Foto de familia de la presidenta, Susana Díaz, el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, y los galardonados como hijos predilectos y las Medallas de Andalucía.

Un 28F flamenco y reivindicativo

Susana Díaz defiende el legado socialista en la Junta y proyectar una «influencia benefactora» de Andalucía en los cambios de España

Maria Dolores Tortosa

Miércoles, 1 de marzo 2017, 01:16

El acto institucional del 28F de 2017 en el que se entregó la distinción de hijos predilectos de Andalucía al poeta Luis García Montero y a la actriz María Galiana y 13 medallas de Andalucía a otras tantas personas e instituciones se recordará siempre por dos momentos de gran emotividad. Uno al principio cuando los galardonados homenajearon al joven malagueño Pablo Ráez, fallecido hace cuatro días de leucemia y símbolo de la solidaridad por su ferviente campaña a favor de la donación de médula. Su sonrisa iluminó la gran pantalla del Teatro Maestranza de Sevilla, donde se celebró el acto. Otro al cierre, cuando India Martínez y Arcángel cantaron el himno andaluz acompañados del guitarrista Paco Cepero, los tres, medallas de Andalucía.

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Estos dos momentos arrancaron las mayores ovaciones de la jornada. A la sonrisa de Ráez y el flamenco de los tres artistas se une una jornada reivindicativa. Lo fue Susana Díaz, defendiendo el legado socialista en la Junta; y lo fue la calle, donde miles de personas en Sevilla clamaron por servicios públicos de calidad en la llamada Marcha por la Dignidad.

Susana Díaz cerró los actos oficiales del Día de Andalucía con una defensa encendida de los «cambios estructurales» en esta comunidad desde que accedió a la autonomía hace 37 años. Desde hace 35 años gobierna su partido, el PSOE. No ha habido alternancia y en las últimas semanas la oposición en Andalucía, desde el PP a Podemos e IU, han fustigado su gestión a raíz de las protestas sanitarias en las calles de varias capitales, entre ellas Granada y Málaga. A la misma hora que pronunciaba su discurso en el Teatro Maestranza de Sevilla, varias miles de personas se manifestaban por el centro de Sevilla y al menos dos centenares corearon «Susana Díaz, fuera de Andalucía» frente al recinto acordonado de policías.

Moreno en Twitter

A esta manifestación acudieron los dirigentes de IU Alberto Garzón y Antonio Maíllo y la de Podemos Teresa Rodríguez. Las marquesinas de la avenida del Teatro Maestranza estaban llenas de carteles con la foto del líder del PP andaluz, Juanma Moreno, que en Twitter también escribió minutos después de acabar su discurso: «La presidenta de la Junta confunde su papel. El 28F es para estar unidos, no para practicar el sectarismo desde un atril institucional». Como trasfondo de esta tensión subyace la posibilidad de que Díaz se presente a las primarias socialistas para dirigir este partido, algo que no le impedirá seguir como presidenta de Andalucía. Díaz tampoco dio ninguna pista ayer.

Como respuesta a la crítica de la oposición, Díaz enfatizó sobre las mejoras que su partido, sin mencionarlo, han llevado a la vida de los andaluces, aunque admite que no todo está hecho y que ha podido haber errores. «No vamos a renunciar a construir una Andalucía mejor, eso sería como renunciar al espíritu del 28F». «El ejemplo de Pablo Ráez es un estímulo», dijo tras defender la gestión de la sanidad y educación públicas en la Comunidad en un discurso con constantes llamadas de alerta de la desigualdad que la crisis ha dejado en España, señalando por ello al Gobierno del PP. «La desigualdad es un lastre para toda España», aseveró.

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Reprochó a Rajoy que tenga abandonadas las infraestructuras ferroviarias de Granada, Almería y Algeciras-Bobadilla, de gran importancia para la comunicación y la economía andaluzas. «No es de recibo que Granada lleve incomunicada por tren dos años», afirmó.

Proyecto de país

Díaz abordó la política nacional insistiendo en lo que ha sido una constante en sus discursos desde que asumió la Presidencia de la Junta en 2013: el papel protagonista de Andalucía en los cambios que puedan acometerse en el Estado para pacificar el órdago independentista de Cataluña. En este sentido exaltó la vigencia del consenso sobre los principios de igualdad y solidaridad presentes en el origen del 28F y añadió que Andalucía debe proyectar hacia fuera «una influencia benefactora en los cambios que se acometan en España ahuyentando la tentación de asimetrías y discriminaciones». «El reconocimiento de la diversidad no es ni remotamente incompatible con la igualdad de todos los ciudadanos y de todos los territorios de España», afirmó.

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Díaz esbozó su proyecto de país posiblemente pensando en su campaña para ganar el liderazgo del PSOE. Quiere que sea un modelo de país cooperativo, solidario, de equilibrio territorial y lejos del «nacionalismo de vía estrecha».

Las Medallas de Andalucía han recaído además de los mencionados en la compositora sevillana Elena Mendoza; la Asociación de Víctimas de la Talidomida y la Coordinación Autonómica de Trasplantes. También han sido premiados con la Medalla de Andalucía el empresario malagueño Manuel Molina Lozano; el periodista jiennense y director de El País Antonio Caño; los ingenieros Ramón González Sánchez (Almería) y Francisco Herrera Triguero (Jaén); la escritora granadina Antonina Rodrigo; la gimnasta cordobesa Lourdes Mohedano, y el Instituto de Educación Secundaria Vicente Espinel de Málaga.

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En el Parlamento, su presidente, Juan Pablo Durán, en la misma línea de Díaz, abogó por «tender puentes», diálogo y consenso para defender Andalucía en el contexto nacional que pueda abrirse. Al acto del Parlamento acudieron todos los líderes políticos y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

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