De la pesca a la energía, Andalucía agrupa en una única estrategia toda la economía vinculada al mar

En el Gobierno andaluz consideran que estas actividades –aglutinadas bajo la denominación genérica de Economía Azul- están llamadas a aumentar su importancia y peso en la economía andaluza y lo harán en una franja que además de ya estar urbanizada en un 30 por ciento de su perímetro debido a una dinámica demográfica creciente, también acoge cinco espacios naturales protegidos. Cerca de 300 kilómetros del litoral andaluz cuentan con algún tipo de protección ya sea a nivel autonómico, nacional o internacional.

En el Gobierno andaluz han llegado a la conclusión que ante este panorama tan complejo era necesario la intervención de las administraciones públicas mediante estrategias que orientaran las actividades que se desarrollan en las costas hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental.

Este objetivo ya fue contemplado en el inicio de la actual legislatura, cuando se denominó al departamento de competencias medioambientales como Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, desde la que se ha elaborado una estrategia sobre este asunto de cuyo contenido inicial tomó conocimiento el Consejo de Gobierno en su última sesión, según informó el consejero del área y además portavoz de la Junta, Ramón Fernández-Pacheco.

Este documento inicial, redactado tras la celebración de siete paneles temáticos en los que participaron 350 expertos, se plantea objetivos en una doble dirección económica y medioambiental. Así, al mismo tiempo que se propone desarrollar la economía azul, apunta a la necesidad de impulsar la protección y conservación de la biodiversidad marina y la mejora de sus hábitats; favorecer la mitigación del cambio climático y la resiliencia de las costas mediante el impulso de las energías marinas renovables y la transición hacia una economía circular en los mares y costas; impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación del Conocimiento Azul; promover la innovación para el desarrollo empresarial, la generación de comunidades industriales innovadoras y las nuevas iniciativas emprendedoras; y fomentar la cultura marina en Andalucía, mediante el impulso del turismo sostenible en el medio litoral y marino, así como la mejora de la visibilidad de las actividades portuarias, pesqueras y acuícolas.

La estrategia, que se enmarca en directrices europeas, recuerda que el concepto de economía azul que utiliza la UE se refiere al conjunto de sectores económicos vinculados directamente o indirectamente con los océanos, el mar y la costa, como la pesca y la acuicultura, el transporte marítimo, la construcción naval, la producción de energía renovable o el turismo, entre otras actividades. También recuerda que el concepto de economía azul lleva implícito también la noción de sostenibilidad.

Por ese motivo, el documento señala que en el ámbito de los recursos vivos, que son la pesca, la acuicultura y la industria de la transformación, será fundamental la investigación y la innovación para reducir los impactos medioambientales de las actividades, así como la incorporación de la circularidad a las cadenas de valor.

Otro sector que en la estrategia se considera crucial, debido a la sequía, es la desalación marina, especialmente en el ámbito mediterráneo. En este caso, se detectan dos retos fundamentales. Por un lado, la reducción del consumo energético del proceso y la incorporación de las energías renovables. Por el otro, gestionar de forma adecuada las aguas de rechazo (como las salmueras) para disminuir el impacto ambiental.

En lo relativo a la logística, los puertos y el transporte marítimo de mercancías, la importancia de los puertos en el desarrollo comercial de la Unión Europea, unido al elevado volumen de mercancías transportado, que además se espera que vaya en aumento, se señala que tendrán que desarrollarse estrategias dirigidas a evitar que el incremento en las necesidades de transporte esté acompañado de un incremento equivalente de los impactos que el transporte y las infraestructuras de transporte producen en su entorno.

Se apunta también a la descarbonización de los puertos como imperativo ambiental y una necesidad para avanzar en la neutralidad climática y los objetivos vinculantes de la Unión europea. El documento recuerda que Andalucía, con siete puertos de interés general del Estado y 52 instalaciones portuarias regionales, tiene un especial reto en esta área.

En cuanto al turismo, se destaca que paliar los efectos del cambio climático en este sector requiere mitigar los riesgos y los impactos del mismo. Para ello, señala la necesidad de avanzar hacia una concepción del turismo sostenible mediante el fomento del ahorro energético y del agua, el uso de las energías renovables, la innovación tecnológica y una adecuada gestión de los residuos que se generan. En este sentido se han identificado varias cuestiones clave a este respecto, como impulsar la concienciación, la información y la sensibilización ambiental para mejorar la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales, impulsar la innovación, la investigación y la digitalización del sector, o trabajar en la desestacionalización de la oferta turística y la búsqueda de destinos alternativos, como el ecoturismo, con un turismo más responsable y respetuoso con el medio ambiente.