Susana Díaz, ayer, en Santa Cruz de Tenerife.

Los barones del PSOE apoyan que Susana Díaz siga como presidenta si gana las primarias

Hará compatible ambos cargos el máximo tiempo posible hasta que haya elecciones andaluzas o generales a la vista

PAULA DE LAS HERAS

Lunes, 3 de abril 2017, 00:34

No compaginará su condición de líder de la oposición y presidenta de la Junta de Andalucía sólo un puñado de meses. En caso de salir victoriosa de las primarias que el PSOEcelebrará el 21 de mayo, Susana Díaz tiene intención de mantenerse al frente del gobierno autonómico hasta que se celebren los próximos comicios regionales o hasta que Mariano Rajoy disuelva las Cortes y convoque elecciones generales, lo que antes ocurra. Es, según aseguran fuentes de su ejecutivo, una decisión que ya está tomada pese a las dificultades que entraña y a las críticas de sus rivales internos y externos. «Por capacidad de trabajo no será», alegan. Día ya lo ha confimado esta semana en una entrevista y ante la oposición en elParlamento: Compaginará ambos cargos.

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En el Parlamento de Andalucía la cuestión se ha convertido en objeto de reproches permanentes desde antes incluso de que se confirmaran oficialmente sus aspiraciones. Y en el PSOE tanto Pedro Sánchez como Patxi López alegan, en cuanto tienen ocasión, que el momento que vive su partido exige dedicación exclusiva. Sin embargo, la mayor parte de los presidentes autonómicos que respaldan su candidatura, como el castellano-manchego Emiliano García-Page o el valenciano Ximo Puig, ya han dejado claro que no le pondrán pega. Y eso que la acumulación de cargos puede causar algún conflicto institucional.

¿Qué posición defenderá Díaz cuando a finales de año se debata, por ejemplo, la reforma del sistema de financiación autonómica? ¿La que más interese a Andalucía?. Sus colaboradores replican que también Felipe González era andaluz, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE y que en debates como ése «habrá que alcanzar un consenso entre los territorios », pero los antecedentes prueban que cuando de lo que se habla es del reparto de recursos económicos las afinidades ideológicas pasan a un segundo plano y cada líder regional batalla por lograr lo que más beneficia a su comunidad.

Sea como fuere, Díaz se niega a soltar las riendas del ejecutivo andaluz. Y no lo hace porque algunos de sus muchos y muy poderosos partidarios le hayan dejado caer ya que, aunque la consideren la mejor opción para dirigir el PSOE, no la ven como el más idóneo cartel electoral para el Gobierno de la nación. Ella ya dejó claro en el lanzamiento de su candidatura, el pasado 26 de abril, que va a por todas. Y los suyos lo ratifican. «Si da el salto es para ser candidata a la Moncloa, no para limitarse a ser secretaria general», avisan.

Lo que no quiere es que una salida precipitada de la Junta, en un momento en el que no hay un relevo claro, debilite las opciones de su partido de seguir gobernando la región después de más de 36 años. Así que en su entorno dicen que irá paso a paso: primero el congreso regional, que podría dejarse para el mes de septiembre, y después, en el último momento, el Gobierno. Eso sí, nadie se atreve a hacer conjeturas sobre en quién piensa como sucesor o sucesora porque es algo, dicen, que no comparte.

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Bicefalia a medias

Los socialistas andaluces guardan un recuerdo amargo del relevo entre Manuel Chaves y José Antonio Griñán que, de amigos íntimos pasaron a ser enemigos irreconciliables. Chaves cedió a Griñán la presidencia de la Junta en 2009 pero se quedó al frente del partido con la intención de hacer ese traspaso más adelante, a las puertas de las autonómicas de 2012. Una vez en el gobierno, sin embargo, Griñán reclamó también el liderazgo del PSOE-A y se abrió una batalla que dejó a la formación hecha unos zorros. Díaz, que se precia de haber logrado una reconciliación que parecía imposible, quiere que la paz interna sea su legado.

Las especulaciones son múltiples. Algunos creen que elegirá para el partido a alguien con un perfil «interino» y no de gobierno para resolver esa papeleta después y evitar una bicefalia pura. Apuntan, por ejemplo, al secretario de Organización Juan Cornejo. Otros dan por hecho, en cambio, que el congreso regional señalará a su sustituto en la Junta y citan como posibles aspirantes al secretario provincial de Jaén, Francisco Reyes, o al hoy portavoz de la gestora, Mario Jiménez.

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