Lalia González
Domingo, 4 de junio 2017, 21:10
Decía Francisco Carbonero que ser secretario general de CC OO-A era lo mejor que se podía ser en la vida. Ahora su puesto lo ocupa una mujer joven, que llega con ideas claras y con el reto de modernizar el sindicato pero a la vez conservar la identidad. El jueves fue elegida por el 87% de los delegados.
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¿Cómo ha llegado hasta aquí, cuál ha sido su historia?
Cuando me vine a Sevilla a estudiar y conseguí los primeros trabajitos de economía sumergida, para ayudar a la beca, tuve la conciencia de que los trabajadores tenemos que unirnos para que no se abuse de nosotros, era la única fuerza que podíamos tener.
Su padre era dirigente sindical de la construcción. ¿Cómo le ha influido?
Mi padre llegaba de trabajar, se duchaba, se ponía a comer y muchas veces tenía que dejarlo porque venían los trabajadores a verle, porque sabían que estaba allí Montero, que era su nombre de guerra. Ese contexto inevitablemente condiciona tu vida. Mis padres me han enseñado el valor de las cosas y eso me hizo pensar que hay que trabajar, esforzarse para conseguirlas, pero también unirse.
¿Cómo va a hacer frente el sindicalismo tradicional a las nuevas formas de trabajo?
Hay nuevas formas de gestión empresarial en una globalización sin reglas en la que se han roto muchas de las prácticas basadas en una producción centrada en un sitio. Las nuevas tecnologías permiten una producción más dispersa, los centros de trabajo son más confusos. Las profesiones se fragmentan. Trabajadores que forman parte de la misma cadena de valor no se conocen. Uno puede estar aquí, otro en Alemania y forman parte del mismo producto.
¿Qué hacer?
Uno de los retos es conectar a esos colectivos, que vean a través de su hilo conductor cómo mejorar las condiciones de trabajo. Por desgracia las nuevas tecnologías, además de mejorar la vida, en alguna parte nos la empeoran: hiperconectados, con tiempos de trabajo en jornadas cada vez más prolongadas, trabajo en casa con el ordenador sin seguridad social, sin cotizar, por proyectos, termina uno y quedas sin cobertura. Esos son los restos que tiene el sindicato, como hacemos para que esas nuevas formas de producción, esa revolución industrial nos permita mejorar en condiciones laborales y calidad de vida.
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Es la primera mujer al frente del sindicato, un mundo siempre muy machista. ¿Cómo va a impregnar de feminismo su organización?
CC OO no ha sido nunca machista. Lo ha sido el mercado de trabajo, que siempre ha relegado a la mujer a un segundo plano y sometida a trabajos domésticos, sin dignificarlos. A medida que se ha incorporado al mundo laboral impregna el sindicato. Muchísimas han sido grandes dirigentes, aunque había pocas. CC OO ha tenido una política de igualdad fuerte y más del 40% de la afiliación es mujer. Más de 18.000 personas son jóvenes. El sindicato es feminista. Cree en la igualdad de oportunidades. Mira los órganos de dirección. Hay muchas mujeres al frente de áreas.
¿Qué papel va a jugar en el sentido institucional?
Modernamente se dice predistribuir la riqueza. Queremos intervenir para repartir de otra manera, crecer de otra manera. Vamos a seguir siendo como somos. A pesar de que llegue una mujer, y una mujer joven, los valores de CC OO van a seguir. Como siempre, con rigurosidad y lealtad a la contraparte, tanto a los gobiernos como a la patronal. Esta es una organización muy leal, pero rigurosa y contundente.
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Entre los intentos de seducción de Podemos, los vínculos con IU, ¿cuál va a ser su posicionamiento político?
El que venimos jugando. Solo nos debemos a los intereses de los trabajadores y trabajadoras. El mundo del trabajo es muy plural. Nuestra autonomía y nuestra independencia partidaria van a seguir. Después, cuando los partidos entran en los gobiernos siempre serán nuestra contraparte. Podemos establecer alianzas, tener puntos comunes con fuerzas políticas de izquierda, pero nuestra autonomía e independencia las vamos a reforzar, porque ese es el haber que tenemos para defender bien los intereses a que nos debemos. Eso no quita que te quieran utilizar. Ese es el arte de CC OO, no dejarse llevar por cantos de sirena y ser siempre firmes en los intereses de la clase trabajadora.
¿Y cómo espera que sean las relaciones con la Junta,con Susana Díaz?
Espero que sean como hasta ahora, leales. Sería bueno que el Gobierno andaluz pusiera un poquito de fuerza y ganas a defender nuestro autogobierno. Durante estos años la política del PP recentralizando competencias por la vía de los hechos a través de la política económica, que ha hecho perder fuelle a nuestro Estatuto. Es importantísimo que el Gobierno andaluz lidere un rescate de nuestras competencias.
