valenciana, Madrid, País Vasco y La Rioja, que también en este 2023 cumplirán con esa tarea pendiente que ya otras cinco autonomías habían realizado en 2022 (Aragón, Castilla-La Mancha, Galicia, Murcia y Navarra). En el furgón de cola se quedarán Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña y Extremadura: estos territorios aún se mantendrán por debajo del nivel de actividad registrado en 2019.

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El principal motor de crecimiento de Andalucía este año, a juicio de Funcas, será el sector servicios, que aún tiene margen de mejora gracias a la normalización del turismo internacional todavía pendiente, pero previsto: la llegada de visitantes extranjeros en 2022 aún se encontraba un 16,7% por debajo del nivel prepandemia, a diferencia de las pernoctaciones de nacionales que sí recuperaron ya los niveles de 2019. Pero el sector industrial también ha mostrado dinamismo: el año pasado el índice de producción industrial andaluz registró uno de los crecimientos más elevados de todas las comunidades autónomas, impulsado por la rama energética. De hecho, en 2022 en el conjunto del país tiraron mucho las exportaciones, pero el empujón fue especialmente intenso en el caso de los productos que escasearon en la economía mundial, como los derivados del petróleo, los minerales o determinados productos agrícolas, algo que benefició especialmente a las comunidades productoras, como Andalucía, pero también Extremadura o País Vasco.

0,4% por encima del nivel de 2019

estará el PIB andaluz al cierre del año 2023, mientras que el español habrá alcanzado los niveles prepandemia.

Este comportamiento del sector servicios, la industria y las exportaciones ha hecho posible que si la economía española -de acuerdo con los cálculos de Funcas- se encontraba en 2022 un 1,3% por debajo de los niveles de 2019, Andalucía estaba un 0,9% por debajo. Y también de acuerdo con las previsiones de la misma firma, en 2023, mientras el PIB español será el mismo que en 2019, el andaluz estará un 0,4% por encima del de el último año pre-pandemia.

Andalucía parece estar ganando en convergencia no sólo en PIB, sino también en el mercado de trabajo. De esta manera, según ha diagnosticado Funcas, desde el estallido de la pandemia la tendencia a la reducción del paro ha sido más pronunciada en las comunidades con más desempleo, como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. De hecho, la convergencia obedece a la intensa creación de empleo en las zonas más deprimidas, y no a la pérdida de población activa.

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Pero María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, plantea dudas sobre la sostenibilidad de este proceso. Estas incertidumbres pasan por comprobar si esta evolución responde a circunstancias más estructurales o sólo a las coyunturales ligadas a la pandemia y a la recuperación tras ésta. Concede que en el caso del empleo, su buena evolución y el proceso hacia su convergencia con el conjunto de España vienen de más atrás, aunque sí que es verdad que se ha acelerado tras la Covid-19. En todo caso, señala que será muy importante comprobar cómo se comportará la economía en este 2023, porque es el primer año «normal» tras la pandemia.

Retomar la convergencia

Lo sucedido en los ejercicios de recuperación después de la Covid-19 puede enmendar lo que ha detectado el Banco de España que ocurría en los años previos. De acuerdo con un reciente análisis sobre la convergencia económica entre las diferentes regiones de España, si bien este proceso se produjo con cierta intensidad desde 1980, parecía haberse detenido a partir de 2008, coincidiendo con el estallido de la crisis financiera, y hasta el ejercicio 2019, justo el año previo a la pandemia. De esta manera, si en Andalucía el crecimiento medio del PIB per cápita entre 1980 y 2019 ha sido de un 1,1%; entre 1980 y 1992 llegó a alcanzar el 1,4% (frente al 1,7% catalán, el 2% madrileño o el 0,2% vasco); y entre 1992 y 2008 se aceleró hasta el 1,7% (cerca del 1,8% madrileño y por encima del 1,6% catalán). Pero desde este último año y hasta 2019 bajó al 0%, cifra esta última que contrasta con el 0,8% de Madrid o Galicia o con el 0,7% de Castilla y León, Extremadura o País Vasco.

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Alberto Montero, profesor de Economía Política en la Universidad de Málaga, explica que tiene sentido que en el caso de Andalucía la convergencia se frenara a partir del año 2008, ya que la crisis que entonces se desató tuvo a la construcción como una de las principales damnificadas, que es a su vez uno de los sectores con más peso en la economía de la región. En cambio, tras la pandemia, la actividad constructora, con subactividades como la rehabilitación, así como la pujanza del turismo, parece de nuevo contribuir a cerrar la brecha.

74% Renta per cápita

Si la renta per cápita de España es 100, la de Andalucía se sitúa 26 puntos por debajo.

De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), tomando como fecha de partida el año 2000, si la renta per cápita andaluza equivalía al 74,2% de la media española, en los años 2005, 2006 y 2007 superaba el 77%, pero en los años subsiguientes volvió a retroceder, hasta situarse por debajo del 74%, nivel sobre el que ha regresado en los dos últimos años de los que hay datos, el de la pandemia y el inmediatamente posterior, es decir, 2020 y 2021.

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El Banco de España considera que las variables que más impactan en el proceso de convergencia son la productividad del trabajo, la población activa que se encuentra efectivamente trabajando, la tasa de participación en el mercado laboral y el envejecimiento de la población. En el caso andaluz, si la productividad en particular creció a ritmos del 0,7% medio anual entre 1980 y 2019, en el primer tramo de este periodo, entre 1980 y 1992, el avance medio fue de un 2,1% -frente al 1,8% madrileño-, para entre 2008 y 2019 crecer un 0,4% medio anual -en comparación con el 1,4% madrileño o el 1% catalán-.

Claves para un desarrollo a largo plazo

La convergencia económica, según explica María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, depende, más que de las políticas de corto plazo, de medidas y cuestiones de muy largo plazo. Enumera, entre las más determinantes, la formación de la población activa, la integración de la tecnología en la industria, la ubicación geográfica, así como la dotación de infraestructuras. Con respecto a la estructura económica de Andalucía, que también ha marcado las épocas de mayor o menor convergencia, el profesor Alberto Montero señala que es difícil de cambiarla: incluso la mayor pujanza del sector tecnológico está haciendo crecer las actividades tradicionales.

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