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Alfredo de Pablos
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Alfredo de Pablos
«La accesibilidad en las ciudades andaluzas es medio buena, pero en los pueblos empeora»El presidente de la Asociación de Desarrollo Málaga Accesible, que aglutina más de 80 asociaciones de personas con discapacidad, Alfredo de Pablos, habla de las ... fortalezas y las debilidades de Andalucía y las necesarias mejoras para tener una atención sociosanitaria eficiente y una accesibilidad como corresponde a esta región.
– Andalucía, una gran región. Grosso modo, ¿qué tiene y qué le falta?
– Cuando pienso en cualquier región pienso en indicadores económicos, educativos, sociales y salud. Quizás los cuatro que más me interesan. El económico, sector primario muy bueno, un medio ambiente mejor que maravilloso, tenemos buenos recursos. Pero después nos saltamos al terciario, servicios, y nos quedamos cojos en el secundario, industria, y tecnología, que esta última es la que nos puede diferenciar del resto. Hay mucha diferencia en este sector entre Málaga y el resto de Andalucía. Concurren dos elementos, uno positivo y otro bastante negativo. Creo que estamos considerados, además de la quinta ciudad, una potencia tecnológica, con el el hub PTA y Universidad, que es muy importante, pero hay demasiados huevos en la misma cesta: la cuestión turística. El peso del turismo en toda Andalucía es el 13%, y Málaga tiene el 65% de ese queso. Ante una situación muy delicada, medioambiental, posibles pandemias, como ya hemos visto, o la situación geopolítica, los pesos han cambiado. Depender de la renta disponible de otros ciudadanos del resto del mundo es muy peligroso. En Andalucía se dispersa más, pero en Málaga somos muy dependientes del turismo; hay que diversificar.
– En general, los andaluces son regionalistas, pero no nacionalistas. ¿Es esa una de nuestras virtudes?
– Yo creo que sí. Cada uno es hijo de su educación. Yo tengo 62 años, y el sentirse de un sitio es una cuestión de sentimiento y de educación. Yo no he nacido en Málaga pero desde chico he estado aquí. Tú eres de donde vives, de donde trabajas y de donde entierras a tus muertos. Yo, de Málaga, de la chorraera y del aliquindoi, esto me costó entenderlo. ¿Hasta qué punto debe uno centrarse en su origen? Creo que el límite está en la exclusión, que tu lengua sea una forma de segregarse es un problema. Me gusta mucho Andalucía, pero me duele el resto de España. Y pienso y creo que el resto de los andaluces somos así.
– Usted es un gran conocedor de la realidad del país en la materia que le ocupa. ¿Es Andalucía accesible?
– Hay que definir accesibilidad. Quizás es mejor entender que una persona con discapacidad tiene una deficiencia motórica, sensorial, cognitiva, intelectual e incluso orgánica. y esto no es peyorativo. Esa causa produce un efecto cuando se enfrenta al entorno, y se produce una discapacidad. Mi deficiencia es física: no me funcionan las piernas, es una deficiencia neuromuscular. Sin embargo, he bajado de mi casa a través del ascensor, rampas, y ayuda técnica de la silla de ruedas. Si tú no me vieras no sabrías que tengo discapacidad porque yo he cumplido el objetivo: salir de mi casa y venir a hacer la entrevista. Es el entorno lo que te provoca la discapacidad. La accesibilidad elimina esas barreras en igualdad con respecto al resto.
– Pero, ¿cómo estamos en Andalucía en este campo?
En las grandes ciudades es medio aceptable, pero cuando sales a pueblos, mucho peor, y cuando son pequeños, horrible. Málaga tiene problemas de accesibilidad, pero tiene opciones. Si no vas al sitio A vas al B, pero cuando se reducen las opciones es cuando uno se da cuenta de que no es accesible. También hay problemas sensoriales, de comunicación y de comprensión.
– Forma parte del Observatorio 2024 que vela porque el tercer hospital de Málaga esté para ese año, como prometió la Junta. ¿Ve suficientes avances?
– Soy coordinador con la doctora María José Llamas; ella es uróloga pediátrica. Sólo tengo la seguridad de que se va a empezar antes de que termine la legislatura. Es un compromiso muy fuerte; esto sí es seguro.
– ¿Qué retos hay en sanidad en Andalucía para atender como se merecen a las personas con discapacidad?
– Lo más importante a lo que se enfrenta el sistema sociosanitario es la atención a la cronicidad, al paciente crónico, que consume el 80% de los recursos. Y claro para que sea sostenible el sistema hay que atenderlo. El 50% de la población tiene una patología crónica, y el 25%, dos o más. A un crónico no se le cura; lo que tiene que mantener es una calidad de vida. En Andalucía, y en España, hace falta un gran empujón a la asistencia primaria. Se pone el foco en la derivación a la privada, pero nos preocupa mucho más la descapitalización de profesionales, cómo pasan magníficos profesionales de la pública a la privada. Recursos en la publica, y profesionales, en la privada; eso no tiene sentido. Si hay escasez en la pública, esta va a perder calidad; y no vas a crear el ambiente adecuado para que los grandes especialistas se sientan cómodos en la pública. Se han creado pequeños reinos de taifas donde no precisamente se premia la calidad y la excelencia.
– ¿Cómo ve usted desde Málaga el devenir de la comunidad autonómica? ¿Se siente usted orgulloso de ser andaluz?
– Claro que sí. Si vives, conoces y te mueves en los ambientes sociales, te tienes que sentir orgulloso. Hay aspectos que mejorar, pero la gente andaluza es muy sana, y tiene muchas ganas de vivir; la cohesión familiar que hay en Andalucía es muy importante. Aunque con el envejecimiento, las mallas de las redes familiares son más abiertas, y eso es preocupante. La atención social cada vez va a tener más peso porque alguien tiene que cubrirla. De una vez es más necesario que se coordine el sistema sanitario y social. Uno de cada tres hogares son personas mayores, y muchas solas, y a eso hay que darle cobertura. Personas con discapacidad, no con papeles, hay un 30%. Tres de cada diez personas están en esta tesitura, en situaciones análogas o transitorias o es gente mayor.
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