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Nuria López se crió en el sindicalismo. Su padre, conocido por el nombre de guerra de Montero, es un obrero de la construcción, dirigente de CC OO desde la Transición en Écija, y en su casa vio la joven secretaria general llegar a los trabajadores pidiendo auxilio, y a su padre fajarse en ayudar después de llegar del tajo. Para él, Montero, y para su madre, Sole, empleada de hogar, fueron los dos más emocionados agradecimientos de Nuria en el acto de clausura, ya entronizada como una de las figuras clave de los agentes sociales andaluces.
Licenciada en Derecho, de 38 años, quienes la conocen se deshacen en elogios de su capacidad de trabajo y su formación. Francisco Carbonero, su antecesor en el cargo, destaca también la fuerza de voluntad con que se ha formado desde su origen humilde. Trinidad Villanueva, responsable de comunicación, dice de ella que tiene una clara conciencia de clase, que es una «sindicalista de casta» que desde niña ha asistido a las manifestaciones de su sigla y que está en estrecho contacto con la calle.
Se afilió en 1999, cuando llegó a Sevilla a estudiar Derecho. Se especializó en prevención de riesgos laborales en la construcción, trabajó para una fundación privada y fue escalando puestos en CC OO-A, desde secretaria de Juventud en 2004, secretaria de Empleo en 2009 y a partir de 2013 responsable del área de Política Institucional y Empleo.
Natural de Écija como la secretaria general de UGT-A, Carmen Castilla, a la que conoce, aunque «no somos de la misma quinta», Nuria López fue galardonada en 2012 por el presidente Griñán con un premio Andalucía Joven.
Parece inteligente y templada. Aunque recibía con emoción abrazos y felicitaciones, y confesaba que no había parado de llorar desde su elección, supo contener el tono en su primer discurso y no levantó el puño durante La Internacional.
¿En qué sentido?
Queremos ser iguales que el resto de los ciudadanos de este país y vemos que las políticas de cierre de nuestro autogobierno nos están alejando de las políticas de cohesión que hay para el resto del territorio. Creo que es importante que se active y que ponga en marcha todas las medidas posibles. En especial priorizar una agenda económica y social para dinamizar los distintos sectores productivos.
¿Cree que debe haber cambio de gobierno en la Junta?
Nos da igual quién sea la persona que esté al frente. Lo que hace falta es dinamismo. Establecer prioridades y llevarlas a cabo hasta el final, ejecutarlas con rigurosidad y hacerlo no solo con la visión de un gobierno sino haciendo partícipes a los representantes, especialmente de los trabajadores, que somos el 80% de la población de Andalucía.
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¿Cambio de consejeros ahora o más adelante?
Eso lo tiene que decidir la presidenta. Lo que queremos es que se lleven a cabo las políticas necesarias para que los trabajadores puedan salir de la situación de paro que está viviendo.
Los últimos datos andaluces, ¿son esperanzadores?
El problema es que si sólo hacemos la foto estadística y no vamos a la raíz del problema, de las vivencias de la gente, nos quedamos en la superficie. No se trata del número, sino sobre qué se asienta. Están saliendo personas del paro, pero se está generando un empleo precario y volátil que se crea y destruye con la misma facilidad, y al final frustramos a la gente. El problema es de estructura productiva, de qué queremos hacer y cómo queremos hacerlo, y a partir de ahí configurar un marco laboral, que no es competencia de Andalucía, pero sí tiene que decir en la vigilancia, el control y el reforzamiento de determinadas políticas.
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¿Por ejemplo?
Venimos reivindicando un plan de lucha contra el fraude, creemos que empresarios y Administración deben hacer un esfuerzo por evitar que casi todos los contratos sean temporales y menos de siete días.
¿Qué piensa hacer respecto a su presencia entre los autónomos?
Históricamente, en nuestro ADN está representarles cuando son producto de una estrategia de las grandes empresas para distorsionar y trasladar los costos de producción a las personas de manera individual. Vemos que se han despedido trabajadores y se les ha contratado con un contrato mercantil y obligado a hacerse autónomos. Vamos a defender a esos colectivos. Es un reto que tenemos por delante, afiliar a más trabajadores autónomos sin trabajadores a su cargo, si no serían empresarios y habría conflicto de intereses.
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«Nuria va a hacer historia», ha dicho el coordinador de IU, Antonio Maíllo. ¿Cómo quiere que se defina su etapa al frente del sindicato?
Veremos qué dicen los compañeros. Si se hace historia porque hemos roto el techo de cristal y eso es el resultado del trabajo de muchos por conquistar la igualdad. Mi carácter puede llevar a conseguir alguno de los retos que tenemos por delante. Quisiera pasar a la historia por recuperar derechos en Andalucía y avanzar en la configuación de una sociedad más justa e igualitaria.
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