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Maria Dolores Tortosa
Lunes, 1 de mayo 2017, 01:28
Dos semanas después de que policías y guardias civiles fueran apedreados en La Línea de la Concepción por un centenar de personas para evitar que abortaran un alijo de droga, la Policía Nacional ha asestado un duro golpe a una de las organizaciones más peligrosas del Campo de Gibraltar: Los Castañas. La Policía ha detenido a 30 de sus miembros que se dedican al tráfico de hachís desde Marruecos a España y también al blanqueo de capitales por esta actividad ilícita. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, apuntó ayer en su cuenta de Twitter a que se trata de «la mayor organización dedicada al tráfico de hachís en el Campo de Gibraltar». Los Castañas tenían el monopolio del tráfico de hachís en la costa gaditana, con base operativa en La Línea, y contaban con una amplia infraestructura y una red de apoyo de colaboradores tanto en Andalucía como en Marruecos.
Una extensa nota de la Policía desmenuza los detalles de la operación y para hacer ver cómo de peligrosa era esta banda. Subraya que entre sus consignas estaba la de ordenar a los conductores encargados del traslado por tierra de la droga de «llevarse por delante con sus vehículos» a cualquiera que intentara interceptarlos. Lo de «llevarse por delante» implicaba también a los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o de cualquier otra organización que pretendiera sustraer la mercancía. «En varios de los desembarcos protagonizados por la organización fueron arroyados vehículos policiales uniformados cuando intentaban frustrar el desembarco de la droga; además, pusieron en peligro a particulares que circulaban por la zona», explica la nota policial.
Interior precisa que el éxito de la operación ha sido posible gracias a la cooperación con la policía de Marruecos. Varios de los detenidos son marroquíes y varios de los traficantes españoles de la banda se cobijaban en el país norteafricano. La investigación comenzó en 2015 y ha culminado con un dispositivo formado por 150 agentes.
En varias ocasiones, algunos de los cabecillas lograron escabullirse y ocultarse en el país vecino. Por este motivo, el Gobierno español contactó con las autoridades de Marruecos para la coordinación de las policías de ambos países dirigida por la Consejería de Interior de la Embajada de España en Rabat.
Los traficantes
Los investigados disfrutaban de un altísimo nivel de vida, realizando viajes de alto coste, acudiendo a grandes acontecimientos deportivos, alojándose en hoteles de gran lujo, adquiriendo coches de alta gama y viviendas de lujo, relata la Policía. Este tren de vida refleja lo bien que le iba el negocio de la droga debido sobre todo a que la banda desmantelada, conocida como Los Castañas, monopolizaba el tráfico de hachís en el Campo de Gibraltar, pero también cobraban elevadas sumas de dinero alijando toneladas de hachís para distintas organizaciones criminales, gracias a la amplia infraestructura que poseen en la zona de La Línea de la Concepción. La banda ocultaba la droga inmediatamente después de su desembarco en diferentes fincas de la zona de El Zabal, popular barrio de La Línea.
Esta cooperación ha sido clave para la localización y detención de algunos de los líderes fugados de la organización, explica la Policía. Uno de los huidos fue arrestado en la ciudad de Rabat (Marruecos) por agentes de dicho país. Otro hombre de confianza de los cabecillas de la red, que se encargaba de supervisar la infraestructura para realizar los transportes de estupefacientes, fue detenido en un asalto policial cuando se hallaba oculto en una vivienda en la barriada linense del Zabal.
También la Policía Judicial de Tetuán colaboró en la detención de 10 individuos relacionados con la banda, siendo uno de ellos el líder de la organización, quien portaba pasaporte falsificado, y su hijo, sobre los que recaían sendas órdenes internacionales de detención.
La Policía Nacional ha registrado 21 domicilios y naves en la provincia gaditana. Los agentes también se han incautado de una tonelada de hachís, 350.000 euros en efectivo, 16 vehículos, tres embarcaciones semirrígidas, varias armas de fuego, 17 inmuebles por valor de tres millones de euros y se han bloqueado 24 cuentas pertenecientes a diferentes personas físicas y jurídicas.
Según la investigación, organizaban habitualmente transportes de estupefaciente utilizando cada vez al menos dos embarcaciones semirrígidas de más de 12 metros de eslora, con capacidad para transportar unas tres toneladas de hachís en cada una de ellas. También se comprobó que utilizaban equipos de transmisiones con los que comunicaban durante el transporte, desembarco y ocultación del estupefaciente, además de contar con numerosas personas que realizaban las funciones de vigilancia en puntos estratégicos para alertar de cualquier actuación policial.
Aunque la nota policial no relaciona la operación con las agresiones a los policías el pasado abril en La Línea, sí explica que muchas de las viviendas de las que la organización disponía en el popular barrio linense de El Zabal eran empleadas para la guarda, custodia y ocultación del estupefaciente.
La banda las compraba y se las cedía a familias humildes sin antecedentes policiales ni relación con actividad delictiva alguna para que pudieran pasar desapercibidas y no levantar ningún tipo de sospecha. También les regalaban vehículos y dinero a cambio de que guardaran y ocultaran la droga inmediatamente después de su desembarco.
La organización disponía de al menos dos de los llamados narcoembarcaderos en uno de los márgenes del río Guadarranque, de donde partían las embarcaciones con destino a Marruecos y donde posteriormente eran guardadas tras realizar el alijo del estupefaciente.
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