Ángel de la Fuente. sur

Angel de la Fuente, director de FEDEA

Financiación autonómica
«En circunstancias normales, un acuerdo PP-PSOE sobre financiación no debería ser imposible»

El autor del último informe de FEDEA sobre financiación autonómica y local aboga por una simplificación del modelo a partir de un gran acuerdo político

Domingo, 28 de enero 2024, 00:19

Ángel de la Fuente atiende a este periódico en la semana en que su informe sobre financiación autonómica y la propuesta de crear un fondo de nivelación saltó al primer plano de la actualidad política.

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-En el informe, comenta la necesidad de que haya ... una mayor corresponsabilidad fiscal, que los gobiernos autonómicos se hagan responsables de lo que gastan a partir de lo que recaudan. ¿Esto no iría en contra del principio de equidad y a favor de que se perpetúen las diferencias?

-Esto se discute en el informe. Hay una cierta tensión, se dice que hay formas de superarla y se hacen algunas propuestas específicas. La idea no es que cada uno se busque la vida con sus propios impuestos. Primero se nivela y una vez que el sistema está en marcha y tú sabes lo que te toca al principio, pues si quieres gastar un poco más, lo que tienes que hacer es pedir el dinero a tus ciudadanos. Y luego, si estamos pensando en cambios grandes, o en grandes tendencias, está la idea de que, por ejemplo por el envejecimiento todos van a necesitar más dinero. Ahí no sirve que tú te subas tus impuestos, porque efectivamente, los ricos quedarían en mejor situación. Entonces hay que buscar unos mecanismos colectivos de responsabilidad fiscal autonómica. Lo que no puede ser es que los recursos adicionales del sistema, sean siempre un regalo sin contrapartida del Gobierno central. Eso no tiene límites.

-Ahora mismo hay en el Gobierno andaluz y en otros, por un lado un reclamo de más financiación y por el otro, una carrera de quién baja más impuestos. Parece contradictorio.

-No es contradictorio necesariamente. Hay dos cuestiones. Por un lado, el sistema reparte, o tiene que repartir a igual esfuerzo fiscal, o sea, hay que calcular lo que le toca a cada uno antes de subir o bajar sus impuestos. Entonces, con ese criterio uniforme de tributación a ti te toca tanto. ¿Y después con ese dinero qué puedes hacer? Una de las cosas que puedes hacer es bajar en parte tus impuestos. Tienes una cesta de servicios e impuestos. Entonces hay que buscar que esa cesta sea muy similar para todos, que haya igualdad. Y luego como eres autónomo, puedes decidir la composición de esa cesta. Entonces, puedes decir: yo quiero mejorar la calidad de la educación y la sanidad y voy a subir impuestos para dar mejores servicios. Pero tan legítimo como eso puede ser, pues mira, me voy apañar con servicios un poco peores para bajar impuestos. Y los ciudadanos decidirán, son cosas separables.

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-¿Funciona la curva de Laffer, según la cual cuanto más se bajen los impuestos más se recauda?

-No, no, no. A ver eso funcionaría si tuviéramos marginales del 90% los impuestos, muy, muy, muy altos. Pues seguramente sí bajamos de 90 al 80, pues seguramente la actividad aumentará y por lo tanto, la recaudación también. Pero con tipos normales en el rango que los tenemos en España, eso no funciona. Lo que pasa es que, muchas veces los políticos se quedan en que un año bajaron los impuestos y recaudaron más, pero no recaudaron más porque han bajado impuestos. Recaudan más porque estaban creciendo rápido y se compensó la bajada de tipos. En España y en países normales donde los tipos impositivos son moderados, eso no funciona.

-¿Es necesario para ir a un nuevo modelo de financiación una armonización fiscal previa entre las autonomías?

-No, para nada. La autonomía implica también la autonomía por la parte de los tributos. Lo que sí es necesario es que midamos bien lo que recaudarían si todos aplicaran la misma escala de referencia, porque eso es lo que determina después el reparto. Pero una cosa es saber cuánto recaudarías si aplicaras los mismos tipos y otra que tengas la obligación de aplicar los mismos tipos. Eso iría en contra del principio de autonomía.

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-Una de las dificultades para llegar a un acuerdo para un nuevo modelo de financiación es que no sólo hay diferencias entre los partidos, sino también opiniones distintas en el interior de estos. En el informe usted aboga por un acuerdo primero entre partidos y después de los gobiernos autonómicos.

