Abel Antón: «En el Sur, debido al buen clima, es más difícil la práctica de deportes de gran esfuerzo»

En su opinión, y más después de su presencia periódica en Málaga colaborando con el maratón de esta ciudad, ¿qué es lo mejor de Andalucía desde el punto de vista deportivo?

Creo que lo mejor que tienen los andaluces es la manera de aprovechar las cosas de forma organizativa. Han cambiado mucho en este sentido desde hace veinte o veinticinco años hasta ahora. Se están poniendo perfectamente a la altura de lo que supone preparar cualquier evento nacional e internacional. Hablo en parte por lo que conozco de mi experiencia con el Maratón de Málaga, pero no solo es el atletismo... En fútbol o en baloncesto, o cuando les toca organizar un campeonato de cualquier otra disciplina, sucede igual.

¿Y lo peor?

Lo que define el deporte andaluz es su fenomenal clima. Deportes de mucho trabajo o esfuerzo, como el atletismo de élite o el ciclismo es más difícil practicarlos en lugares como el Sur o en zonas de playa, máxime cuando tienes muchas ofertas de ocio. Entonces sacrificarse cuesta más. Lo puedo comparar con mi tierra, Soria. Allí no hay tanto ocio. Hace más frío, y la gente se dedica más al deporte de alta competición que otra cosa. En Andalucía cuesta más ponerse las pilas.

¿En qué cree que necesita mejorar el deporte andaluz?

A nivel de instalaciones, en Andalucía se está bien. Tienen de todo. Las instalaciones son fenomenales. Todo el problema pasa por intentar convencer a la juventud de hoy en día para que haga deporte y a que tenga esa capacidad de sacrificio para hacerlo. Tenemos buenos técnicos e instalaciones, pero nos cuesta enganchar a la gente. Se ponen a practicar las disciplinas que considero que entran dentro de la categoría de hobby, antes que el deporte de élite.

Y más allá del ámbito deportivo, ¿cómo ve a los andaluces y a la Comunidad?

He viajado mucho a Andalucía. Caen bien de por sí. Son muy simpáticos y su forma de hablar ya enamora. No tiene nada que ver con la seriedad de un castellano. Luego, al final es como todo. Puede haber personas buenas o malas, mejores o peores. Las hay en todas partes.