Andalucía actualiza su reivindicación de igualdad

El 8 de noviembre del año pasado, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía dio un paso fundamental para reforzar la idea de un nuevo andalucismo y aprobó declarar al 4 de diciembre Día de la Bandera de Andalucía. Con esta decisión, se cumplió con un compromiso del presidente de la Junta, Juanma Moreno, que recogió públicamente una propuesta lanzada por el exlíder andalucista Alejandro Rojas Marcos: dar carácter oficial a la conmemoración de las manifestaciones de 1977, cuando millones de andaluces reivindicaron en las calles igualdad de trato de Andalucía con las llamadas comunidades históricas.

Aquellas manifestaciones iniciaron un corto pero intenso proceso histórico que culminó con el referéndum del 28 de febrero de 1980 en el que los andaluces consiguieron en las urnas la consideración de comunidad histórica, en pie de igualdad con Cataluña, País Vasco y Galicia, y el acceso a la plena autonomía por la vía rápida. La gran consecuencia política de aquel proceso fue el fin de la España de dos velocidades. El resto de las comunidades siguieron la estela andaluza, ya sin necesidad de referéndum, y la igualdad de trato quedó consumada. Fue el gran servicio que Andalucía, con su lema de no aspirar a ser más que nadie, pero tampoco menos que nadie, prestó en la Transición al conjunto del país.

46 años después, la primera celebración oficial del Día de la Bandera –que tendrá lugar este lunes en el Palacio de San Telmo con un homenaje a la enseña andaluza en la que participará la bailaora Sara Baras- encuentra a Andalucía enfrascada en una nueva pelea por no ser menos que nadie.

Los acuerdos de investidura negociados por Pedro Sánchez con los nacionalistas catalanes y vascos ha resucitado el fantasma de la España de las dos velocidades. La desigualdad en el trato es hoy mucho más que una amenaza y por ello el Día de la Bandera trasciende a lo que podría ser una mera conmemoración histórica.

Andalucía plasma principalmente esa reivindicación de igualdad en el reclamo de un nuevo modelo de financiación autonómica. Esta comunidad es una de la cuatro que recibe menos recursos por habitante que la media, lo que le hace perder, según los cálculos del Gobierno andaluz, mil millones de euros al año. En una resolución aprobada en 2018 con los votos del PP, el PSOE-A y el resto de la izquierda, se demandó un nuevo modelo y que, hasta su puesta en marcha, se cree un fondo de compensación que materialice de manera urgente la igualdad de trato.

Este reclamo aún no ha sido atendido y el pacto alcanzado entre el PSOE y Junts, que prevé que la financiación se aborde primero de manera bilateral entre el Gobierno de España y la Generalitat para atender a las necesidades de Cataluña, atenta contra la posibilidad de una solución para Andalucía.

La comunidad también reclama que la Administración central del Estado aborde la reforma de la financiación local y solvente la insuficiencia financiera de los ayuntamientos y el resto de las entidades locales, así como tener una mayor presencia en la ejecución de los PERTE, la modificación del Plan Estratégico de la PAC antes de que termine la Presidencia rotatoria española del Consejo de Europa para que la agricultura no pierda fondos o la defensa del sector pesquero andaluz en el seno de las instituciones europeas .

Pero no son sólo asuntos financieros o económicos. El pasado jueves, el Parlamento aprobó una propuesta de resolución impulsada por los grupos de izquierda Por Andalucía y Adelante y respaldada por el Partido Popular para que se transfieran a Andalucía las competencias en materia de ferrocarril para aquellas líneas que discurren por territorio andaluz. No se trata solamente de conseguir las transferencias, sino también de unos recursos similares a los pactados para el traspaso de la red de cercanías a la Generalitat catalana: 6.000 millones de euros.

También hay reivindicaciones en el ámbito educativo, como la implantación de una prueba única en todo el territorio español de las pruebas de EBAU que garantice la igualdad de oportunidades o sanitario, con la ampliación de las plazas MIR y la convocatoria extra de mil plazas en los próximos cuatro años para paliar el déficit de médicos.

La sequía ha dado lugar a otra reivindicación que tampoco ha sido atendida. Andalucía pide que se reconozca su singularidad como región europea en riesgo de desertificación, que se consideren prioritarioas las políticas de agua y que se reprogramen los fondos Next Generation para que puedan ser utilizados en el combate al déficit hídrico.

Los reclamos no acaban ahí. El 4 de Diciembre, casi medio siglo después, tiene más vigencia que nunca.