-Abogo primero por un acuerdo entre el PP y el PSOE y después por intentar expandirlo a otros partidos y a las comunidades autónomas. Pero no a cualquier precio. Es muy difícil que se pueda llegar a un acuerdo completo de todos los partidos y todos los territorios. Seguramente tampoco hace falta. Pero sí es necesario primero de los dos grandes para que sea un acuerdo que se pueda llevar a cabo, más o menos pacífico y que pueda durar. Es difícil que haya un acuerdo total. Yo quiero pensar que por lo menos en circunstancias normales, un acuerdo PP-PSOE sobre estos temas no debería ser imposible. Lo que pasa es que tal como está la política española, no lo sé.

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-¿No es optimista?

-No en estas circunstancias. Pero estas circunstancias quiero pensar que son raras. Estos dos partidos se han entendido en el pasado muchas veces sobre cuestiones de Estado. Ahora mismo están los dos muy enfadados uno con el otro, pero espero que esto se vaya reduciendo.

-Siendo tan difícil el acuerdo no se corre el riesgo que de crearse un fondo de nivelación transitorio, lo transitorio se convirtiera en permanente?

-Bueno, pero por lo menos tendríamos un parche que ayudaría a mejorar el sistema. Es parte de la idea de hacerlo por fases. Aunque no llegues al final, por las primeras fases van mejorando el sistema. Ahora mismo, uno de los principales problemas es de equidad, que es que hay algunas comunidades que están bastante mal financiadas. Entonces, si solucionamos eso pues ya tenemos un problema menos, aunque no lleguemos a un acuerdo total sobre sobre la reforma.

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-Cuando se habla de financiación se suele dejar fuera a las dos comunidades forales, País Vasco y Navarra, que están sobrefinanciadas.

-Esto también se dice en el informe. Yo creo que ahí también hay que ir gradualmente paso a paso. Y lo primero sería transparencia. Que se pongan encima de la mesa los números, los cálculos, porque ahora mismo nadie sabe de dónde salen los números y todos pensamos que están mal hechos.

-¿Hay fondos insuficientes en el sistema?

-No, yo eso no lo tengo nada claro. Eso lo dicen las comunidades autónomas para que les den más dinero. Por eso decimos que en vez de repartir dinero hay que repartir instrumentos. O sea, que las comunidades autónomas si efectivamente necesitan más dinero, pues que lo puedan obtener, pero dando la cara y subiendo los impuestos autonómicos. No que se los regale el Gobierno central. Es una cuestión política. Tú tienes que decidir cuánto quieres gastar, qué servicios quieres, pero también tienes que decidirlo sabiendo que lo tienes que pagar tú. El problema con el sistema es que hay una distorsión: hasta el momento, sobre todo en las comunidades autónomas y en mucha menor mediana en los ayuntamientos, siempre dicen que necesitarían más dinero porque ese dinero se lo han regalado, así que ellos no tienen un coste con ese dinero adicional. Eso no es una forma razonable de funcionar, porque entonces siempre les tendrían que dar más dinero. Lo lógico sería que la entidad que decida cuánto va a gastar tenga que dar la cara y subir impuestos para que los ciudadanos financien eso. El principio básico es muy sencillo.

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-¿Cómo se podría hacer para simplificar el actual modelo?

-Bueno, si el sistema tiene muchos fondos que se reparten con criterios poco razonables y muchas veces contradictorios entre sí, lo que habría que hacer es quitar esos fondos y dejar básicamente dos. El Fondo de Garantía, es la parte central del sistema y está muy bien pensado. En función de tus ingresos, no reales sino teóricos, a igual esfuerzo fiscal tienes que poner un dinero en un fondo común, en un bote, que luego se reparte por necesidad. Esto es muy fácil de explicar y la gente entiende que es razonable. Pero luego hay un montón de fondos raros que distorsionan. Entonces habría que dejar el Fondo de Garantía y, si se necesita, un único fondo más de nivelación que reduzca con dinero del Estado las diferencias entre las mejor y peor financiadas. Esto haría mucho más sencillo entender el sistema y valorarlo.

-Las cuatro comunidades peor financiadas están en el sur, pero hay otras que no son las más pujantes que sí tienen acceso a más recursos. El desarrollo de cada comunidad no cambia por tener mejor financiación.

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- Tampoco lo pretende. El sistema de financiación lo que busca es que los servicios básicos sean parecidos en todo el territorio. No promover el desarrollo de las regiones más atrasadas, sino que puedan tener colegios y hospitales parecidos a los de las regiones más ricas. Esto no tiene por qué traducirse un crecimiento más rápido.

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