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Maria Dolores Tortosa
Viernes, 26 de mayo 2017, 00:39
Era lo previsible. El líder de la oposición en Andalucía, Juanma Moreno, utilizó la sesión de control a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para fustigarla por su derrota frente a Pedro Sánchez en las primarias del PSOE este pasado domingo. El presidente del PPandaluz no llegó a pedirle la dimisión, como sí ha hecho en declaraciones anteriores al Pleno de ayer en el Parlamento, pero sí fue implacable con la mandataria andaluza a la que le reprochó que después de «maniobras, intrigas, conspiraciones y de perder las primarias ahora diga que por fin se va a centrar en Andalucía». «No le queda otra opción», remarcó, lamentando «tanto tiempo perdido» y acusándola de anteponer durante dos años sus intereses en el PSOE a los de la Comunidad andaluza. «No le va a salir gratis», avisó.
«Para mí no es una deshonra haber perdido una votación, para mí lo que sería deshonroso es no defender aquello en lo que creo por no tener la gallardía y valentía de saber que este país es primero, después el PSOE y después los intereses personales de uno», reaccionó Díaz.
La presidenta acusó a Moreno de estar obsesionado con que se marchara para así no tener que enfrentarse a ella en otras elecciones. En cuestiones de partido, le recordó los conflictos de Sevilla y Jaén aventurando que su liderazgo en el PP andaluz «hace aguas». «Estoy aquí en Andalucía porque creo en mi tierra y defiendo al PSOE porque cuando al PSOE le va bien, a Andalucía también le va bien», remachó.
«Solo falta que nos diga que ha perdido porque ha querido perder», replicó con ironía Moreno. «Vuelve a Andalucía a rastras porque le han dado con la puerta en la narices», añadió dudando de que los andaluces le vuelvan a dar crédito cuando «los que mejor la conocen, sus compañeros de partido, no se lo dan».
Los demás líderes solo mencionaron de pasada su derrota en las primarias socialistas para «no hacer leña del árbol caído», según palabras de Teresa Rodríguez, portavoz de Podemos. Juan Marín (Ciudadanos) dijo que no se inmiscuía en asuntos internos de otros partidos. «Yo sé mucho de derrotas», le dijo Antonio Maíllo, quien le recomendó que aprenda de esta de las primarias y haga «un cambio de Gobierno» y de «rumbo» en sus políticas si quiere resultar creíble.
El debate dio más de sí. Marín le arrancó a la presidenta el compromiso de cambiar la Ley Electoral para mejorar la representatividad de los partidos minoritarios y suprimir los aforamientos, aunque Díaz condicionó estos cambios al consenso de todos los partidos. «Se nos llena la boca hablando de igualdad, pero esta es falsa cuando aquí hay tres diputados de Cádiz del PSOE, Juan Cornejo, del PP, Antonio Saldaña y de Ciudadanos, Sergio Romero que para ocupar su escaño han necesitado 28.000, 30.000 y 42.000 votos respectivamente», afirmó Marín.
Maíllo y Díaz tuvieron un interesante rifirrafe sobre la financiación de los ayuntamientos en el ecuador de la legislatura. El líder de IU trasladó la petición de los 80 alcaldes gobernados de su formación, algunos con apoyo del PSOE, de incrementar las partidas no finalistas del dinero que la Junta concede a los ayuntamientos por los tributos.
Teresa Rodríguez puso el dedo en la llaga al recriminar a la Junta que organice un congreso internacional sobre el cambio climático con financiación de algunas de las compañías que más contaminan en Huelva, provincia que acogió el evento. «Cobre a las empresas contaminantes para restaurar los ecosistemas», le pidió. Susana Díaz recordó que en ese foro participaron todos los grupos ecologistas exponiendo sus opiniones y que las políticas de la Junta en cambio climático desde 2002 se hacen de la mano de estos.
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