Una transición para la presidencia de la Junta tranquila y trazada con varios candidatos

La posibilidad, que se considera muy factible, de que Susana Díaz gane las primarias y sea la próxima secretaria general del PSOE no supondrá su abandono de la Presidencia de la Junta de Andalucía, al menos mientras pueda compatibilizar ambos puestos. Su salida será en cambio obligada si opta a la candidatura el Gobierno de la nación, por tanto cuando se convoquen primarias en el PSOE para elegir a su cabeza de cartel.

Hasta entonces, en el staff socialista andaluz reina la tranquilidad y se trasmite la impresión de que habrá una transición tranquila, aunque no se puedan asegurar los plazos.

Se da por seguro que no habrá elecciones autonómicas antes del segundo semestre de 2018, incluso se contempla el horizonte de concluir la legislatura, en marzo de 2019. Si bien el PSOE podría resistir hasta entonces sin presupuestos, hasta ahora Ciudadanos se muestra cómodo apoyando al Ejecutivo andaluz, le da réditos aparecer como un partido útil que consigue cambios en la acción de la Junta, y necesita tiempo para madurar su organización, recién creada.

Ni siquiera el Partido Popular andaluz tiene interés en un anticipo electoral. Juanma Moreno, presidente del partido, dijo en el reciente desayuno con Mariano Rajoy que no pediría adelanto electoral si Susana Díaz es elegida secretaria general federal del PSOE.

Moreno necesita también tiempo para mejorar sus niveles de conocimiento entre los andaluces, que siguen apareciendo como bajos en las encuestas. Acaba de llevar a cabo una potente campaña de cartelera con motivo del 28F la que aparecía su figura destacada.

Por tanto, el PSOE andaluz tiene tiempo para organizar la sucesión de Susana Díaz. Cuando llegue el momento se tomará la decisión. Cuenta con un equipo engrasado, con el vicepresidente Jiménez Barrios en la acción de Gobierno y ya adiestrado en el control de todas las áreas como para una transición que hasta pudiera prolongarse en una candidatura a la Presidencia de la Junta.

Pero el nombre del elegido no se conoce. Tampoco inquieta. Será alguien rodado, conocido y con experiencia, que puede que esté ahora mismo en el Gobierno, en el grupo parlamentario o en una alcaldía. Hasta es probable que no esté decidido y se espere a la evolución de los acontecimientos.

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