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Susana Díaz la tarde del viernes en Mérida con el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.
Susana Díaz busca garantizar en Andalucía su mayor apoyo para ganar las primarias

Susana Díaz busca garantizar en Andalucía su mayor apoyo para ganar las primarias

Confía este respaldo a la movilización de alcaldes, mujeres y jóvenes socialistas a favor de su candidatura

Maria Dolores Tortosa

Domingo, 9 de abril 2017, 00:41

La pelea por el liderazgo del PSOE tiene en Andalucía su principal campo de batalla. La comunidad más poblada de España es también la de mayor número de militantes socialistas. Un censo de cerca de 46.000 afiliados de los 177.902 de España (las cifras no son oficiales aún) decidirá con mucha probabilidad el futuro del PSOE en la votación de las primarias del 21 de mayo. Así fue en las primarias de 2014, cuando por primera vez la militancia socialista eligió de forma directa al secretario general. Pedro Sánchez ganó a Eduardo Madina gracias a que arrasó en Andalucía: 18.850 votos de los 62.477 obtenidos en España los cosechó en las urnas andaluzas. Los tres candidatos en liza, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López, lo saben y despliegan esfuerzos para la conquista de los socialistas del sur.

La más implicada en ello es Susana Díaz, cuyo equipo formado por un ejército de plataformas por ámbitos geográficos y sectores, busca movilizar a su favor un 70% del voto como mínimo. Solo así podrá garantizarse una victoria, habida cuenta que en el resto de territorios hay menos afiliados y más huraños.

Díaz asume que la bronca del comité federal de octubre en que dimitió Sánchez le ha acarreado antipatías en otros territorios. Cataluña y País Vasco son los más hostiles y donde tiene más difícil lograr votos, admiten en su equipo, aunque tras la visita esta semana pasada a Barcelona y su encuentro con 200 militantes de sus grupos de apoyo, vuelve más optimista. El acto programado para el día 26 de este mes en Cataluña servirá de primer test.

Sánchez aspira a tener más seguidores en Cataluña que el resto, mientras que López no tendrá rival en el País Vasco. Los apoyos están más repartidos entre los candidatos en Valencia, Madrid, Cantabria, Castilla León, La Rioja, Galicia y Baleares. Díaz abarca posibilidades de ser la más votada en Extremadura, Castilla La Mancha, Aragón y Canarias. Y sobre todo Andalucía. Necesita afianzar en esta comunidad su mayor apoyo para ganar las primarias.

En cada aparición desde antes de ser candidata, Susana Díaz abduce cámaras y micrófonos por doquier, pero toda la parafernalia mediática nacional, que le vendría bien para ganar unas elecciones generales, no es suficiente para unas primarias socialistas. «Al final quienes votan son los militantes», recuerda un dirigente cercano. En definitiva, un grupo reducido de personas al que es más fácil llegar, pero también presionar. «Y eso siempre puede producir el efecto contrario al deseado», argumenta.

La presidenta andaluza acapara atención y expectación mediática por su propio devenir y perfil político. Es así desde que en mayo de 2011 preguntaran por ella los periodistas de Madrid que acompañaban al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero en un mitin en Sevilla en las municipales. Díaz, entonces secretaria de Organización del PSOE-A, fue telonera y llamó la atención su brío mitinero, aunque no quedara constancia en las crónicas. Un año más tarde era consejera de Presidencia y otro más, en septiembre de 2013, presidenta de la Junta. Un mes después, tras su famosa intervención en el hotel Rizt de Madrid apelando a la unidad de España, los periodistas de Madrid ya no necesitaban preguntar por ella. Sabían quien era y ya no iban a dejar de seguirle la pista.

Díaz siempre ha cuidado sus apariciones, como cuando bajó la rampa del palacio de ferias de Sevilla retumbando sus pasos pletóricos tras ganar las elecciones andaluzas en marzo de 2015 rodeada de la dirección del PSOE andaluz. O cuando más recientemente anunció su candidatura a las primarias socialistas arropada por todos los líderes históricos, desde Felipe González a José Luis Rodríguez Zapatero, o de antiguos rivales en las numerosas crisis internas del partido, como Rubalcaba y Chacón, Guerra y Felipe. Una constante suya ha sido buscar la aclamación y exhibir fuerza de partido en cada hito de su carrera política. Otra también la de presentarse como alguien que «cose» el partido, que hace piña en torno suyo.

Gestos y circunstancias que la hacen aparecer como arrolladora, con vigor político, pero también que sus adversarios la tachen como la candidata del aparato frente al de la militancia, en el caso de Sánchez, o el de la tercera vía, en el de López.

Tanto uno como otro, apuntan los de Díaz, han sido como ella dirigentes pata negra del PSOE. Patxi López ha sido como la andaluza presidente de una comunidad autónoma, el País Vasco. Pedro Sánchez ha manejado los hilos del PSOE durante dos años y ha sido candidato a la Moncloa dos veces.

Sánchez y López saben también que Susana Díaz parte con ventaja en esta comunidad por ser la presidenta de la Junta, plataforma institucional que gestiona más de 30.000 millones de euros y cuya promoción ella ha intensificado en las últimas semanas con énfasis en políticas de salud, sociales, educativas y de empleo. Y por ser la secretaria general del territorio con una mayor y mejor estructura de la organización socialista.

Pocos de sus 778 municipios no cuentan con alguna sede del PSOE. Es el partido con mayor poder municipal con 442 alcaldes, que en muchos casos son a su vez secretarios locales de la citada fuerza política.

