La presidenta deja de amagar

Intensifica una agenda de gran visibilidad como gestora en la Junta, opositora a Rajoy y estadista con un viaje a Bruselas, al tiempo que capta aliados en el PSOE para su candidatura

Maria Dolores Tortosa

Domingo, 20 de noviembre 2016, 00:36

A Susana Díaz le esperan días de mucha presión. La presidenta andaluza se resiste a confirmar que se presentará a las primarias para la secretaría general del PSOE. Nadie en su entorno y fuera de él lo duda, pero ella insiste en que no es «el momento de los nombres», sino de elaborar el «mejor proyecto del PSOE para este país». Defiende, y así lo hará la Gestora del PSOE en total sintonía con ella, que se abra un periodo de reflexión con varias conferencias políticas sobre el modelo de partido que se quiere para volver a ganar elecciones. Después será el congreso. La Gestora dará a conocer el calendario de las conferencias a mediados de diciembre, pero no está claro que entonces Susana Díaz confirme su candidatura a las primarias. Ni siquiera que la Gestora anuncie la fecha de las primarias y el congreso. Solo con estas fechas clavadas en el almanaque de 2017, Díaz no tendrá más excusas.

Publicidad

Lo que esta semana ha quedado claro es que Susana Díaz ya no amaga, sino que se postula. Sin prisa, pero sin pausa. Su agenda sigue diseñándose igual que desde que asumió la Presidencia de la Junta en 2013, pero ahora con más esmero. Fomentaba con la vista puesta en Madrid, y en parte lo logró, una imagen de gestora, su campechanía en el cuerpo a cuerpo con la gente en los pueblos (tiene un mapa en su despacho donde va señalando los que visita) y, sobre todo, su alcance de estadista. Pero este traje se le ha ido haciendo jirones en el PSOE en los últimos meses por su pugna con Pedro Sánchez y en el gobierno de la Junta por los boquetes de la crisis que descuidó tapar a tiempo. Un ejemplo han sido las recientes protestas multitudinarias contra su gestión de la sanidad pública.

Ahora toca recomponerlo. Y en ello está. De aquí hasta final de año se le verá más que nunca vendiendo gestión sanitaria, sumando 18 inauguraciones de nuevas infraestructuras. Viajará a Bruselas a final de mes en defensa de los fondos europeos para Andalucía y de paso contactar con los máximos mandatarios de la Comisión Europea, incluido el poderoso comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, y el presidente, Jean Claude Juncker.

Porque no hay que olvidar que la hoja de ruta de Susana Díaz incluye seguir como presidenta de la Junta andaluza aunque asuma el mando del PSOE, al menos por un tiempo y dependiendo este de si habrá o no elecciones generales anticipadas.

Al mismo tiempo que potencia su agenda como presidenta, también intensifica sus apariciones públicas sobre todo en ámbitos nacionales y para hablar de política nacional. Comenzó la semana con dos entrevistas en programas de televisión de máxima audiencia en Telecinco y La Sexta y la acabó con otra en el programa de Tom Martín Benítez de Canal Sur Radio.

Publicidad

Siempre lo ha hecho, como también arrogarse un papel significado de oposición a Mariano Rajoy. Con la ausencia de líder en el PSOEy la expectación por su candidatura a serlo, este papel de «jefa de la oposición» adquiere ahora más relieve. Ayuda el que se le vea ya como lideresa en la sombra, con gran influencia en las decisiones de la Gestora y en el grupo socialista del Congreso de los Diputados. Sirva de ejemplo el repentino boicot del PSOE al exministro Fernández Díaz para que presidiera la comisión de Exteriores después de haber dado el place.

Aún así, esta es la respuesta cuando se le pregunta por el congreso y su candidatura: «Vísteme despacio que tengo prisa». Busca la expectación sobre ella y lo consigue. Se vio el jueves en un almuerzo-coloquio de Felipe González en el que Susana Díaz no habló, pero en el que se esperaba que el expresidente sí lo hiciera para auparla como su sucesora. «Que tiene fuerza y coraje, sí, pero no la apoyo porque la fastidiaría», dijo en broma recordando cuando apoyó a Bono y perdió.

Publicidad

Díaz está decidida a concurrir a las primarias, pero no a tirarse por un precipicio. Busca ciertas garantías. En ello también está. Sabe que tendrá el apoyo de Felipe González y de todos los exsecretarios del PSOE salvo, claro, el de Pedro Sánchez, previsible rival en las primarias. También sabe que contará con todos los presidentes autonómicos salvo la de Baleares y la mayor parte de la militancia andaluza, que no es poca, un 25% del total. Pero de Despeñaperros para arriba, tiene que currárselo más. Díaz ha intensificado los contactos en otros territorios, buscando enlaces con la militancia, sobre todo de los más críticos con ella, como País Vasco y Cataluña. En esta tiene que deshacer un traje a medida de malvada, folclórica y españolista encargado por un sector del PSC, cuyo líder, Miquel Iceta, es pedrista.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad