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Maria Dolores Tortosa
Martes, 28 de febrero 2017, 17:26
Susana Díaz ha cerrado los actos institucionales del Día de Andalucía con una reivindicación encendida de los cambios estructurales en esta comunidad desde que accedió a la autonomía hace 37 años. Desde hace 35 años gobierna su partido, el PSOE. No ha habido alternancia y en las últimas semanas la oposición en Andalucía, desde el PP a Podemos e IU, han fustigado su gestión a raíz de las protestas sanitarias en las calles de varias capitales, entre ellas Granada y Málaga. A la misma hora que pronunciaba su discurso en el Teatro Maestranza de Sevilla, varias miles de personas se manifestaban por el centro de Sevilla y al menos dos centenares corearon Susana Díaz fuera de Andalucía frente al recinto acordonado de policías.
A esta manifestación han acudido los dirigentes de IU Alberto Garzón y Antonio Maíllo y la de Podemos, Teresa Rodríguez. Las marquesinas de la avenida del Teatro Maestranza estaban llenas de carteles con la foto del líder del PP andaluz, Juanma Moreno, que en Twitter también escribió minutos después de acabar su discurso: La presidenta de la Junta confunde su papel. El 28F es para estar unidos, no para practicar el sectarismo desde un atril institucional. Como trasfondo de esta tensión subyace la posibilidad de que Díaz se presente a las primarias socialistas para dirigir este partido, algo que no le impedirá seguir como presidenta de Andalucía.
Como respuesta a esta crítica de la oposición, Díaz ha enfatizado sobre las mejoras que su partido, sin mencionarlo, han llevado a la vida de los andaluces, aunque ha admitido que no todo está hecho y que ha podido haber errores. No vamos a renunciar a construir una Andalucía mejor, eso sería como renunciar al espíritu del 28F. La presidenta de la Junta ha hecho una encendida defensa de la gestión de la sanidad y educación públicas en la Comunidad en un discurso con constantes llamadas de alerta de la desigualdad que la crisis ha dejado en España, señalando por ello al Gobierno del PP.
El suyo ha sido un discurso más crítico con el Ejecutivo de Rajoy que otras veces en un 28F. Ha reprochado a este que tenga abandonadas las infraestructuras ferroviarias de Granada, Almería y Algeciras-Bobadilla, de gran importancia para la comunicación y la economía andaluzas.
Lo esperado también se ha cumplido. Díaz ha abordado la política nacional insistiendo en lo que ha sido una constante en sus discursos desde que asumió la Presidencia de la Junta en 2013: el papel protagonista de Andalucía en los cambios que puedan acometerse en el Estado para pacificar el órdago independentista de Cataluña. En este sentido ha reivindicado la vigencia del consenso sobre los principios de igualdad y solidaridad presentes en la base del 28F y ha añadido que Andalucía debe proyectar hacia fuera "una influencia benefactora en los cambios que se acometan en España ahuyentando la tentación de asimetrías y discriminaciones". "El reconocimiento de la diversidad no es ni remotamente incompatible con la igualdad de todos los ciudadanos y de todos los territorios de España", ha afirmado.
Este año ha hablado en nombre de los homenajeados el poeta Luis García Montero, nombrado junto a la actriz María Galiana, hijos predilectos de Andalucía. García Montero ha reivindicado los poetas andaluces desde Ibn Hazm, autor de 'El collar de la Paloma, a Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Machado, Alberti, Cernuda y, sobre todo, el también granadino como él García Lorca. Una alusión constante a sus poetas para dar un aldabonazo sobre la libertad de expresión siempre en peligro y contra el analfabetismo orgulloso de serlo que observa en la televisión y las redes sociales. No basta con poder decir lo que pensamos, hay que pensar también lo que decimos, recordó de Machado. De la telebasura ha advertido que "agrede la educación y marca el modo de vida de un pueblo". También ha recordado a las personas en peligro de exclusión social y ha anotado como señales de alarma el auge de los populismos en Estados Unidos o Francia si la gente pierde la confianza en la justicia.
El acto institucional de la entrega de las medallas ha tenido dos momentos de gran emotividad. Uno al principio cuando los galardonados homenajearon al joven malagueño Pablo Ráez y su sonrisa iluminó la gran pantalla del Teatro Maestranza y otro al cierre, cuando India Martínez y Arcángel cantaron el himno de Andalucía acompañados del guitarrista Paco Cepero, los tres, Medallas de Andalucía.
Las Medallas de Andalucía han recaído también en la compositora sevillana Elena Mendoza; la Asociación de Víctimas de la Talidomida y la Coordinación Autonómica de Trasplantes.También han sido premiados con la Medalla de Andalucía el empresario malagueño Manuel Molina Lozano; el periodista jienense y director de El País Antonio Caño; los ingenieros Ramón González Sánchez (Almería) y Francisco Herrera Triguero (Jaén); la escritora granadina Antonina Rodrigo; la gimnasta cordobesa Lourdes Mohedano, y el Instituto de Educación Secundaria Vicente Espinel de Málaga.
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