Díaz ha hecho un cóctel con todos estos pros y contras de su poder orgánico, institucional y mediático para canalizar y garantizar el apoyo de los militantes socialistas. Ya ha quedado demostrado en votaciones de todo el mundo recientes que las urnas las carga el diablo y que lo predecible o el favorito puede perder. Nadie del equipo de Susana Díaz se fía un pelo y la consigna desde mucho antes de saltar a la arena de las primarias, el pasado 26 de marzo, era atar todo lo que pueda ser atado.

El equipo de Díaz es consciente de que no basta con exhibirse con barones territoriales como Guillermo Fernández Vara, como este viernes en Mérida; o con Emiliano García Page, con quien iba a coincidir este sábado, pero cuyo acto quedó suspendido por el fallecimiento de su consejera de Fomento, Elena de Cruz. Todos los presidentes autonómicos, salvo la de Baleares, Francina Armengol, le respaldan. Si hace falta se acude al puerta a puerta o al teléfono. Díaz dedica muchas horas a llamadas a secretarios locales del lugar más recóndito pidiendo el voto. Mientras, un ejército de grupos de apoyo en todas las comunidades, algo que también han organizado los equipos de Pedro Sánchez y Patxi López, hacen el mismo trabajo. En el caso de Andalucía estos grupos se multiplican en diferentes ámbitos. Los hay en barrios de las capitales, de comarcas en zonas rurales y grandes municipios. Pedro Sánchez también trabaja en comarcas y medianos municipios (alrededor de un centenar), mientras que López se centra en capitales como Sevilla y Málaga.

La gran apuesta de Susana Díaz, no obstante, son los grupos de apoyo de alcaldes. No fue casual el mitin organizado por el regidor de Vigo, Abel Caballero, antes de lanzar la candidatura. La mayor parte de los alcaldes son secretarios locales del PSOE y gozan en su mayoría de gran influencia sobre la militancia. Solo en Andalucía hay medio millar de regidores socialistas.

Sánchez cuenta con el respaldo explícito del primer edil de Dos Hermanas, Quico Toscano, y de los de Jun, José Antonio Rodríguez, Chiclana, Francisco Román, y Cártama, Jorge Gallardo. Su equipo asegura que hay muchos más que no quieren exhibirse. La gran mayoría, no obstante, apoya a la presidenta, incluidos los de las capitales Sevilla Córdoba, Granada y Huelva.

Díaz ha procurado también que la movilización incluya jóvenes a través de Juventudes Socialistas, de las que ella fue dirigente, y de los concejales de Juventud como ella lo fue en el Ayuntamiento de Sevilla, con los que se reunió este viernes en San Telmo en torno al Carné Joven de la Junta. Y mujeres, con la creación de la web lahoradelasmujeres.es con 300 activistas a la búsqueda del respaldo de las socialistas.

Feministas históricas

Díaz se presenta asi misma como la que será la primera mujer secretaria general del PSOE, mensaje que ha puesto de su parte a muchas mujeres del partido que de otra forma no le apoyarían. Bastó la llamada de atención deMatilde Fernández a las reservas contra la andaluza para que históricas del partido dejaran de apostillarla por poco feminista y floclórica, pese a sus constantes apelaciones a las políticas de igualdad con una consejería en su gabinete con este nombre. «No permitiremos que te toquen ni un pelito, Susana, vamos a desterrar todo el machismo, eres la persona que necesita este partido, la ambición, el rigor, la valentía y el compromiso», dijo la que fue ministra con Felipe González.

La prueba primera del apoyo andaluz será la recogida de avales. Desde la Gestora se insiste en que no se dará a conocer el número de avales de cada aspirante según cada territorio, sino el cómputo final. El mínimo son en torno a 9.000 avales para proclamarse candidato a la votación del día 21 de mayo. La recogida empieza este 20 de abril. Todos los aspirantes están ya sondeando seguidores a través de los grupos de recogida de firmas organizados en cada provincia andaluza.

Para Susana Díaz, como lo fue para Pedro Sánchez en 2014, el objetivo es ganar con diferencia al resto de candidatos en avales. Díaz obtuvo en 2013 cuando las primarias para la candidatura a la Presidencia de la Junta un total de 22.880 avales, la mitad de los militantes entonces del PSOE en esta comunidad, 45.655. No hubo votación porque los demás aspirantes, entre ellos Luis Planas y el alcalde de Jun no juntaron las firmas necesarias.

Díaz era ya en julio de 2014 la baronesa del sur y ejerció su influencia para la colecta de avales a favor de Pedro Sánchez, 14.389 andaluces de los 41.338 que obtendría en toda España. Sánchez arrasó en Andalucía: 18.850 votos de los 62.477 cosechados en España en unas primarias con una alta participación, un 66% (125.000 militantes votaron). En Andalucía el porcentaje fue mayor y votaron 30.986 afiliados, casi la mitad a Sánchez.

La ruptura de Díaz con Sánchez tardó tres meses desde aquellas primarias y después de tres años de guerra declarada ambos se medirán por fin sus fuerzas. Los dos han desplegado todas sus artes políticas. Ambos han fijado Andalucía como el territorio clave con el que pelear.

Los de Sánchez están convencidos que donde hubo fuego, queda rescoldo y que muchos de los militantes que le votaron en 2014, pueden volver a hacerlo. Su equipo cuenta con que será difícil ganar a Díaz en su territorio, pero está convencido de que el número de avales atesorados por Díaz «será su techo» en las primarias, mientras que en el caso del exsecretario general será «su suelo».

Un dato es llamativo. Díaz ha situado al frente de la recogida de sus avales a Antonio Pradas y al gaditano Francisco Menacho, un leal que ejerció en su nombre de coordinador de la campaña andaluza de Pedro Sánchez en las primarias de 2014.

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